Los subsaharianos del Poblenou levantan otro poblado en los Encants
El desalojo de 50 personas que ocupan almacenes del viejo mercado es inminente
No es un suburbio norteamericano. Ni las afueras de una urbe africana. Es Barcelona. A 100 metros de la torre Agbar, 150 del flamante museo del Dise?o y 200 de los nuevos y relucientes Encants. Estamos justo en lo que fueron los almacenes de los viejos: Gl¨°ries esquina Independ¨¨ncia, al lado del antiguo Bar Museo. Por primera vez, los inmigrantes subsaharianos que viven de recoger y vender chatarra han saltado del Poblenou a por encima de la Gran Via. A 500 metros de aqu¨ª cada d¨ªa miles de turistas visitan la Sagrada Familia.
Los habitantes del nuevo asentamiento proceden de otros peque?os poblados o de los grandes desalojos que desde 2012 se han producido en naves de calles como Badajoz, Zamora, Puigcerd¨¤ o Paraguai. Aqu¨ª llevan desde antes del verano, explican. Los vecinos avisaron enseguida al distrito, aseguran. El Ayuntamiento ¡ªque subraya que les ha ofrecido una ayuda que rechazan¡ª, les pidi¨® hace dos semanas que se marcharan. Al no hacerlo, les ha denunciado. El desalojo es inminente. En cuanto haya orden judicial.
El espacio es s¨®rdido, triste y amenazante. Aqu¨ª nadie quiere hablar con la prensa. Ni las 50 personas que viven en chabolas levantadas contra el muro de lo que fue un aparcamiento. Ni los que entregan, recogen o clasifican la chatarra en el patio. Ni las mujeres que cocinan con le?a en los habit¨¢culos que hay al final del inquietante pasillo de entrada, forrado con telas, cuadros y objetos. Ni los chavales del barrio que entran y salen a los tres minutos. El fin de semana pasado, hubo un incendio en otro solar de la misma manzana.
Esta vez la miniciudad es mucho m¨¢s peque?a. Pasa desapercibida desde la calle. Los accesos son dos. La puerta de un almac¨¦n que est¨¢ siempre ocupada por una furgoneta; o el citado pasillo, al que se accede desde un mercadillo de objetos rescatados de la basura que no tienen valor ni de chatarra.
La asociaci¨®n de vecinos del Clot-Camp de l¡¯Arpa avis¨® al Ayuntamiento nada m¨¢s detectar el nuevo asentamiento, explica el vocal de Urbanismo, Miquel Catas¨²s. En el espacio que ocupan estas naves est¨¢ previsto ubicar primero parte de la urbanizaci¨®n provisional del lado monta?a de la plaza ¡ªmientras duren las obras del t¨²nel de la Gran Via¡ª y posteriormente levantar viviendas. Tambi¨¦n en un primer momento acudieron a ofrecer ayuda miembros de la Asamblea Solidaria contra los Desalojos, explica Manel Andreu desde el Poblenou. Pero ¡°es muy complicado porque buscan d¨®nde vivir y que sea compatible con su actividad con la chatarra, lo que no siempre lo es con los albergues que ofrece el Ayuntamiento¡±, apunta. Otra persona que ejerci¨® de portavoz en asentamientos anteriores mantiene contacto con el colectivo de Gl¨°ries y explica que ¡°no quieren un alojamiento y manutenci¨®n, sino nave por nave [espacio en otra nave vac¨ªa].
El consistorio, a trav¨¦s de un portavoz explica que tambi¨¦n hay personas procedentes de Marruecos, Bolivia, Colombia y tambi¨¦n de nacionalidad espa?ola. El Servicio de inserci¨®n Social y los t¨¦cnicos de la Oficina del Plan de Asentamientos Irregulares ¡°han visitado regularmente el asentamiento y han topado con muchos obst¨¢culos para llegar a las personas¡± que hay all¨ª, asegura. Con todo, apunta, han conseguido contactar con siete personas que se han acogido a la atenci¨®n social. ¡°El resto la ha rechazado sistem¨¢ticamente¡±, prosigue. Desde 2012, la oficina ha atendido a 583 personas, 221 ha cursado formaci¨®n para la inserci¨®n y de estos, 50 han encontrado trabajo y 91 han regularizado su situaci¨®n, concluye.
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