Podemos en una encrucijada
Si quiere hacer una nueva pol¨ªtica ha de renunciar al poder y si quiere el poder, ha de recurrir a las viejas formas de hacer pol¨ªtica
La eclosi¨®n de Podemos en el panorama pol¨ªtico supone, como ha dicho Enric Juliana, la irrupci¨®n, por primera vez en d¨¦cadas de un grupo netamente intelectual en el escenario pol¨ªtico. Siendo optimistas, quiz¨¢s podr¨ªa decirse que la irrupci¨®n de Podemos ha significado agregar un vocabulario al debate pol¨ªtico que era ajeno a los pol¨ªticos actuales. Y digo ¡°agregar¡± cuando a lo mejor deber¨ªa decir ¡°recuperar¡±, pues la mercadotecnia no domin¨® siempre la ret¨®rica pol¨ªtica y hubo un tiempo ¡ª ya me disculpar¨¢n la pedanter¨ªa¡ª en que el pensamiento pol¨ªtico tambi¨¦n form¨® parte de la ret¨®rica pol¨ªtica. Creo que Podemos intent¨® tal ¡°recuperaci¨®n¡± en sus inicios. Tal intento, sin embargo, se ha visto frustrado por una dificultad te¨®rico-pr¨¢ctica insoslayable que presentar¨¦ a continuaci¨®n.
Creo que en el fen¨®meno Podemos anida un dilema que afecta al alma de su proyecto. O bien Podemos hace nueva pol¨ªtica pero entonces muy probablemente renuncia al poder; o bien abraza el poder pero entonces no puede alcanzarlo mediante nuevas formas de hacer pol¨ªtica.
En el fen¨®meno Podemos anida un dilema que afecta al alma de su proyecto
Por ¡°nuevas formas de hacer pol¨ªtica¡± se entiende que la democracia, y el poder en democracia, se ejerce desde abajo hacia arriba. Pero decir que ¡°la democracia se ejerce desde abajo hacia arriba¡± es una expresi¨®n ambigua. Puede querer decir que la respuesta a la pregunta ¡°?qu¨¦ hacer?¡± depende de las opiniones de la ciudadan¨ªa. Pero tambi¨¦n puede querer decir que existe un mecanismo de ida y vuelta entre los partidos y la ciudadan¨ªa mediante el cual los primeros ejercen un papel de intelectual org¨¢nico, construyendo, en di¨¢logo con los segundos, un relato acerca de qu¨¦ ocurre en la sociedad y por cu¨¢les razones. Tambi¨¦n en este ¨²ltimo caso el sujeto pol¨ªtico relevante en ¨²ltima instancia lo constituye la ciudadan¨ªa.
Mientras que en el primer caso aquello que cuenta son los n¨²meros, o, para decirlo con las palabras de Max Weber, lo que cuenta es aquello que proporciona votos, y los partidos, como las empresas, se encargan de dar satisfacci¨®n a las preferencias privadas, en el segundo caso lo que cuenta son las ideas y la construcci¨®n p¨²blica del relato, que se encarna en la ciudadan¨ªa.
En la primera versi¨®n de ¡°desde abajo hacia arriba¡± no hay nada que permita interpretar esta expresi¨®n como una nueva forma de hacer pol¨ªtica. Los grandes partidos llevan d¨¦cadas actuando de esta manera, construyendo sus programas electorales en funci¨®n de las preferencias del segmento de ciudadan¨ªa al que quieren llegar.
La gestaci¨®n de Podemos parec¨ªa estar vinculada a la segunda versi¨®n. Pero a medida que van pasando los meses, Podemos parece suscribir el razonamiento seg¨²n el cual llegar al poder depende de los n¨²meros, es decir, depende de abanderar aquello que proporcione votos. Esto quedar¨ªa confirmado por el hecho de que las propuestas positivas de Podemos se amoldan cada vez m¨¢s a los est¨¢ndares de los partidos socialdem¨®cratas europeos. Dicho de otra manera: proponen cosas cuyo ¨¦xito electoral ha sido verificado en algunas ocasiones en el pasado.
Proponen cosas cuyo ¨¦xito electoral ha sido verificado en algunas ocasiones en el pasado
Otra confirmaci¨®n en este sentido la constituir¨ªa el latiguillo, al que aluden las cabezas pensantes de Podemos, seg¨²n el cual su objetivo es ocupar la centralidad del tablero. Pero esto no es una idea, al menos no es una idea que tenga contenido pol¨ªtico. Es, simplemente, un c¨¢lculo electoral.
Razonar sobre la base del criterio seg¨²n el cual el poder se alcanza satisfaciendo las preferencias de los agentes del mercado es la vieja manera de hacer pol¨ªtica. De nuevo: o bien Podemos hace nueva pol¨ªtica, pero entonces muy probablemente renuncia al poder, o bien abraza el poder pero entonces no puede alcanzarlo mediante nuevas formas de hacer pol¨ªtica. Por el momento Podemos parece optar por la segunda v¨ªa, ya que, si de lo que se trata es del ascenso al poder, entiende que la primera le lleva al fracaso; de esta forma, obvia el verso de Beckett con arreglo al cual de lo que se trata es de fracasar cada vez mejor.
Hay, adem¨¢s, una raz¨®n ulterior debido a la cual el proyecto de Podemos est¨¢ encapsulado en la vieja pol¨ªtica. Buena parte de sus votantes les votan por castigo a otros partidos. Es decir, les votan por razones negativas, no por razones positivas. Pero entonces Podemos es parte del problema y no la soluci¨®n. Para que Podemos pudiera ser pol¨ªtica nueva los ciudadanos tendr¨ªan que votarle por razones positivas, no por estar decepcionados con aquellos partidos que, en condiciones normales, constituir¨ªan su primera opci¨®n; Podemos deber¨ªa estar en condiciones de ser la primera opci¨®n con independencia del contexto, de lo contrario estar¨¢ m¨¢s cerca de la vieja pol¨ªtica que de la nueva.
No pretendo emitir un juicio sumario sobre la vieja pol¨ªtica. Quiz¨¢s sea la menos mala de las opciones. O quiz¨¢s no lo sea, pero entonces se debe estar dispuesto a asumir las agridulces consecuencias enunciadas en el hermoso verso de Beckett. Lo ¨²nico que pretend¨ªa se?alar aqu¨ª es que Podemos se encuentra en una encrucijada te¨®rico-pr¨¢ctica de la que su n¨²cleo intelectual no puede salir sin rasgu?os.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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