Las cinco marchas de Podemos

La marcha que recorri¨® ayer la calles de Madrid ¡ªentre 125.000 y 150.000 personas, seg¨²n la polic¨ªa¡ª sirvi¨® de bar¨®metro de fuerza de Podemos en un a?o de marcado car¨¢cter electoral. El partido de Pablo Iglesias, aupado casi hasta la cumbre del ¨¦xito por el descontento ciudadano, meti¨® una especie de sexta marcha: directa, larga, flexible, amplia, aglutinadora de hartazgos generalizados y prometedora de ¡°cambios¡±. Una marcha el¨¢stica, a la medida de cualquier clase de indignaci¨®n. Sin embargo, esa marcha c¨®moda no es la ¨²nica de la nueva formaci¨®n pol¨ªtica, que contin¨²a ¡ªen cada ciudad, comunidad aut¨®noma y pueblo¡ª afanada en adquirir la estructura y la organizaci¨®n de un partido pol¨ªtico capacitado para entrar en las Administraciones p¨²blicas. Una tarea contra reloj que comenz¨® hace poco m¨¢s de un a?o en un teatro de Lavapi¨¦s y que hoy ha adquirido en Madrid la forma ¡ªnada menos que¡ª de cinco listas abiertas y ¡ªal menos¡ª otros tantos aspirantes a la secretar¨ªa general de un partido de nuevo cu?o, que tendr¨¢ que elegir candidato a la presidencia de la Comunidad para las elecciones del 24 de mayo.

Cinco propuestas, cinco marchas distintas para conducir Madrid, el trampol¨ªn para ¡°asaltar el cielo¡± ¡ªcomo dec¨ªan en la Asamblea Ciudadana de Vistalegre¡ª. Madrid, la plataforma para colarse en la Moncloa. Pero las cinco listas son, en realidad, otras cinco propuestas de organizaci¨®n interna, el principal y actual reto de esta fuerza pol¨ªtica nacida de una emoci¨®n colectiva traducida en tres palabras: ¡°S¨ª se puede¡±. La estructura de Podemos se debate as¨ª entre dos corrientes, los que apuestan por una organizaci¨®n m¨¢s semejante a la de los partidos cl¨¢sicos con en una democracia m¨¢s representativa y los que defienden una democracia m¨¢s participativa. Se trata, en ¨²ltima instancia, de gestionar el poder pol¨ªtico o el poder cuidadano.

Las cinco listas que concurren en Madrid y de las que surgir¨¢ el nuevo secretario general del partido el pr¨®ximo 14 de febrero, ¡°son un reflejo de la pluralidad¡± del partido, justifican unos y otros, pese a los originarios intentos fallidos de crear una lista unitaria, porque esas cinco listas, con mayor¨ªa de treinta?eros, son tambi¨¦n consecuencia de las tensiones internas entre esas dos l¨ªneas claras: los que, como Luis Alegre y su equipo de Claro que Podemos ¡ªconformado sin hacer convocatoria p¨²blica¡ª, adquieren pausadamente el aspecto de una fuerza pol¨ªtica cl¨¢sica. O los que como Miguel Urb¨¢n, otro cofundador y cabeza de la lista Podemos Ganar Madrid, no se conforman con la reforma de la casa sino que quieren cambiar sus cimientos, huyendo de las tradicionales reglas de la ¡°representatividad de unos pocos magn¨ªficos¡± y confiando en el trabajo y la participaci¨®n de las bases: ¡°No quiero un recambio, quiero un cambio¡±, resume. Y a?ade: ¡°No basta con llegar a las instituciones, vamos a necesitar un pueblo organizado, la ¨²nica manera de no defraudar a la gente es implicarla¡±.

Todas las listas parten de un diagn¨®stico desolador de la regi¨®n en el que reverberan las ideas de ¡°corrupci¨®n¡±, ¡°recortes¡±, ¡°privatizaciones¡±, ¡°desahucios¡±¡­ Comparten principios ¡ª¡°Participaci¨®n¡±, ¡°transparencia¡±, ¡°igualdad¡±¡ª y hasta se apoyan y trabajan conjuntamente. Pero adolecen tambi¨¦n todas de un programa pol¨ªtico claro, en fase de gestaci¨®n.

