¡°El CCCB no tiene que posicionarse en el debate soberanista¡±
Entrevista a Vicen? Villatoro, director del Centre de Cultura Contempor¨¢nia de Barcelona desde hace tres semanas
El periodista y escritor Vicen? Villatoro (Terrassa, 1957) es, desde hace tres semanas, el nuevo director del Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB), uno de los trasatl¨¢nticos culturales de la ciudad, que en 2014 cumple 20 a?os. Fue nombrado al d¨ªa siguiente de anunciar su antecesor Mar?al Sintes que abandonaba el cargo un a?o antes de agotar su mandato. Villatoro, director general de Promoci¨®n Cultural (1997-2000), director general de la Corporaci¨®n Catalana de Radio i Television (2002-2004), diputado en el Parlament por CiU (1999-2002) y director del Institut Ramon Llull (2010 y 2013), es habitual en tertulias y colabora en varios diarios.
Pregunta. ?Pensaba que llegar¨ªa a dirigir el CCCB?
Respuesta. Nunca he planificado mi vida laboral, las cosas llegan por su propia din¨¢mica.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa a los que aseguran que su cargo es pol¨ªtico?
R. Ni es pol¨ªtico ni t¨¦cnico, creo que la gesti¨®n cultural no es tecnocr¨¢tica, es algo que tiene que ver con el mundo de las ideas, con las posiciones personales y las visiones del mundo. Es un cargo con trascendencia pol¨ªtica, pero no me considero un funcionario pol¨ªtico. Llego aqu¨ª con una trayectoria personal, con unas ideas sobre el mundo que son expl¨ªcitas, que est¨¢n firmadas, y eso lo interpreto como una virtud. A m¨ª me gustar¨ªa que alguien que ocupara un cargo como este tuviera unas ideas; saber qu¨¦ piensa.
P. ?Es cierto que el equipo del centro pidi¨® un concurso real?
R. Un concurso presenta ventajas, transparencia y estabilidad, pero como concepto evoca la tecnocracia. La cultura tiene un componente de ideas, aplicar solo criterios t¨¦cnicos es reduccionista.
P. ?No dej¨® en 2013 el Institut Ramon Llull para escribir?
R. S¨ª, y he terminado la novela en la que he trabajado siete a?os dedic¨¢ndole el 100% del tiempo. Si hace seis meses me piden que dirija el CCCB habr¨ªa dicho que no.
No me considero un funcionario pol¨ªtico. Llego aqu¨ª con una trayectoria personal¡±
P. ?Cu¨¢les van a ser las l¨ªneas generales del CCCB a partir de ahora?
R. Suena extra?o, pero es la continuidad. Este es un centro sobre de interpretaci¨®n del presente, por lo que cambia cada d¨ªa. Tengo mis propias l¨ªneas que sin ser revolucionarias, tienen un punto de novedad. Respeto mucho el Plan Director 2012-2106 pero se ha de revisar, porque las cosas cambian continuamente.
P. ?Tendr¨¢ vocaci¨®n internacional o m¨¢s localista?
R. Ni una cosa ni otra. Si fuera solo local ser¨ªa provincial y si fuera internacional no tendr¨ªa ra¨ªces. El tema es c¨®mo relacionar lo local con lo universal. Nosotros tenemos que explicar el Mundo desde aqu¨ª, explicar cosas que le interesa a todo el mundo. No creo que el CCCB tenga que hacer un debate sobre el proceso soberanista, sobre ¡°independencia s¨ª o no¡±, eso es para los diarios donde yo lo hago de forma apasionada, pero el CCCB no se ha de posicionar en eso. S¨ª plantear temas como la crisis del estado-naci¨®n del que Catalu?a seria un ejemplo. El CCCB ha de ser un lugar de s¨ªntesis, un lugar que ilumine espacios invisibles.
P. ?C¨®mo est¨¢ la relaci¨®n con su vecino el Macba?
R. Llevo solo tres semanas..., est¨¢ en el horizonte. Tengo claro que la relaci¨®n ha de ser conceptual y espacial. Es curioso que despu¨¦s de 20 a?os este tema est¨¦ por hacer. No es que se haya hecho mal, pero tampoco bien, sino que no se ha hecho a nivel global. Es fruto de los tiempos que corren, un efecto colateral de la crisis que ha alimentado el esp¨ªritu cooperativo, que ha hecho anttiest¨¦tico el no colaborar.
P. ?Tiene el CCCB la posici¨®n que se merece en la ciudad?
R.No s¨¦ si la que se merece, pero si creo que tiene un espacio especifico que ha conseguido a lo largo de los a?os. Felicito a Josep Ramoneda, porque nadie daba un duro por el CCCB cuando naci¨® hace 20 a?os, pero ¨¦l le dio sentido al proyecto. Los nuevos equipamientos que han nacido desde entonces no le han recortado el per¨ªmetro.
Si el CCCB estuviera dedicado solo a lo local ser¨ªa provinciano¡±
P. ?C¨®mo valora que La Caixa haya nombrado a Ramoneda director del Espai de Humanitats, para reflexionar sobre la sociedad actual?
R. Me parece fant¨¢stico. Si yo fuera La Caixa seria unas de las personas en las que habr¨ªa pensado.
P. ?El CCCB sigue siendo un instrumento inc¨®modo para CiU?
R. Ya no es un instrumento inc¨®modo. Hubo momentos en los a?os 90, en el que la guerra fr¨ªa te?¨ªa la vida cultural; el mundo socialista ten¨ªa el monopolio de la ciudad y el convergente el de la naci¨®n. Se aplicaban juicios y prejuicios, pero hace, al menos una d¨¦cada, desde que Maragall lo gobern¨® todo, que esto se ha superado. Muchos de los que protagonizaron eso ya no est¨¢n y los que quedamos consideramos que ya no tiene sentido.
P. ?Le afecta al CCCB la crisis?
R. Lo mismo que a otros centros, pero es menos dram¨¢tico por la propia solvencia de la instituci¨®n mayoritaria, la Diputaci¨®n de Barcelona. El presupuesto volver¨¢ a ser este a?o de nueve millones de euros, por lo que no se pone en peligro el modelo, aunque se han de buscar nuevas fuentes de financiaci¨®n, ya que solo el 10% son ingresos propios. Existe un debate interno, no de reducir actividades, sino concentrarlas y racionalizarlas, porque hay acumulaci¨®n y contracci¨®n entre algunas. En cuanto a los visitantes, este a?o se superar¨¢n los 300.000 del ¨²ltimo a?o. Estamos trabajando en c¨®mo incluir las visitas no presenciales, que cada vez son m¨¢s.
P. ?Solo tiene contrato por un a?o?
R. Si, un a?o prorrogable. En un tema administrativo que incluso es sano. Falta menos un a?o para las elecciones. Es antiest¨¦tico que en v¨ªspera electoral se fiche a alguien por cuatro a?os. Mi idea es estar cuatro a?os, un periodo razonable, ocho ya ser¨¦ muy mayor y no veo bien la perpetuaci¨®n en los cargos.
P. ?Su nuevo cargo le dejar¨¢ tiempo para escribir?
R. Se escribe siempre. No todo es coger la pluma y escribir.
P. Su ¨²ltimo libro, Un home que se n¡¯va, ha sido un viaje introspectivo hacia lo personal. ?Ha sido una liberaci¨®n?
R. No creo en la funci¨®n terap¨¦utica de la escritura. La literatura no cura las heridas, las remueve. No sufr¨ª, pero no es una liberaci¨®n, ni un deber con mi abuelo ni los emigrantes andaluces, era un proyecto literario, nada m¨¢s.
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