El hombre que se tir¨® a los leones, historia de un desamparo
Justo Jos¨¦ M. P sufre trastorno bipolar y dorm¨ªa al raso en el municipio de Gelida


"Hola. Buenos d¨ªas¡±. Esas fueron las palabras que Puri intercambi¨® hace unos d¨ªas en Gelida con Jujo, el hombre que el pasado domingo se arroj¨® al foso de los leones del Zoo de Barcelona. Era primera hora de la ma?ana y la vecina se iba a caminar por los bosques de Gelida (Alt Pened¨¨s), como hace habitualmente. ?l, Justo Jos¨¦ M. P., iba vestido con un traje militar de camuflaje, como ya se hab¨ªa convertido en una costumbre en los ¨²ltimos tiempos. Y esta vez cargaba unas cuerdas al hombro. Probablemente hab¨ªa pasado otra vez la noche al raso. En el ¨²ltimo a?o era habitual que lo hiciera. A veces dorm¨ªa en un banco en la plaza del Triangle. Algunas noches le acog¨ªa alg¨²n amigo en casa. Dicen en este pueblo de 7.100 habitantes que sus excompa?eros de trabajo en el Ayuntamiento le ayudaban: desde lavarle la ropa hasta facilitarle comida.
Era lo que ¨¦l hab¨ªa hecho en otras ¨¦pocas: cuando manten¨ªa su trabajo como polic¨ªa municipal de Gelida. Entonces se extralimitaba en sus funciones de guardia urbano y si ten¨ªa que echar una mano a alguien se la echaba. ¡°Era una buena persona. Muy-bue-na-per-so-na¡±, recalcaba ayer un vecino de la calle de Anoia del municipio, zona en la que Jujo ¨²ltimamente se dejaba ver. ¡°Algunas veces hab¨ªa invitado a alguien que lo necesitaba a comer en Cal Boter; el lo pagaba¡±, explica. Otro vecino recuerda c¨®mo a?os atr¨¢s le dio a una mujer necesitada un sobre con cien euros en el bar Can Nitus.
No hay recuerdos negativos sobre este hombre que lleg¨® a Gelida como agente de la Guardia Civil y que luego se hizo con una plaza de polic¨ªa municipal. Pero las sonrisas se hielan cuando toca hablar del presente. Le recuerdan con el traje militar, su bicicleta a juego y algunos d¨ªas incluso con el casco puesto y sin olvidar las sombras pintadas bajo los ojos. Le encantaba proyectar la imagen de superviviente.
Se afeitaba a navaja en la fuente de la plaza del Triangle. Un 11 de septiembre se present¨® en el monumento a Rafael Casanova de Barcelona y quem¨® una estelada. El 23 de noviembre colg¨® en la fachada de la Pedrera unas banderas con una esv¨¢stica con un mensaje en el que se le¨ªa: ¡°Aborto asesino¡±. El d¨ªa 4 del mismo mes ya hab¨ªa intentado entrar en el Palau de la Generalitat para denunciar los sobornos de los pol¨ªticos.
Su ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica, la m¨¢s tr¨¢gica, la protagoniz¨® el domingo cuando, despu¨¦s de saltar las protecciones, acab¨® en el foso de los leones del Zoo de Barcelona, atacado por tres ejemplares. Tras ser rescatado por empleados del Zoo, de los Bomberos y de la Guardia Urbana, fue trasladado al hospital del Vall d'Hebron, donde permanece en la unidad de cuidados intensivos. Su estado es cr¨ªtico pero estable.
No est¨¢ claro el recorrido que Jujo ha hecho en los ¨²ltimos a?os. Los vecinos descartan que tenga fuertes convicciones pol¨ªticas. Quem¨® una estelada, pero en su bici llevaba inscrito un ¡°Catalonia Army¡±. Tiene, eso s¨ª, profundas convicciones religiosas. Se desconoce qu¨¦ hilos han movido las administraciones para intentar sacarlo de la espiral que ha vivido en los ¨²ltimos a?os. Diferentes fuentes aseguran que padece un trastorno bipolar y que se negaba a tomar la medicaci¨®n que le hab¨ªan recetado. ¡°Yo pas¨¦ una depresi¨®n muy fuerte, pero es por la medicaci¨®n que me daban; por eso la dej¨¦ de tomar¡±, explicaba J. J. en una entrevista publicada en el blog Faxsintinta.
Hay quien explica que su enfermedad se agrav¨® cuando se divorci¨®, perdi¨® la custodia de su hijo y muri¨® su madre. Desde entonces apenas manten¨ªa contacto con su exmujer y su hijo, de la misma forma que no ten¨ªa mucho contacto con su padre y su hermano, que viven en la provincia de Alicante. Tras diferentes bajas y altas, y despu¨¦s de que fuera retirado del servicio en las calles, hace cosa de un a?o y medio, Justo Jos¨¦ cogi¨® una excedencia voluntaria. Y qued¨® medio desamparado por el sistema, aunque vecinos de la ciudad aseguran que los servicios sociales del Ayuntamiento de Gelida conoc¨ªan el caso y hac¨ªan lo que pod¨ªan.
Fuentes del Ayuntamiento de Gelida se?alaron ayer que Justo se hab¨ªa negado a recibir ayuda, al considerar que era ¨¦l quien debe ayudar a otra gente. ¡°Si no hay argumentos m¨¦dicos para darle la incapacidad por larga enfermedad se le da trabajo y nosotros no tenemos mecanismos ni potestad para decidir sobre ¨¦l¡±, se?alaron las mismas fuentes. El Consistorio est¨¢ reuniendo informaci¨®n para el momento en que concluya la excedencia y poder decidir sobre su reingreso.
¡°?Qui¨¦n ten¨ªa que hacerse cargo del caso?¡±, se preguntaba ayer Jaume Rius, que hab¨ªa charlado en alguna ocasi¨®n con Justo y le hab¨ªa recomendado que, en su estado, se medicara. ¡°Quiz¨¢s deber¨ªa tener una asistencia sanitaria forzosa¡±, agregaba. Rius, tras ver las im¨¢genes de la Diada, con la quema de la bandera, lanz¨® un grito de alarma en Twitter: ¡°Este hombre necesita ayuda ya hace d¨ªas. En @salutcat (Departamento de Salud) o @mossoscat deber¨ªan tener informaci¨®n¡±. Han pasado los meses y pese a los diferentes sucesos ocurridos, las administraciones no extremaron su control sobre Justo.
El ¨²ltimo incidente protagonizado por Jujo ha obligado al Zoo de Barcelona a plantearse si debe cambiar las medidas de seguridad del recinto.
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