El revolucionario exquisito
¡°Hay un independentismo catal¨¢n tranquilo, democr¨¢tico, progresista, culto y solidario¡que engloba sectores de formaci¨®n y tradici¨®n diversa¡±
No estamos ante una de aquellas batallas que se libran para que todo siga igual", asegura Joan Manuel Tresserras, un tipo de razonamiento implacable y sonrisa tranquilizadora; un marxista de libro, ide¨®logo de cabecera de ERC y enemigo declarado de los lampedusianos, aquellos que gustan de fuegos de artificio para que todo siga igual. Su revoluci¨®n habr¨¢ de ser exquisita en la forma pero radical en el fondo; una guerra pac¨ªfica pero mortal para los partidos de la burgues¨ªa catalana y para el Estado depredador, sus dos formidables adversarios a los que pretende batir de un solo golpe y ahora mismo.
De muy joven se hizo sacrist¨¢n, de los de Manuel Sacrist¨¢n, militante de las Plataformas Anticapitalistas y luego de los CCC, Col¡¤lectiu Comunista Catal¨¤, con Francesc Espinet, Gil Matamala, Juli¨¤ de J¨°dar y Montserrat Tura, entre algunos otros. En su casa guarda como un tesoro un ejemplar de Fet Nacional Catal¨¤ i LLuita de Classes, un op¨²sculo de referencia y reverencia, editado por ellos mismos en 1977, en el que los j¨®venes militantes de la extrema izquierda obrerista desarrollaron la equiparaci¨®n te¨®rica de los dos conceptos, el nacional y el de clase. A los 22 a?os, ya hab¨ªa llegado a la convicci¨®n independentista, v¨ªa marxismo, y adoptado su tesis referencial: el proceso de liberaci¨®n nacional deber¨ªa tener un contenido de clase, pero esta no podr¨ªa ser la burgues¨ªa, la impulsora tradicional de los Estados naci¨®n, porque se hab¨ªa vendido al franquismo por una promesa de orden y de acceso al mercado espa?ol.
Resisti¨® con sus camaradas la decepci¨®n de la Transici¨®n y la realidad del independentismo, muy alejada de las posiciones hegem¨®nicas so?adas: ¡°entonces ¨¦ramos un testimonialismo grupuscular¡±. Su cuartel de invierno fue la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la UAB, all¨ª, con su amigo y c¨®mplice de toda la vida, Enric Marin, escribieron a cuatro manos sobre materialismo y comunicaci¨®n de masas, imaginaron un espacio de comunicaci¨®n catal¨¢n y mantuvieron alguna actividad pol¨ªtica espor¨¢dica. Apoyaron a Herri Batusana en las elecciones europeas de 1987 y se arrepintieron al poco, cuando el atentado de ETA en Hipercor, firmando los dos un art¨ªculo en EL PA?S de rechazo a la violencia como instrumento de pol¨ªtica democr¨¢tica. Guarda todav¨ªa las cartas amenazadoras de remitentes partidarios de lo contrario. Tambi¨¦n estuvo en la Crida, hasta su disoluci¨®n.
Tuvo un flechazo con Carod Rovira y trabaj¨® para convertirlo en "el tercer hombre" entra Pujlo y Maragall
Durante muchos a?os, hasta finales de los 90, no supo ver en ning¨²n partido nada que le despertara inter¨¦s. Un d¨ªa conoci¨® en una comida a Josep Llu¨ªs Carod Rovira y al salir llam¨® a su amigo: ¡°Enric, tenemos l¨ªder¡±. Fue un flechazo pol¨ªtico, de inmediato se puso manos a la obra para convertir al secretario general de ERC en el tercer hombre de la pol¨ªtica catalana, entre Pujol y Maragall. La campa?a hizo posible el pacto del Tinell y descarril¨® en Perpi?¨¢n. De todas maneras no milit¨® en ERC hasta el a?o 2010, despu¨¦s de haber sido consejero de Cultura en el segundo tripartito y cuando el desastre electoral de su partido, y de la izquierda en general, ya se hab¨ªa consumado.
