Generalitat 2016
Podr¨ªa ser el ¨²ltimo a?o en que tengamos todav¨ªa una Administraci¨®n valenciana que m¨¢s o menos sea digna de ese nombre
2015 tiene la ¡°gracia¡± de que podr¨ªa ser el ¨²ltimo a?o en que tengamos todav¨ªa una Generalitat valenciana que m¨¢s o menos sea digna de ese nombre. Eso si asumimos, claro est¨¢, que lo que a d¨ªa de hoy conservamos todav¨ªa lo sea. Porque un ente gestor comandado por quien es designado desde su partido en Madrid para aplicar las pol¨ªticas que le dictan desde la capital, sin libertad para dise?ar el n¨²cleo esencial de las competencias que son de su responsabilidad y nula capacidad de acci¨®n o reivindicaci¨®n pol¨ªtica, dedicado a legislar sobre chorradas siderales como la mandanga de las ¡°se?as de identidad¡± para que los palmeros de turno puedan intentar convencer a alg¨²n despistado de que se sigue pintando algo es un triste resultado para todo aquel que crea en el autogobierno y sin duda tiene poco que ver con lo que se pensaba a finales de los a?os 70, en tiempos de preautonom¨ªa, que habr¨ªa de ser la Generalitat. Pero, como todo es susceptible de empeorar, no conviene descartar que, como se?ala la propaganda institucional del Consell, seamos capaces de deslizarnos a¨²n m¨¢s por esta pendiente i que, este a?o que empieza, anem a m¨¦s (o sea, y como siempre desde hace ya muchos a?os, a menos).
Las posibilidades son variadas, desde la intervenci¨®n directa aplicando a la Comunitat Valenciana los mecanismos previstos en la ley de estabilidad presupuestaria a todo tipo de medidas de retorsi¨®n menos traum¨¢ticas aparentemente pero igualmente limitadoras que previsiblemente alcanzar¨¢n su c¨¦nit a partir de que se produzca, en mayo, el inevitable cambio de gobierno. A fin de cuentas el Estado prefiere no recuperar competencias que s¨®lo le dar¨ªan dolores de cabeza siempre y cuando aqu¨ª no se haga nada que incomode o disguste. A Madrid le resulta muy c¨®modo tener a una capitidisminuida Generalitat ahogada por la infrafinanciaci¨®n cumpliendo la funci¨®n de perfecto chivo expiatorio. M¨¢s todav¨ªa si aqu¨ª gobierna un ¡°tripartit¡±, ¡°quadripartit¡± o lo que sea posible construir a partir de las nuevas mayor¨ªas a quien se?alar ante los ciudadanos como ejemplo supino de incompetencia por no ser capaz de frenar el espectacular derrumbe de todo el entramado auton¨®mico¡ y de los servicios que se encarga de prestar.
Conviene ser, pues, consciente de que la estrategia de recuperaci¨®n y reforma de la Generalitat valenciana como algo ¨²til para los ciudadanos pasa por asumir que, para 2016, es perfectamente posible que ¨¦sta, de facto, ya no exista si seguimos como hasta ahora. Y trabajar sobre esa base. Una base que significa que, en realidad, hay poco que perder, pues la diferencia entre tener esto que tenemos y no tener nada es m¨¢s bien poca. Pero, tambi¨¦n, partir de la asunci¨®n de que, con esta financiaci¨®n y esta situaci¨®n, o se hacen las cosas especialmente bien o no hay manera de revertir la din¨¢mica. Del mismo modo que los valencianos, recibiendo mucha menos financiaci¨®n per c¨¢pita para sanidad o educaci¨®n que los dem¨¢s s¨®lo podemos tener un nivel de prestaci¨®n del servicio m¨¢s o menos semejante si nuestros m¨¦dicos y profesores trabajan mucho m¨¢s y mejor que el resto de profesionales espa?oles y se logra una organizaci¨®n sensiblemente m¨¢s eficiente, s¨®lo con un programa mucho m¨¢s ¡°eficiente pol¨ªticamente¡± se puede reanimar el autogobierno valenciano.
Necesitamos, por pura supervivencia, tratar de dise?ar para 2016 una Generalitat valenciana que sea mejor en todo que el resto de administraciones auton¨®micas. Y para ello es imprescindible un tratamiento de choque a todos los niveles. Hay que conseguir como sea una mejor selecci¨®n de funcionarios (y parar las masivas estabilizaciones que el PP est¨¢ promoviendo para interinos pol¨ªticamente designados y dem¨¢s personas contratadas sin pasar procesos selectivos), nuevas normas en materias tan sensibles como el urbanismo (que reviertan engendros como la reciente LOTUP y sus intenciones de ¡°eliminar trabas ambientales a los procesos de transformaci¨®n urban¨ªstica¡±), normas propias procedimentales y de contrataci¨®n o transparencia que sean las m¨¢s ambiciosas de Europa¡ y hay que hacerlo r¨¢pido y bien porque, sencillamente, no hay m¨¢s remedio.
Todo ello requiere tambi¨¦n de un programa pol¨ªtico ambicioso y osado, que invente mecanismos de participaci¨®n y articulaci¨®n pol¨ªtica de la ciudadan¨ªa que sencillamente han de idearse desde cero porque a d¨ªa de hoy no existen ni aqu¨ª ni en ning¨²n otro lugar de Espa?a. Pero que son esenciales porque ese proceso ambicioso, de transformaci¨®n radical, s¨®lo puede hacerse si se logra tener detr¨¢s a las valencianas y valencianos¡ y que ese apoyo se visibilice de forma clara ante la previsible confrontaci¨®n con el Estado que seguir¨¢. Si ello no se logra, sencillamente, nada podr¨¢ transformase en profundidad y seguiremos como hasta ahora, con la lenta agon¨ªa del autogobierno. Quiz¨¢s no ocurra nada si a la postre ¨¦ste desaparece falto de ese apoyo social activo, participativo y militante necesario para salvarlo y dotarlo de contenido. Pero ser¨ªa una pena que acabara desapareciendo, simplemente, porque ni siquiera se ha intentado comprobar si hab¨ªa agua en la piscina. Pi¨¦nsese que la ¡°gracia¡± del asunto del que habl¨¢bamos al principio hace que, en cambio, si se lograre lo tenga que ser necesariamente de la mano de constituirnos en la vanguardia de la regeneraci¨®n democr¨¢tica e institucional del pa¨ªs. No estar¨ªa mal.
@Andres_Boix blog en http://www.lapaginadefinitiva.com/aboix
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