Madrid reduce en un 60% la poblaci¨®n de cabra mont¨¦s en Guadarrama
De 4.000 ejemplares que viven en el Parque Nacional quedar¨¢n 1.500 en 10 a?os
Los d¨ªas de tranquilidad de la cabra mont¨¦s en el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama tocan a su fin. El Gobierno regional autorizar¨¢ su caza con armas de fuego a partir del a?o que viene. Se trata de reducir la superpoblaci¨®n actual de 4.000 ejemplares hasta menos de 1.500 en 10 a?os y recuperar el equilibrio ecol¨®gico de la especie y del entorno. Hasta ahora, los b¨®vidos, que carecen de depredadores naturales, se apresaban con jaulas-trampa y se abat¨ªan con arco, unos sistemas poco eficaces por s¨ª solos. El nuevo plan de gesti¨®n prev¨¦ la muerte del 75% de los animales que sobran, el 25% restante se capturar¨¢ vivo.
Se trata de un control poblacional para garantizar la viabilidad de la especie, dice Medio Ambiente
¡°Se trata de control poblacional para asegurar la viabilidad de la especie y evitar problemas futuros en fauna y flora¡±, puntualizan fuentes de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. "Las extracciones" (como denomina el plan a las capturas) correr¨¢n a cargo de funcionarios o personal designado por el Parque Nacional. Los ejemplares se seleccionar¨¢n "con criterios de conservaci¨®n, nunca por el valor recreativo ni econ¨®mico del trofeo, ni por caza deportiva". El plan se coordinar¨¢ con Castilla y Le¨®n y con los ¨®rganos de gesti¨®n del Parque.
De la caza con arco a las armas
Hace ya a?os que la especie se reproduce a sus anchas por los riscos madrile?os, poniendo en jaque el equilibrio del fr¨¢gil habitat. Una situaci¨®n inimaginable a finales de los ochenta cuando en la sierra no quedaba rastro de cabra mont¨¦s. Entre 1989 y 1992 se reintrodujo con la suelta de 67 ejemplares en el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Fue un ¨¦xito, hasta que la superpoblaci¨®n dej¨® ver su cara.
Los intentos de poner freno a la multiplicaci¨®n comenzaron en 2010 con la instalaci¨®n de siete jaulas-trampa. Llovieron cr¨ªticas desde los sectores conservacionistas debido al destrozo ambiental que provoc¨® la apertura de una pista, que parti¨® canchales de origen preglaciar. En los cuatro a?os transcurridos picaron el cebo 254 ejemplares (las expectativas apuntaban a 200 anuales), que se trasladaron a la reserva cineg¨¦tica de Sonsaz.
El a?o pasado la Comunidad permiti¨® que 10 arqueros abatieran al herb¨ªvoro. Tampoco cumplieron las previsiones: de las 361 cabras a abatir al a?o ¡ªincrementadas en 151 ejemplares cada periodo por los nuevos nacimientos¡ª han cazado 51. Con resultados tan escasos, la opci¨®n de las armas de fuego, esquivada durante a?os por el Gobierno, se ha impuesto.
La Consejer¨ªa de Medio Ambiente argumenta que no son los ¨²nicos: ¡°En Sierra Nevada se extraen anualmente 200 cabras mont¨¦s, lo mismo que en Picos de Europa con rebecos, corzos, venados y jabal¨ªes¡±. Los cient¨ªficos ven mejor repoblar con grandes o medianos carn¨ªvoros. Algo complicado si se habla de lobos.
Ecologistas y politicos est¨¢n de acuerdo en el problema que supone la creciente densidad de los ungulados. Otra cuesti¨®n es la forma de darle soluci¨®n. Los ¨²ltimos informes del Colegio de Veterinarios y de Montes se?alan que los animales pueden hacer peligrar especies end¨¦micas de flora como los pastizales de alta monta?a o variedades que crecen en las rocas y que "ya empiezan a esquilmar". Tambi¨¦n apuntan que est¨¢ en juego la salud de la cabra, ante la posibilidad de que aparezcan epidemias como la sarna y que la transmitan a otras especies salvajes y dom¨¦sticas.
En algunos enclaves la abundancia llega a tal punto que se encuentran hasta 90 ejemplares por kil¨®metro cuadrado, cuando la densidad media recomendada es de 10, seg¨²n datos de Medio Ambiente. El paraje m¨¢s problem¨¢tico es La Pedriza, donde vive el n¨²cleo m¨¢s numeroso de cabras. El Valle de El Paular y Sonsaz, completan las ¨¢reas con mayor concentraci¨®n.
Una parte de los b¨®vidos que se capturen vivos se trasladar¨¢n a Sonsaz. Otros llegar¨¢n a la vertiente francesa del Pirineo de donde la especie se extingui¨® en 1910. El plan de repoblaci¨®n se inicio el verano pasado con el env¨ªo de 41 ungulados. Madrid tiene previsto contribuir con otros 200 b¨®vidos al proyecto, muy pol¨¦mico entre la comunidad cient¨ªfica y los cazadores espa?oles.
Desde Ecologistas en Acci¨®n indican que la Consejer¨ªa deber¨ªa haber presentado el plan ante el Consejo de Caza y los ¨®rganos de gesti¨®n del Parque Nacional. "En todo caso, y a la espera de poder estudiar la propuesta, a nosotros nos preocupa c¨®mo se puede armonizar el disfrute de la naturaleza en lugares tan concurridos como La Pedriza con la utilizaci¨®n de armas de fuego", se pregunta ?ngeles Nieto, miembro de la organizaci¨®n conservacionista.
Para evitar accidentes, la Consejer¨ªa tiene previsto elaborar un mapa con las ¨¢reas m¨¢s visitadas y alejar de ellas el control poblacional. Tampoco se cazar¨¢ en fines de semana o en los meses de mayor afluencia, y se informar¨¢ de los lugares a evitar en la web de la Comunidad de Madrid y del Parque Nacional, adem¨¢s de en los propios senderos y en los centros de interpretaci¨®n. A la espera del pistoletazo de salida, los excursionistas pueden contemplar todav¨ªa sin grandes problemas a las manadas de todav¨ªa confiadas e imponentes cabras.
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