¡°CiU gan¨® aquellas elecciones con el programa de ERC de hac¨ªa diez a?os, el concierto econ¨®mico; hab¨ªamos perdido las elecciones pero est¨¢bamos ganando la batalla conceptual¡±. Con esta tesis por bandera, recorri¨® las sedes republicanas del pa¨ªs para contagiarles su optimismo natural: la aparici¨®n en escena de Oriol Junqueras, con su versi¨®n republicana de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, era la se?al divina de la recuperaci¨®n. En 1992, escribi¨® en El Viejo Topo: ¡°hay un independentismo catal¨¢n tranquilo, democr¨¢tico, progresista, culto y solidario¡que engloba sectores de formaci¨®n y tradici¨®n diversa y ejerce cada vez m¨¢s de n¨²cleo hegem¨®nico¡±. Veinte a?os despu¨¦s, crey¨® llegada la hora de aquella profec¨ªa.
En la primavera de 2012, tras la formaci¨®n de la ANC, de la que ¨¦l particip¨® de forma muy discreta, se reafirm¨® en su tesis. ¡°La Asamblea es una propuesta nacida directamente de las clases populares, con voluntad hegem¨®nica, un desbordamiento de la pol¨ªtica institucional¡±. El adelanto electoral decidido por el presidente Mas aquel a?o, permiti¨® la recomposici¨®n del espacio soberanista en beneficio de ERC, hasta el punto que Tresserras intuy¨® que las condiciones objetivas fijadas 35 a?os antes estaban pr¨¢cticamente cumplidas. ¡°La hegemon¨ªa social se hab¨ªa desplazado de las clases tradicionales hacia un nuevo bloque hist¨®rico, formado b¨¢sicamente por los sectores sociales que pretend¨ªa representar ERC desde la renovaci¨®n de Junqueras; se hab¨ªa confirmado la inexistencia de una oferta por parte del Estado espa?ol, as¨ª como la falta de iniciativa de las clases dirigentes aut¨®ctonas y era evidente que los partidos iban a remolque de la sociedad movilizada¡±.
Considera Tresserras que la ANC surge de las bases y desborda la pol¨ªtica institucional
El paso de los meses no hace sino reafirmarlo en su prospectiva. En un acto en la sede de ?mnium exalta ¡°el car¨¢cter revolucionario del llamado Proceso y la responsabilidad de los catalanes de ser originales, dado que lo que estamos protagonizando no tiene precedentes en Europa¡±. Desde el verano del Tricentenario, el marxista persistente que se explica como un profesor educado y apasionado est¨¢ on fire. Desarrolla su propuesta de la doble revoluci¨®n catalana, la nacional y la social: ¡°All¨ª donde hay un Estado fuerte, como en Espa?a, que ejerce una dominaci¨®n con mano de hierro, el cambio es muy dif¨ªcil; por el contrario, en Catalu?a, si rompemos con este Estado, las puertas de la revoluci¨®n social se nos abren de par en par¡±. Habla de ¡°un Estado transformador desde el mismo instante de su creaci¨®n, con una arquitectura institucional no dominante sino protectora de los derechos y libertades de los ciudadanos"; de una naci¨®n que ¡°no ser¨¢ hecha a medida de las minor¨ªas tribales que quieren un pa¨ªs de barretina¡±, de una rep¨²blica catalana ¡°mestiza como nuestra naci¨®n¡±.
Dos revoluciones en una sola rebeli¨®n exigen un esfuerzo que ¨¦l sabe ¡°deber¨¢ ser monumental¡± y claramente rupturista respecto del Estado, una vez obtenido el correspondiente mandato democr¨¢tico. No teme que el desaf¨ªo institucional vaya a impedir la negociaci¨®n posterior para hacer efectiva la independencia, dado que considera al Estado espa?ol prisionero de la deuda a negociar. Tampoco expresa la m¨¢s m¨ªnima aprensi¨®n por las consecuencias de una posible desobediencia civil y fiscal, todo lo contrario, se dir¨ªa que est¨¢ ansioso por vivir un episodio tan emocionante. ¡°Creo que s¨ª, que la gente desobedecer¨¢ al Estado del expolio y de la negaci¨®n del derecho a votar¡±.
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