¡°Se ve¨ªa todo naranja, parec¨ªa que en el cielo se hab¨ªa prendido fuego¡±
Miedo e incertidumbre entre los vecinos de Igualada por la nube t¨®xica
Ning¨²n vecino de Igualada (Anoia) entend¨ªa qu¨¦ pasaba con el cielo ayer por la ma?ana. Una extensa y espesa nube naranja se hab¨ªa detenido techando por completo la zona industrial del pol¨ªgono Les Comes. No era gris, ni tampoco llevaba vapor de agua. Brillaba como el fuego en lo alto del cielo e iba cargada de gases t¨®xicos.
¡°Se ve¨ªa todo el cielo bien naranja, parec¨ªa que se hubiese prendido fuego, era algo rar¨ªsimo, yo no entend¨ªa de d¨®nde hab¨ªa salido eso. No estaba enterada de nada, acababa de salir a la calle a las nueve de la ma?ana para ir al trabajo, que queda justo en el pol¨ªgono¡±, contaba Teresa, una vecina de la zona que vio la nube t¨®xica antes que se la contaran en las noticias. ¡°Al llegar al edificio vi los polic¨ªas con mascarillas que paraban a los coches y empec¨¦ a asustarme. En la empresa me dijeron que no pod¨ªa salir ni tampoco abrir las ventanas. Hab¨ªa mucha incertidumbre. Nos lo pintaron todo tan negro, que tuvimos miedo de estar all¨ª¡±.
"No pens¨¦ en moverme de mi casa. La nube daba miedo¡±, cuenta una vecina
Sobre las once de la ma?ana, los Bomberos de la Generalitat y Protecci¨®n Civil obligaron a los ciudadanos a confinarse en el interior de los edificios, tras confirmar el riesgo que implicaba la nube de ¨¢cido n¨ªtrico y sulfuro f¨¦rreo, originada por una explosi¨®n en un almac¨¦n qu¨ªmico de la zona industrial. Cerca de 60.000 personas residentes en los municipios de Igualada, Jorba, ?dena, Vilanova del Cam¨ª, Santa Margarida de Montbui, y luego tambi¨¦n, en Sant Mart¨ª de Tous, fueron advertidas del estado de emergencia cuando las autoridades activaron el plan Plaseqcat, el protocolo de acci¨®n que se pone en marcha ante situaciones de peligro en el sector qu¨ªmico.
¡°Cuando vi las noticias y me enter¨¦ de lo que estaba pasando, no pens¨¦ en moverme de mi casa. La nube daba miedo¡±, relataba una anciana desde el portal de su finca, pr¨®ximo a la explosi¨®n.
Sobre el mediod¨ªa, los alrededores del pol¨ªgono quedaron desiertos. Los coches no circulaban, las ventanas de casas y empresas estaban cerradas y muchas persianas estaban bajadas. Eran pocas las personas que se ve¨ªan andando, y si lo hac¨ªan, se cubr¨ªan el rostro, la nariz o la boca con pa?uelos o mascarillas. Por medidas de seguridad, los ni?os tambi¨¦n fueron retenidos en las escuelas a la espera de que las autoridades se pronunciasen sobre la peligrosidad o no de la emisi¨®n de gases.
¡°Yo me preocup¨¦ por las ni?as, que no las ten¨ªa conmigo. Me enter¨¦ por las noticias de lo que estaba ocurriendo. Nos quedamos esperando en casa, porque desde la escuela nos dijeron que nos avisar¨ªan y un poco antes de las dos de la tarde llamaron para que fuera a por ellas. Ahora el miedo ya se ha ido, no fue m¨¢s que un susto¡±, contaba ayer con alivio un padre junto a sus hijas desde la puerta del colegio p¨²blico Gabriel Castell¨¤, ubicado en la avenida Montserrat.
A partir de las dos de la tarde la situaci¨®n fue volviendo a la normalidad
A partir de las dos de la tarde la situaci¨®n fue volviendo a la normalidad. El techo de fuego comenz¨® a apagarse y el cielo fue cogiendo el color gris nublado con el que ayer amaneci¨® Igualada. Tambi¨¦n los vecinos empezaron a mostrarse m¨¢s tranquilos despu¨¦s de que, a primera hora de la tarde, las autoridades desactivaran el estado de alerta.
¡°Poco despu¨¦s de las 13 horas, la nube comenz¨® a moverse en direcci¨®n a Anoia, fue perdiendo fuerza y color, y todos nos fuimos tranquilizando¡±, contaba un hombre de 30 a?os desde una zona relativamente cercana a lugar del accidente. ¡°La mayor¨ªa hemos seguido las precauciones que escuchamos en las noticias y, poco a poco, el temor fue pasando. Ahora todo parece estar mucho m¨¢s tranquilo¡±, explicaba el mismo chico cuando su reloj marcaba algo m¨¢s de las tres de la tarde.
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