A destrozar otro a?o
La idea de que quien puede choricear acabar¨¢ haci¨¦ndolo parece ajustarse m¨¢s a la realidad que su contraria
Al paso que vamos no va a quedar ni un pol¨ªtico o allegado sano, tanta es la ignominia en el ejercicio de una legitimidad siempre tentada por las tentaciones de siempre. El problema no es tanto que los pol¨ªticos yerren como que yerren mal, esto es, que con algo de suerte se alcen con el control de los dineros del Estado y que entonces se encuentren en condiciones de hacer lo que les viene en gana con el monto total de nuestros impuestos y otras gabelas que se encuentran en su camino. La idea de que quien puede choricear acabar¨¢ haci¨¦ndolo parece ajustarse m¨¢s a la realidad que su contraria, por no mencionar a los que se instalan en el llamado servicio p¨²blico con la ¨²nica intenci¨®n de forrarse, como es tal Vicente Sanz, que tanto tuvo que ver con el desastre final de RTV, que empez¨® dando la vara pol¨ªtica con Eduardo Zaplana y acab¨® acusado de abusica por algunas de sus empleadas. Hay que reconocer que esas cuestiones se las mont¨® mucho mejor su jefe, con sus escapadas parisinas. Y es solo un ejemplo m¨ªnimo.
Claro est¨¢ que la mayor parte de las veces al mangui se le ve venir a poco que te fijes un poco. Y as¨ª, pese a su carota de obispo, a pocos les extra?¨® que Rafael Blasco fuera capaz de hacer lo que hizo y mucho m¨¢s que tambi¨¦n hizo y sobre lo que se guard¨® un denso silencio, antes de la chapucera jugada de Calpe. Se ve, se siente, la corrupci¨®n est¨¢ presente, y antes o despu¨¦s se destapar¨¢, porque basta con que un subordinado se sienta ofendido o menospreciado para murmurar para sus adentros: te vas a enterar, gilipollas. Es casi lo mismo que el disparatado caso de Consuelo Ciscar, que ha pasado varios a?os haciendo como que dirig¨ªa ¨¢reas muy importantes de la cultura institucional. Despu¨¦s de sus mangoneos en diversos consorcios de lo que fuera, siempre que aquello oliera a cultura (?dios m¨ªo!), ?a qui¨¦n le puede extra?ar que las cifras de visitantes reales del IVAM sean inferiores en un mill¨®n a las facilitadas por la jefa para el a?o pasado, ni que el n¨²mero de entradas vendidas se sit¨²e en torno a las 35.000 para el mismo periodo? Como no sea que algunos de sus ac¨®litos, tipo Jos¨¦ Sanle¨®n, visitara el museo, y sin pagar, un mill¨®n de veces durante 2013, que tampoco ser¨ªa de extra?ar.
El asunto no es para andarse con frivolidades, pero tampoco para salir por alegr¨ªas. Es posible que las formaciones pol¨ªticas m¨¢s j¨®venes que andan aglutin¨¢ndose a la vista del a?o electoral que nos espera conf¨ªen tanto en su poder medi¨¢tico como en la desdicha de millones de ciudadanos para que la buena gente acabe por ser buena del todo y se decida a votarles. Ojal¨¢ fuera as¨ª. Lo que no est¨¢ claro es c¨®mo reconvertir en personas con seso a los millones de votantes que han optado por confiar en los peperos durante tantos a?os, ya sea en esta comunidad o en otras de mayor envergadura. No se recicla as¨ª como as¨ª una miop¨ªa de tanta envergadura en cuesti¨®n de meses, tal vez tampoco en a?os. La gente, por utilizar un t¨¦rmino un tanto despectivo y tan inarticulado como los pol¨ªticos que a ¨¦l recurren a menudo, no es tonta, por supuesto; lo que suscita muchas veces la pregunta acerca de por qu¨¦ se empe?a tanto en parecerlo. Casi tanto como sus presuntos salvadores parodiando a La Tuna.
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