Suso de Toro ¡°Hay que conservar la ideolog¨ªa antifranquista y antifascista¡±
El escritor compostelano regresa a la literatura de ficci¨®n con 'Somn¨¢mbulos'
Forzado por las circunstancias personales, primero dej¨® de ejercer como escritor profesional y regres¨® a la docencia. Luego, hace m¨¢s de dos a?os, hizo un anuncio que caus¨® perplejidad: Suso de Toro, uno de los autores m¨¢s reconocidos del panorama literario gallego en los ¨²ltimos 25 a?os, abandonaba la escritura. En realidad, nunca dej¨® de escribir, como lo atestiguan sus decenas de art¨ªculos de prensa publicados desde entonces, siempre con ese estilo acerado y combativo, sin miedo a buscarse enemigos o a levantar las mayores polvaredas. Y en medio de tanta prosa guerrillera, De Toro (Santiago, 1957) acab¨® por regresar a la literatura de ficci¨®n. El resultado es Somn¨¢mbulos, tres relatos breves de aire teatral que ha publicado en gallego Xerais, su editorial de siempre, y en castellano Alianza.
De esos tres textos, solo uno es totalmente in¨¦dito, Negocios de familia, el que abre el libro. Los otros dos, Auga derramada e Insomne, fueron publicados en su d¨ªa en un blog personal y en sendas revistas, aunque eran hasta ahora escasamente conocidos. De Toro explica que esta nueva obra contiene hilos que la vinculan directamente a sus dos novelas anteriores, Home sen nome y Sete palabras, la primera centrada en la figura de un verdugo fascista y la segunda en la b¨²squeda de la identidad del propio autor y de sus or¨ªgenes familiares en Zamora. Ambos temas reaparecen en Negocios de familia, que narra el encuentro de un antiguo militante antifranquista con un guardia civil que particip¨® en la ¨²ltima ejecuci¨®n de la dictadura y ahora trata de averiguar qui¨¦n era su padre.
El escritor compostelano ha repartido entre la pol¨ªtica y la literatura dos de sus grandes pasiones. Pero durante muchos a?os ambas se hab¨ªan mezclado poco. A pesar de su militancia en la izquierda y el galleguismo -sigue siendo reacio al t¨¦rmino nacionalista- sus obras de ficci¨®n discurr¨ªan por derroteros muy distantes del compromiso social. "De adolescente", cuenta, "ten¨ªa preocupaciones sociales y al mismo tiempo quer¨ªa ser artista. Pero entr¨¦ en la militancia pol¨ªtica clandestina y abandon¨¦ la literatura. Luego me rescat¨¦ como escritor y fui dejando la pol¨ªtica en un segundo plano, aunque segu¨ªa comprometido. Incluso reclam¨¦ la libertad ideol¨®gica del escritor y fui muy beligerante con la literatura de programa ideol¨®gico".
Con el tiempo, se vio inmerso en conflictos personales que sufri¨® "como ciudadano" y particip¨® en movimientos sociales como Nunca M¨¢is. Y poco a poco sus obras de ficci¨®n fueron haci¨¦ndose cada vez m¨¢s pol¨ªticas. Esta ¨²ltima lo es plenamente. "Hay otra raz¨®n", apunta, "con los a?os, los escritores vamos haci¨¦ndonos m¨¢s autobiogr¨¢ficos. Y en este caso, el texto principal, Negocios de familia, aunque sea todo inventado, tiene su origen en una reivindicaci¨®n de mi primera juventud, que coincidi¨® con el final del franquismo y la transici¨®n".?
De Toro no tiene inconveniente en desvelar el prop¨®sito final de ese texto y lo hace a su m¨¢s puro estilo, entrando a matar: "Los intelectuales oficiales se han acercado del mismo modo al franquismo que a la transici¨®n. Respecto a la guerra civil, la idea es que 'ni unos ni otros', porque todos eran unos b¨¢rbaros. Se trata de buscar una cierta pureza, un terreno neutral donde yo estoy limpio. As¨ª se reivindican figuras como Chaves Nogales, que escribe sobre la guerra civil y sobre la invasi¨®n alemana de Francia de una manera que particularmente me parece vomitiva. Retrata a todos como unos salvajes, tanto a los fascistas como a los que defend¨ªan la Rep¨²blica, tanto a los nazis como a los comunistas franceses". Esa mirada, defiende De Toro, la han trasladado muchos intelectuales contempor¨¢neos a la transici¨®n: "Se nos viene a decir que si los franquistas eran antidem¨®cratas tambi¨¦n lo eran los antifranquistas. No puedo soportar ese discurso que le he ido leyendo a lo largo de los a?os a Savater, a Mu?oz Molina, a Andr¨¦s Trapiello... El mejor ejemplo es?Soldados de Salamina, de Javier Cercas, por eso tuvo un gran ¨¦xito. Me parece obsceno y perverso. Porque la responsabilidad es de los fascistas que se sublevaron contra la Rep¨²blica y de los franquistas que ten¨ªan todo el poder. Ni Aza?a ni la Rep¨²blica quer¨ªan fusilar a nadie, se vieron empujados".
El relato constituye, en definitiva, una reivindicaci¨®n del militante antifranquista que fue ¨¦l mismo cuando casi a¨²n no hab¨ªa alcanzado la mayor¨ªa de edad: "Sigo siendo antifascista y antifranquista, y creo que hay que conservar esa ideolog¨ªa. Quien no sea antifascista no es dem¨®crata. Estos intelectuales, al igual que hab¨ªa un franquismo sociol¨®gico, reivindican un democratismo sociol¨®gico que no existe y que en realidad est¨¢ imbuido de las estructuras ideol¨®gicas del franquismo". No hace falta a?adir que, con estas premisas, la mirada sobre la transici¨®n es cualquier cosa menos complaciente: "La transici¨®n se bas¨® en negar todo lo que hab¨ªa ocurrido, en hacer como si nada de eso hubiese pasado, como si no hubiese asesinatos ni chicos fusilados. Incluso mi vida personal particip¨® de la ficci¨®n de la transici¨®n. Y siento una cierta verg¨¹enza de haber sobrevivido, porque hubo mucha gente a la que le dejaron la vida trastocada".
El relato que cierra el libro, Insomne, el mon¨®logo al amanecer en la barra de un bar del jerifalte de una dictadura innominada, remite inmediatamente a un icono de la transici¨®n: Manuel Fraga. "S¨ª, ¨¦l fue mi musa", confiesa. "Lo escrib¨ª sobre 1992, despu¨¦s de haber mantenido un enfrentamiento con ¨¦l que tuvo para m¨ª un gran coste personal y profesional. Lo publiqu¨¦ en una revista, pero luego se qued¨® ah¨ª descolgado. Fraga no es un personaje grandioso, ¨¦pico, de esos que dan para la gran literatura. Pero es interesante. Quiso construirse como un monstruo de virilidad, era una construcci¨®n dram¨¢tica, teatral, un histri¨®n... Pero ocultaba una gran inseguridad. Detr¨¢s de todo, lo que hab¨ªa era un ni?o inseguro".
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