Alegre representa la continuidad del proyecto de la Ejecutiva del partido. Con una lista elaborada de arriba abajo, al estilo de los partidos tradicionales, aunque huyendo de ¡°la casta¡±. Es la voz de Pablo Iglesias en Madrid. Su marcha es segura, de salida, de arranque. Est¨¢ avalada por 34 nombres, con perfiles fundamentalmente docentes, ligados a los medios de comunicaci¨®n o a la intervenci¨®n social. En Madrid, la primera (marcha) la mete ¨¦l, con la marca Claro que Podemos, la de la lista ganadora en aquella asamblea fundacional de octubre, la que sent¨® las bases de esta nueva fuerza pol¨ªtica que ha dinamitado las encuestas electorales en un fulgurante ascenso hasta el primer puesto en intenci¨®n de voto. Alegre es un ¡°profesor precario¡± de Filosof¨ªa en la Complutense que ha convertido en su se?a de identidad el aperturismo. Y que recela de las siglas ¡ª¡°aqu¨ª caben todos los que se averg¨¹enzan de nuestros gobernantes, tambi¨¦n los del PP¡±¡ª, pero que trata de obviar ¡ªsi no de ocultar¡ª los muchos a?os ¡ªm¨¢s de una d¨¦cada¡ª que perteneci¨® y milit¨® a Izquierda Anticapitalista (IA).

Alegre es la encarnaci¨®n viva de la brecha abierta en el seno del movimiento, de la herida que implica haber matado al padre (o a la madre), ya que fue IA, un partido con algo m¨¢s de 600 militantes, el que ejerci¨® en su d¨ªa de ¨²tero materno para la gestaci¨®n de Podemos como partido. Hoy ¡ªparad¨®jicamente¡ª Izquierda Anticapitalista ha seguido el camino inverso a su hijo, y ha dejado de ser partido para convertirse en movimiento, reduciendo su nombre a Anticapitalistas.

La segunda marcha, con maniobra incluida, la mete Miguel Urb¨¢n, que fue candidato a las Europeas con IA. ?l, anclado en Lavapi¨¦s entre las cuatro esquinas en las que emergi¨® Podemos, fue pieza clave en esa cat¨¢lisis, en esa especie de inseminaci¨®n artificial entre ¡°el movimiento¡± y la formaci¨®n de izquierdas de la que naci¨® el partido morado. Conocedor y dinamizador de las bases, su lista ha recogido a los l¨ªderes de las mareas (verdes y blancas), a los de los ¡°c¨ªrculos¡± ¡ªorganizaciones de ciudadanos por barrios¡ª primigenios y a algunos nombres destacados de la Cultura, como el actor Alberto San Juan; de los movimientos de gays y lesbianas, como Beatriz Gimeno; o de la sanidad, como el famoso anestesista Luis Montes. Arrancar en segunda tiene m¨¢s riesgos, ¡°pero se llega mas lejos, nosotros queremos ir m¨¢s lejos, no solo llegar a las instituciones¡±.

Todas las listas, menos la de Luis Alegre, se han elaborado con una convocatoria abierta p¨²blica. Y todas, menos una, compiten por liderar el Consejo Ciudadano Regional, el ¨®rgano coordinador del partido. Se trata de la lista Pro Demos y Garant¨ªas, que mete una tercera marcha y se presenta solo a la Comisi¨®n de Garant¨ªas, el ¨®rgano que controlar¨¢ al Consejo. La encabezan M¨®nica Mota y Susan Jim¨¦nez ¡ªespecialistas en resoluci¨®n de conflictos¡ª y concurren para marcar ¡°la independencia que debe tener ese ¨®rgano de control¡±. Ha sido tambi¨¦n respaldada por la de Urb¨¢n.

Podremos Madrid, encabezada por ?ngel Cach¨®n (librero y ling¨¹ista), pone la cuarta marcha y opta por un modelo asambleario, tambi¨¦n para el Consejo. Parte del principio de que ¡°cualquiera se puede presentar con una propuesta¡± y pone el foco en las herramientas de participaci¨®n. Su candidatura, con 17 nombres ¡ªse pod¨ªan llegar a 34¡ª, pretende ser la demostraci¨®n de esa idea.

Por ¨²ltimo, la lista Madrid Integral y Democr¨¢tico, la encabeza Judith Lerena. Esta quinta marcha es tambi¨¦n una lista incompleta, con solo 14 de nombres, de perfiles m¨¢s t¨¦cnicos y conocedores de la Administraci¨®n p¨²blica.

El resultado de las votaciones ¡ªya sean ¡°en bloque¡± o nominales¡ª se ver¨¢ el pr¨®ximo 14 de febrero. El D¨ªa de los Enamorados Podemos no solo tendr¨¢ un secretario general para Madrid, sino que habr¨¢ optado por un modelo de organizaci¨®n interna, y comenzar¨¢ la b¨²squeda de un candidato para ganar las elecciones en una comunidad clave.