El amor es tremebundo
Miguel ?ngel Blanca reafirma con ¡®Caminitos del deseo¡¯ su ideario desaforado y melodram¨¢tico, pero el humor tambi¨¦n emerge en directo
¡°En cualquier momento vas a ponerte a llorar¡±, canta, o m¨¢s bien solloza, Miguel ?ngel Blanca en la sintom¨¢tica Tragedia en el servicio de se?oras, uno de los primeros temas que sonaron el viernes en una abarrotada sala El Sol. Los barceloneses Manos de Topo conforman un quinteto de rock bien peculiar, empezando por el at¨ªpico protagonismo del viol¨ªn y el xil¨®fono, pero ese hombre de poblada barba, inmensa mata de pelo rizado y la mirada casi siempre en el limbo se sabe acaparador de todos los p¨¢lpitos y miradas. Porque Blanca es un ide¨®logo estramb¨®tico, abonado al melodrama surrealista, y un llorica muy probablemente desmedido: esa querencia por el hipido y el berrinche le convierten en el Vivien Leigh del indie?peninsular.
Los topos?han hecho del descalabro afectivo su raz¨®n de ser argumental, pero en directo dejan claro que el humor siempre constituye una alternativa m¨¢s saludable que el corte de venas. ¡°No hay nadie ahora mismo que os quiera m¨¢s que nosotros¡±, piropea Miguel ?ngel a su p¨²blico, nutrido e implicado, con una socarroner¨ªa pareja a la de bandas paisanas como Love of Lesbian o Egon Soda. Y aunque las historias ofrezcan una visi¨®n catat¨®nica del deseo (¡°quiero que me dejes en paz; m¨ªrate, est¨¢s borracha¡±), hay momentos tan contagiosos y celebrados como los que ofrecen Las siete diferencias, Morir de celos?o Es feo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.