Refundar con pol¨ªticas de siempre
Tanto ¡°dinamizador empresarial¡± y tanta ¡°puerta giratoria¡± hacen que deba suministrarse anticipadamente la vacuna anticorrupci¨®n
Casi simult¨¢neamente, al tiempo que el ministro Wert constataba desde las p¨¢ginas del Bolet¨ªn Oficial del Estado que la felicidad estaba vetada a los sin Dios, el Parlament se esforzaba por arrojar en brazos del ate¨ªsmo a quienes les quedase algo de fe en la familia Pujol y su CDC. Aunque Wert no alberga dudas de c¨®mo debe ser su cruzada, Converg¨¨ncia est¨¢ sumida en una crisis existencial: se debate entre fumigar su casa contra la corrupci¨®n y eval¨²a si es mejor quedarse dentro ¡ªa riesgo de morir intoxicado¡ª o abandonar la vivienda y mudarse a un pisito m¨¢s modesto. Mientras los ex¨¦getas opinan sobre pros y contras, el Gobierno catal¨¢n contin¨²a con paso firme su actividad por los derroteros de costumbre: ¡°concesionando¡± ¡ªneologismo de privatizando¡ª servicios y adelgazando las estructuras de estado ya existentes.
Para hablar de refundaci¨®n, de esas sublimadas nuevas estructuras de estado, hay que empezar por hacer transparente la acci¨®n de Gobierno y no permitir que la m¨¢s m¨ªnima sombra planee sobre procedimientos y actuaciones. Y ahora mismo los tiros no van por ah¨ª. Todav¨ªa se desconoce cu¨¢nto debe pagar la Generalitat a Acciona por el fiasco de la privatizaci¨®n de Aguas Ter Llobregat ¡ªen 2012¡ª y su impugnaci¨®n judicial. Las estimaciones indican que son 300 millones de euros a devolver, m¨¢s las inversiones efectuadas hasta el momento y la contraprestaci¨®n por el lucro cesante. Otro ¨¦xito ha sido la ¡°operaci¨®n¡± de venta de T¨²neles del Cad¨ª. BTG-Pactual los adquiri¨® en 2012 por apenas 60 millones de euros y el a?o pasado los vendi¨® por 146 millones. Pero no parece que los procedimientos cambien. M¨¢s bien se insiste en la chapuza.
Hace unos d¨ªas del Departamento de Salud decidi¨® que hubiera participaci¨®n privada para vender el big data sanitario, es decir los datos ¡°anonimizados¡± de los usuarios de la sanidad p¨²blica catalana. El Parlament hab¨ªa frenado temporalmente el proyecto de vender por 25 millones de euros la gesti¨®n de esa informaci¨®n por ocho a?os a una empresa privada. Pero hace apenas una semana Boi Ruiz volvieron a abrir la puerta a esta posibilidad que est¨¢ bajo la lupa del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Catalu?a y de la Autoridad Catalana de Protecci¨®n de Datos, y que el S¨ªndic de Greuges ha puesto en cuarentena.
Pero el ambiente business-friendly parece hacer inaudible toda prevenci¨®n. En una sociedad en la que abundan los ¡°dinamizadores empresariales¡± ¡ªincluso con un apellido que, aseguran, no han utilizado en Catalu?a¡ª, hay que vacunarse contra la corrupci¨®n con mucha antelaci¨®n. Las ¡°puertas giratorias¡± ¡ªde las que el Instituto Catal¨¢n de la Salud es un prolijo cat¨¢logo¡ª se han convertido en estructura de Estado y han cobrado carta de naturaleza antes que la Agencia Tributaria. Por eso no deja de inquietar esa venta de datos sanitarios, como tampoco las prioridades que la Generalitat ha avanzado para la lista Juncker.
Casi simult¨¢neamente con la privatizaci¨®n del proceso del big data de salud, se conoci¨® la noticia de que la Generalitat hab¨ªa enviado al Gobierno central sus peticiones para el plan Juncker, que supone m¨¢s de 6.800 millones de euros procedentes de Europa para inyectar a la econom¨ªa catalana. Pues bien, tambi¨¦n en eso CiU ha echado por la borda su propia doctrina. El senador Salvador Sed¨® dijo el 10 de febrero pasado en la C¨¢mara Alta que esas inversiones deb¨ªan pactarse con entes locales y agentes socioecon¨®micos. Pero ya era tarde: la lista hab¨ªa sido enviada al Gobierno central ¡ªque puede empeorarla¡ª sin contar con tales colaboraciones. Grandes compa?¨ªas se llevan sobre el papel m¨¢s de 3.000 millones y ello a pesar de que el propio consejero de Econom¨ªa Andreu Mas-Colell advirti¨® que ¡°si se acaba simplemente dando una subvenci¨®n a una empresa privada, pues, aparte de que esto no est¨¦ bien no tendr¨¢ ning¨²n efecto expansivo adicional¡±. Pero las buenas intenciones desaparecieron barridas por las din¨¢micas de la historia. Cuando se deb¨ªa negociar la lista de prioridades en cuesti¨®n, el Ejecutivo catal¨¢n andaba de cabeza preparando el 9-N.
Gobernar no es f¨¢cil, pero cuando se hace hincapi¨¦ en edificar estructuras de estado, cuando se nombran comisionados para la transparencia, cuando se asegura estar preparado para abanderar una nueva forma de hacer pol¨ªtica no puede caerse en los vicios de siempre. No es f¨¢cil que un partido viejo y enfermo rompa moldes y abandone tics.
La comisi¨®n antifraude del pasado lunes no fue un reality show, como sostuvo interesadamente el presidente Mas. El Parlament fue un espejo que devolvi¨® a Catalu?a su peor imagen: la de una realidad nacional convertida en negocio familiar, rendida a la cultura del pelotazo, en contra del relato oficial del patriarca Pujol. Urgen amputaciones sin saber a ciencia cierta si el enfermo puede salvar la vida.
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