Los furtivos salen de las sombras
Mariscadores ilegales de Ferrol dan la cara y se rebelan para exigir permisos oficiales ¡°No somos delincuentes, solo queremos trabajar sin escondernos¡±, afirman
Escarban para sobrevivir. Extraen el sustento de la arena con la bajamar camuflados en la noche. Si la demanda tira y la marea lo vale, tambi¨¦n bajan de d¨ªa a remover el fondo con el ra?o para que afloren los bivalvos. La r¨ªa es su ¨²nica fuente de ingresos. La renta m¨ªnima que los separa de la indigencia o del atraco, dicen. Lo que da de comer a sus hijos, paga las facturas y los arreglos de casa.
?Unos 80 mariscadores furtivos de la r¨ªa de Ferrol han dado un paso al frente desde el anonimato para reclamar un carn¨¦. O lo que es lo mismo, el derecho a trabajar sin esconderse en lo que saben hacer desde hace a?os. Son los mismos que esquilman los bancos de O Couto (Nar¨®n) y As P¨ªas (Fene); el Mont¨®n, Caranza y A Malata, y otros recodos de la orilla norte de una r¨ªa muy sucia y sin depurar a¨²n. Llevan a?os de espaldas a la ley, ocultando la cara y ara?ando almejas y berberechos a hurtadillas a la espera de un permex (permiso de explotaci¨®n) que nunca llega.
Una noche de finales de noviembre invitan a EL PA?S a acompa?arlos en la faena, a la luz de la linterna que se ajustan en la frente como mineros del fondo de la r¨ªa. ¡°No somos delincuentes, queremos currar sin escondernos¡±, defiende Carlos N., para recordar que el furtivismo es una falta administrativa, no un delito. Su mujer y su hijo dependen de lo que recoge cada madrugada. Una buena noche, con suerte, le supone 40 euros, a cuatro o cinco el kilo de almeja, la mitad de lo que costar¨ªa en la lonja. A Antonio ¡ªnombre ficticio¡ª la vida se le puso cuesta arriba cuando la crisis solt¨® la maza sobre el naval. Tiene cuatro hijos y un quinto en camino. Trabaj¨® casi una d¨¦cada en una auxiliar de Navantia hasta que la grada empez¨® a flojear y la empresa lo ech¨®. Hace cuatro a?os que agot¨® todas las prestaciones y sin lo que saca del mar, la nevera estar¨ªa a cero. A Joaqu¨ªn, ¡ªotro nombre ficticio que elige el protagonista¡ª la marea le pag¨® hace poco los 9.000 euros de la reforma del piso. Empez¨® ¡°demasiado joven¡±, dice, y la espalda se resiente ya. Mover el ra?o cargado de arena mojada equivale a zarandear unos 30 kilos, calcula este furtivo que a¨²n no ha cumplido los 26. Tras la muerte de su padre, las facturas se acumularon y ¨¦l se hizo cargo. En ¨¦pocas de controles m¨¢s relajados, hac¨ªa 200 euros por la ma?ana y 200 m¨¢s por la tarde. Al resto, esas cantidades ya les suenan astron¨®micas.
Los mariscadores sin carn¨¦ se plantaron semanas atr¨¢s ante la delegaci¨®n de la Xunta en la ciudad y ocuparon el vest¨ªbulo del Ayuntamiento. Regresaron al d¨ªa siguiente a pedirle al alcalde, Jos¨¦ Manuel Rey (PP) que interceda por ellos ante la Xunta para que les den permisos. ¡°Si quieren guerra, la tendr¨¢n¡±, afirman sin reparos.
En la r¨ªa faenan tres cofrad¨ªas: Ferrol, Barallobre (Fene) y Mugardos, sost¨¦n de unas 400 familias en la comarca con m¨¢s paro de Galicia. La Conseller¨ªa do Medio Rural e Mar autoriz¨® 105 permex a flote en Ferrol (77) y Fene (28) y 137 permisos m¨¢s para barcos tripulados. A pie, son 53 para Fene, 60 para Mugardos y solo uno para Ferrol. ¡°Un mill¨®n de metros cuadrados de r¨ªa y s¨®lo hay un carn¨¦ a pie¡±, cuestionan los furtivos, convencidos de que con otro plan de explotaci¨®n la r¨ªa podr¨ªa dar para todos. La mayor parte de las zonas productivas est¨¢n vetadas o condicionadas en la extracci¨®n directa por su potente carga fecal, que obliga a los p¨®sitos de Fene y Ferrol a purgar el marisco en aguas m¨¢s abiertas con tres bateas experimentales en la bocana de la r¨ªa.
