El legado m¨¢s complejo

La patronal de Andaluc¨ªa ha enviado a los partidos que concurren a las elecciones del 22 de marzo un documento en el que establece una lista de prioridades para el futuro de la comunidad. La petici¨®n m¨¢s llamativa es que destierren de sus discursos el ¡°t¨®pico¡± de la corrupci¨®n en la regi¨®n. Ser¨¢ un t¨®pico, como entiende la c¨²pula empresarial, pero lo cierto es que la imagen de Andaluc¨ªa se asocia en los ¨²ltimos a?os de forma indisoluble al esc¨¢ndalo de los ERE y al de los cursos de formaci¨®n. Un bald¨®n para una comunidad que, adem¨¢s, tiene una de las tasas de paro m¨¢s elevadas de Espa?a.

El origen est¨¢ en las investigaciones de la juez Alaya que afectan a la Junta de Andaluc¨ªa. Es cierto que la forma de instruir de Alaya resulta m¨¢s que cuestionable y que su teor¨ªa de que hubo una confabulaci¨®n de la c¨²pula del Gobierno aut¨®nomo con decenas de funcionarios y altos cargos para delinquir con el sistema de pago de los ERE tiene demasiadas lagunas, pero tambi¨¦n lo es que sus pesquisas han puesto de manifiesto el descontrol de fondos p¨²blicos que hubo en la Junta andaluza durante demasiado tiempo. Era la ¨¦poca en la que abundaba el dinero de los fondos europeos y los ingresos tributarios crec¨ªan exponencialmente al calor del boom inmobiliario. De ese descontrol se beneficiaron decenas de p¨ªcaros que hicieron fortuna movi¨¦ndose por los recovecos de la Administraci¨®n auton¨®mica.

La gesti¨®n de ese legado es, probablemente, la tarea m¨¢s compleja que tiene Susana D¨ªaz como presidenta de la Junta. Romper con el pasado, reforzar los controles en el uso del dinero p¨²blico, recuperar la confianza ciudadana en una Administraci¨®n bajo sospecha son objetivos ineludibles. En esta clave hay que entender el anuncio que ha hecho D¨ªaz de crear una oficina antifraude en la Junta. Un paso al que deben seguir muchos m¨¢s.