Metro sufre una estafa de un mill¨®n, de dos en dos euros

No dos, sino tres p¨¢jaros de un tiro han ca¨ªdo en la red de Metro. Desde hace cinco a?os, los tres, de manera independiente y sin saber nada el uno del otro, comet¨ªan exactamente el mismo delito, con id¨¦ntico y rudimentario modus operandi. Fabricaban, en la intimidad de sus respectivos hogares, con bombonas de camping gas, tornos y radiales, y una a una ¡ªhasta 12.000 al mes¡ª, monedas falsas de dos euros. Luego recorr¨ªan las m¨¢quinas expendedoras de billetes del suburbano, anulaban la operaci¨®n de compra y esperaban a que cayesen como devoluci¨®n las monedas buenas. Un cambio perfecto. As¨ª hasta provocar una deuda a la empresa de transporte madrile?a de un mill¨®n de euros, seg¨²n las estimaciones realizadas a posteriori por el Banco de Espa?a.

Los estafadores, de origen b¨²lgaro, no ten¨ªan ninguna relaci¨®n entre s¨ª

Se trataba de tres hombres, los tres de origen b¨²lgaro y mayores de 50 a?os. ¡°Podr¨ªan conocerse de vista por formar parte de la comunidad b¨²lgara, pero no ten¨ªan ninguna relaci¨®n entre s¨ª¡±, explica uno de los agentes de la llamada Operaci¨®n Monedillas, desarrollada por el Grupo Operativo de Metro Sol junto a la Brigada de Investigaci¨®n del Banco de Espa?a, que concluy¨® hace dos semanas con la detenci¨®n de los tres falsificadores.

Despu¨¦s de que el pasado mes de junio Metro alertara de que en sus m¨¢quinas aparec¨ªa un volumen inusual de monedas de dos euros falsas, la polic¨ªa se puso a rastrear la red. C¨¢mara a c¨¢mara, grabaci¨®n por grabaci¨®n, d¨ªas, horas... Hasta llegar a conocer hasta el modelo de las zapatillas de quien podr¨ªa ser el presunto estafador. ¡°Alguien que pasaba demasiado rato ante una m¨¢quina en la que habitualmente s¨®lo se compran billetes¡±, por ejemplo, se convert¨ªa en sospechoso. La sorpresa lleg¨® cuando los agentes descubrieron que no era uno, sino tres los posibles estafadores.

La investigaci¨®n se ha dilatado durante casi seis meses: ¡°No hab¨ªa un patr¨®n, no repet¨ªan casi nunca en la misma m¨¢quina, la red de metro es enorme, e inicialmente busc¨¢bamos solo a uno, no a tres¡±, explica el agente.

Las vigilancias dieron sus frutos y hace dos semanas la polic¨ªa entr¨® en los cuarteles generales de sus tres sospechosos. All¨ª, en sus propias casas, estaban todos los enseres preparados para fabricar monedas: el camping gas en el que fundir los metales que sacaban de chatarrer¨ªas o de las basuras, las pesas, las radiales, en un caso hab¨ªa hasta un torno de precisi¨®n. El resultado es que las monedas artesanales lograban burlar los sensores de las m¨¢quinas porque ten¨ªan las dimensiones y el peso exacto, los dos par¨¢metros por los que se suelen regir esos expendedores autom¨¢ticos. En alg¨²n caso, aparecieron tambi¨¦n en m¨¢quinas de tabaco y en el metro ligero.

Cada uno hac¨ªa las monedas a su manera. Los tres ten¨ªan antecedentes policiales por delitos de falsificaci¨®n (entre otros). Incluso, en sus declaraciones, llegaron a reconocer que hab¨ªan falsificados monedas de 500 pesetas de las de antes. Tres viejos y experimentados estafadores que ahora se enfrentan a un delito de falsificaci¨®n de moneda (entre ocho y 12 a?os de prisi¨®n) y otro de estafa (de seis meses a tres a?os).