Carlos y sus compa?eros cuentan que se han hartado de ocultarse, de que les decomisen los trajes de neopreno y los capazos despu¨¦s de tres o cuatro horas sumergidos hasta el pecho en el agua helada. De que los inflen a multas (alguno reconoce que tras muchos a?os ha acumulado hasta 140.000 euros en sanciones), de ¡°los palos de la polic¨ªa¡±, denuncian, y de volver a casa ateridos bajo un pl¨¢stico amarillo. Se quejan de que se les criminalice socialmente por recoger unos pocos kilos de marisco que, aseguran, venden a los mismos mayoristas que los mariscadores legales por la mitad de dinero. ¡°Si a ellos se lo pagan a diez el kilo, a nosotros a cuatro, pero el que nos compra es el mismo¡±, insiste una de las pocas mujeres del grupo. ¡°La ¨²nica diferencia entre ellos y nosotros es la cartulina de la Xunta¡±, razona. Casada con otro furtivo, la mujer denuncia que hay mariscadores con permex que venden parte de sus capturas en negro porque sobrepasan su cupo legal.
Fuentes de la cofrad¨ªa ferrolana admiten que esos casos ocurren, mientras los guardapescas apuntan a los compradores como pieza clave para atajar la sangr¨ªa del furtivismo. ¡°Si hay quien les compra, claro que vuelven al d¨ªa siguiente. Es dinero en mano y el mismo comprador que en lonja¡±, reconoce Javier Mareque, veterano vigilante del p¨®sito de Ferrol, cansado de denunciar insultos y agresiones de los ilegales y de se?alar a los distribuidores. La Xunta sostiene que es una actividad perseguida por la ley que implica un riesgo para la salud y supone un ¡°agravio¡± para los legales. ¡°Si en alg¨²n momento hubo enfrentamientos es porque se mostraron violentos¡±, justifica un portavoz de la Conseller¨ªa de Mar. La ley les ampara para incautarse de los trajes y los aparejos que emplean.
Bromean, cooperan y se han buscado un asesor, que no es otro que Bernardo Bastida, expatr¨®n mayor de Ferrol, ya retirado, y que se signific¨® por su frontal oposici¨®n a la planta de gas de Reganosa. Una pelea que perdi¨® y que lo llev¨® a dormir 15 d¨ªas en la c¨¢rcel por el cierre de la r¨ªa, en mayo de 2007. En su d¨ªa, Bastida se hab¨ªa puesto al frente de otro grupo de mariscadores furtivos que logr¨® regularizar su situaci¨®n y ampliar el n¨²mero de carn¨¦s. Ahora se ha prestado de nuevo a ayudarlos para tratar de repetir el triunfo.
¡°La r¨ªa depurada dar¨ªa para todos¡±
¡°Est¨¢ r¨ªa es riqu¨ªsima. Depurada, aqu¨ª hay para todos¡±, estima Amador V¨¢zquez, una de las voces que habla en nombre del colectivo. Dice que hay mucho marisco a¨²n por sacar y enumera todo lo que se desaprovecha: vieira, longueir¨®n, mejill¨®n, zamburi?a y n¨¦cora. Los bi¨®logos de las cofrad¨ªas lo matizan. ¡°La r¨ªa era muy productiva, pero la dejaron pudrir. Dar¨ªa para todos, s¨ª, pero depurada y con un buen plan de regeneraci¨®n y explotaci¨®n que respete cupos, limpiezas y siembras¡±, opinan desde Fene. ¡°?Qu¨¦ tienen derecho a vivir? S¨ª, pero no a costa de nuestro trabajo¡±, replican. Fuentes de la cofrad¨ªa critican, sin embargo, que Mar rechace incrementar los permex: ¡°Pedimos 25 a pie y nos dar¨¢n cinco como mucho¡±. Los mariscadores legales dejan otro apunte sobre la complejidad del furtivismo en la r¨ªa ferrolana, enquistado desde hace d¨¦cadas. ¡°Hay casos y casos, pero hay quien pudo tener carn¨¦, o lo tuvo, y renunci¨® porque ganaba m¨¢s de ilegal, sin topes ni impuestos¡±, exponen.
Con la bajamar de la tarde, los furtivos esconden el coche y descienden a pie un buen trecho cargados con los aparejos sobre rocas resbaladizas, cruzando un p¨¢ramo de fango pestilente que es una amalgama de papel higi¨¦nico y todas las porquer¨ªas imaginables que expulsan sin tregua las tuber¨ªas. Esta noche no hay control, pero los 39 operativos y las 449 inspecciones ¡ªdesde enero hasta finales de noviembre, con 3.153 kilos y 1.085 aparejos decomisados¡ª no los han hecho desistir. Puede que pierdan las capturas de una noche, pero regresan a la siguiente. A los 80 furtivos que esquilman los bancos de O Couto hay que sumar 35 m¨¢s en la otra orilla, que peinan la ribera entre la antigua Astano y A Barca (Mugardos). Este ¨²ltimo grupo es el que m¨¢s quebraderos de cabeza ha dado a la polic¨ªa auton¨®mica por su agresividad, explican los vigilantes.
A la depuradora de cabo Priori?o todav¨ªa le queda, como poco, otro a?o para estar operativa y empezar a purgar las bacterias fecales (e.coli) y los residuos industriales que han enfermado de gravedad a una r¨ªa que era vivero exquisito.
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