Pobre por una deuda de 1997
El banco retiene fondos a un hombre que cobra 365 euros al mes por un dinero que le debe desde hace 18 a?os
A Luis Maquieira se le vino abajo la realidad antes de cumplir los 60. Las malas inversiones en el ladrillo en los noventa le arruinaron y lo perdi¨® todo. Ahora tiene 76 a?os, vive solo en Pontevedra y la ¨²nica constante en su vida es la pensi¨®n no contributiva que cobra a principios de mes. Los bancos le dejaron en paz todo este tiempo, hasta que el a?o pasado Abanca se acord¨® de una deuda por un pr¨¦stamo en 1997 de 1,6 millones de pesetas (9.600 euros). Desde el verano le ha retenido dos veces el ingreso para obligarlo a negociar un plan de pagos. La pensi¨®n es de 365 euros.
Maquieira recuerda que cuando le dieron el pr¨¦stamo en Caixa Galicia su situaci¨®n ya era precaria, pero cuando se arruin¨® le tranquilizaron: ¡°Si no tienes nada qu¨¦ vas a pagar¡±. 18 a?os, una crisis financiera y una privatizaci¨®n despu¨¦s la actitud de Abanca, sucesora de la caja, difiere sensiblemente. Por ley, una pensi¨®n tan baja no se puede embargar, pero como la cuenta con sus impagos de otros tiempos est¨¢ en la misma entidad, un d¨ªa que fue a la sucursal a actualizar la libreta le comunicaron que le reten¨ªan el ingreso en tanto no hablase con un oficinista. ¡°Vamos a negociar¡±, le dijeron. Maquieira mont¨® en c¨®lera, los clientes empezaron a murmurar y el banco recul¨®.
Aquello fue en verano, coincidiendo con el ingreso extraordinario de la pensi¨®n. En invierno se encontr¨® con la misma maniobra. ?l dice que no acept¨® el chantaje ¡ª¡°una cosa es negociar limpiamente y otra como los mafiosos¡±¡ª pero Abanca asegura que pact¨®, verbalmente, ceder 50 euros mensuales para ir saldando la deuda, que con los intereses pasa ya de 30.000 euros. Hasta hace un mes viv¨ªa en una residencia de la Xunta por la que pagaba 314 euros. ¡°Era el infierno. Nos hacinaban¡±. Consigui¨® un alquiler por 300 y para todo lo dem¨¢s tiene 51 euros. ¡°Ni para medicinas, ni para unos zapatos. Vivo en la miseria¡±, describe, bastante molesto tambi¨¦n con los recortes en la medicaci¨®n para el glaucoma. Necesita tres gotas diarias; el Sergas cubre una.
No constan explicaciones concretas por las que una entidad decide apretar las tuercas a un cliente insolvente al que ha dejado tranquilo casi dos d¨¦cadas. En Abanca indican que el hombre ten¨ªa varias deudas que ya se le hab¨ªan reclamado y otros litigios abiertos. Iria Aguete, de la Asociaci¨®n de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), apunta que con las privatizaciones de las cajas y las absorciones es frecuente que se reactiven cobros de deudas. Sobre la jugarreta con la pensi¨®n, se?ala que es una pr¨¢ctica abusiva ya censurada por el Banco de Espa?a y que las entidades las incluyen ahora en las condiciones de los contratos. Abanca dice que ha obrado legalmente. Para despejar la cuesti¨®n habr¨ªa que ir a juicio y Maquieira no tiene para tanto, y menos tras la subida de las tasas. Cambiar la cuenta a otra entidad solucionar¨ªa el entuerto, pero la Administraci¨®n tarda meses en aplicarlo y no se puede permitir la espera.
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