Los equipos de rescate hallan a uno de los tres tripulantes del ¡®Paquito II¡¯

Hab¨ªan pasado por esa zona, doblando el cabo de Corrubedo, decenas de veces, siempre cargados de mejill¨®n de Arousa con destino a la batea que la empresa de Boiro propietaria del barco tiene en la r¨ªa de Muros. Con mal tiempo es un lugar peligroso, escenario de otros naufragios a lo largo de los a?os, pero los tres tripulantes del Paquito II lo conoc¨ªan muy bien. Y la del pasado martes tampoco era una jornada de especiales inclemencias meteorol¨®gicas, aunque hab¨ªa un intenso mar de fondo. Todo apunta a que el golpe s¨²bito de una ola hizo volcar la embarcaci¨®n, de 18 metros de eslora, pasadas las tres de la tarde del martes, a una milla al norte de Corrubedo, donde ayer se encontr¨® el pecio del Paquito II.

?Casi al mismo tiempo en que los buceadores dieron con el barco, sobre las tres de la tarde de ayer, una lancha de salvamento de la Xunta hallaba, a m¨¢s de cinco millas de distancia, en las proximidades de la isla de S¨¢lvora, el cad¨¢ver del patr¨®n. Germ¨¢n Fern¨¢ndez Tri?anes, de 52 a?os, casado y con dos hijos, hab¨ªa dedicado casi toda su vida a trabajar en barcos bateeiros. Era vecino de Cabo de Cruz, el puerto pesquero de Boiro, al igual que sus dos compa?eros, de los que todav¨ªa no hay rastro: Santiago Blanco Treus, de 47 a?os, padre de un hijo, y Juan Antonio Hermo Torrado, de 38. Los buceadores que accedieron al pecio comprobaron que la puerta del puente estaba abierta, lo que parece indicar que al menos intentaron saltar al agua antes del hundimiento.

Ya sin ninguna esperanza de encontrarlos con vida, despu¨¦s de que en la noche del martes apareciesen algunos objetos procedentes del barco, todos los esfuerzos se concentraron ayer en localizar al Paquito II. A media ma?ana, una lancha de la Xunta hall¨® un cabo que parec¨ªa pertenecer al barco. Los submarinistas se sumergieron en el lugar y hallaron la tolva, el dep¨®sito para guardar mejill¨®n. En la segunda inmersi¨®n, a 300 metros de distancia y casi 40 de profundidad, dieron al fin con el Paquito II.