Refundando partidos
Las dos formaciones hegem¨®nicas en Catalu?a en los ¨²ltimos 35 a?os se ven obligadas a reformular sus bases
En la ma?ana del pasado s¨¢bado se celebr¨® un acto de refundaci¨®n del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y desde hace meses Artur Mas est¨¢ hablando de que Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya (CDC) tambi¨¦n debe refundarse. ?Caramba! ?Tan mal est¨¢n estos partidos? ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
En efecto, los dos partidos hegem¨®nicos de los ¨²ltimos 35 a?os, empujados por las circunstancias, quieren someterse a profundos procesos de transformaci¨®n e intentan renovar las bases sobre las que se fundaron. Todo ello, naturalmente, tras sufrir serias crisis, reflejadas en sus respectivas debacles electorales de los ¨²ltimos a?os, acentuadas en los sondeos m¨¢s recientes. ?Cu¨¢les son las circunstancias que les han conducido a utilizar un verbo de tan alto calibre como es ¡°refundar¡± para as¨ª remontar el vuelo y superar la situaci¨®n?
A mi modo de ver, hay circunstancias comunes a ambos partidos y circunstancias espec¨ªficas en cada uno de ellos. La circunstancia com¨²n es que las pol¨ªticas recientes, tanto de CDC como del PSC, se han alejado de lo que deseaban una buena parte de sus votantes habituales. En efecto, las c¨²pulas pol¨ªticas de ambos partidos han tomado opciones que divid¨ªan a los suyos en lugar de unirlos, los separaban en lugar de integrarlos.
En el caso de CDC, el elemento de desuni¨®n ha sido pasar de tener como objetivo mayores cotas de autonom¨ªa o, yendo al l¨ªmite, el concierto econ¨®mico como sistema de financiaci¨®n, a optar decididamente por la independencia como ¨²nica salida a los problemas de Catalu?a. Sin duda muchos de sus votantes son partidarios de esta opci¨®n pero otros muchos no lo son, es m¨¢s, son decididos adversarios de la misma. Estos, entre ellos muchas personas de gran influencia econ¨®mica y social, han considerado que no segu¨ªan a Converg¨¨ncia por este camino y han decidido apearse: por ah¨ª no voy, hasta aqu¨ª hemos llegado. Por otro lado, buena parte de los votantes convencidos de que la independencia es la mejor opci¨®n, han derivado sus preferencias hacia ERC, ya se sabe, es mejor el original que la copia.
La crisis es, probablemente, m¨¢s profunda en CDC porque sobre este partido planea la fundada sospecha de una corrupci¨®n continuada
En el caso del PSC, tambi¨¦n esta misma cuesti¨®n ha sido el desencadenante de su crisis. Si bien nunca el PSC ha sido oficialmente partidario de la independencia, en ese tema se ha movido durante los ¨²ltimos a?os con mucha ambig¨¹edad y cuando el entonces primer secretario Pere Navarro quiso abandonar esta ambig¨¹edad se le rebelaron algunos importantes barones y baronesas que hab¨ªan ocupado cargos de consellers en los sucesivos gobiernos del tripartito.
Recuerdo aquella frase de Marina Geli, creo que pronunciada en el verano de 2012, en la que sosten¨ªa que el PSC era un partido en el que pod¨ªan convivir federalistas, confederalistas e independentistas. M¨¢s que un partido eso parec¨ªa un cachondeo. Ya se vio entonces que esta cuesti¨®n de la estructura territorial del Estado era el germen de la desuni¨®n, algo que siempre castiga el electorado. Primero abandon¨® el partido nada menos que Pasqual Maragall, despu¨¦s su hermano Ernest fund¨® otro partido y, por fin, hace un par de meses, los barones y baronesas a los que antes me refer¨ªa decidieron intentar acogerse a otras formaciones independentistas. Quiz¨¢s la ambig¨¹edad ha terminado.
Pero la crisis es, probablemente, m¨¢s profunda en CDC ¡ªy, en parecida medida, Uni¨®¡ª porque sobre este partido planea la fundada sospecha de una corrupci¨®n continuada. Los rumores eran ya muchos desde hace tiempo y algunos casos concretos ya hab¨ªan aflorado. Pero las alarmas aumentaron exponencialmente con el caso Palau de la M¨²sica, uno de los templos del catalanismo, supuestamente profanado por las incre¨ªbles tropel¨ªas de F¨¦lix Millet y las acusaciones de ser un instrumento de la financiaci¨®n irregular de CiU. Inexplicablemente, porque alguien deber¨ªa explicarlo ya, la resoluci¨®n de este caso a¨²n est¨¢ pendiente de juicio pero, desde hace algunos a?os, la sede de CDC est¨¢ cautelarmente embargada por el juez.
Ah¨ª empezaron las sospechas fundadas. Pero ¨²ltimamente, como es sabido, las cosas han empeorado seriamente tras la confesi¨®n del expresidente Jordi Pujol el pasado 25 de julio. Los medios de comunicaci¨®n catalanes tienden a pasar de puntillas sobre este dato fundamental. Si quieren conocer su alcance pol¨ªtico, lean el reciente libro de Llu¨ªs Bassets La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol (editado en catal¨¢n y en castellano por Columna y Pen¨ªnsula, respectivamente), un texto extraordinario, imprescindible para entender lo acontecido en la trastienda durante los ¨²ltimos 35 a?os en Catalu?a. Este ascenso y ca¨ªda es dif¨ªcil que no arrastre a un partido que durante a?os no fue otra cosa que la proyecci¨®n de su l¨ªder m¨¢ximo.
En un a?o tan electoral, no deja de ser curioso que estos dos partidos quieran refundarse sin apenas tener tiempo para ello. Aunque, para decirlo todo claramente, el PSC puede empezar desde ya mismo y al otro, a CiU, le espera un calvario judicial hasta el 27 de septiembre. A la postre, el famoso proceso, el proc¨¦s, ser¨¢ realidad pero con un cambio de naturaleza: no ser¨¢ un proceso pol¨ªtico sino judicial.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional
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