El accidentado aterrizaje de Alaya
Los jueces de la Audiencia advierten de que la imagen de la justicia peligra con la llegada de la instructora a la sala que resuelve los recursos del ¡®caso ERE¡¯
Como los ¨²ltimos cinco a?os, la juez Mercedes Alaya va unida a la pol¨¦mica. Esta vez no se ha debido a una resoluci¨®n suya, sino que su mero traslado a la Audiencia de Sevilla desde su juzgado de instrucci¨®n ha levantado una polvareda judicial que se resolver¨¢ el pr¨®ximo martes. En enero Alaya solicit¨® abandonar las investigaciones que han puesto en jaque a la Junta de Andaluc¨ªa, para ascender a la Audiencia. Pasar del ojo medi¨¢tico y los grandes titulares, al silencio y casi anonimato fuera de los focos de una sala colegiada, donde compartir¨¢ despacho con otros cuatro magistrados y su protagonismo se desdibujar¨¢.
Sin embargo, hasta la transici¨®n de la magistrada para abrazar el anonimato ha deparado una controversia que traspasa el ¨¢mbito de las togas. Por la norma que prioriza la antig¨¹edad de los jueces, a Alaya le correspond¨ªa el puesto vacante en la secci¨®n s¨¦ptima, sala que resuelve todos los recursos del caso ERE que ella instruye desde 2011. Esto significa que de manera frecuente la juez se ver¨ªa abocada a abstenerse para as¨ª no participar en las deliberaciones de sus compa?eros para respaldarla o contrariarla.
Pero cuando el presidente de la Audiencia, Dami¨¢n ?lvarez, confirm¨® que la instructora compartir¨ªa despacho en la s¨¦ptima, los magistrados levantaron el dedo para alertar de la trascendencia de este aterrizaje. Los jueces lamentaron la ¡°imagen que la justicia pueda dar¡± y expresaron su ¡°profunda preocupaci¨®n¡± si Alaya llegaba a formar parte de la sala que analizaba sus anteriores decisiones, ya que esto podr¨ªa alterar la percepci¨®n p¨²blica sobre la imparcialidad debida de los jueces. A continuaci¨®n, ?lvarez reaccion¨®, tom¨® nota y dijo que reconsiderar¨ªa su decisi¨®n tras las quejas de los magistrados. Este martes traslada su dictamen a la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia (TSJA).
Si ?lvarez ha cambiado o no de decisi¨®n es a¨²n un misterio, pero en cualquier caso la pol¨¦mica generada ha creado un malestar entre los actores involucrados. Alaya no entra en la Audiencia con buen pie, sea cual sea su destino. Las opciones se limitan a las secciones que ven casos penales: tercera, cuarta o primera, que resuelve los recursos del caso Betis. En caso de trasladarse a la primera, fuentes jur¨ªdicas plantean: ¡°?Son de menor importancia los imputados del caso Betis que los del caso ERE?¡±. En el escenario planteado se enfrentan variables como una norma del reglamento que regula las vacantes de jueces en la Audiencia, la imagen de la justicia, y por ¨²ltimo la repercusi¨®n medi¨¢tica del caso de corrupci¨®n m¨¢s relevante en la comunidad, que afecta a dos expresidentes de la Junta imputados como Manuel Chaves y Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n.
La magistrada tendr¨ªa que abstenerse en los recursos de sus causas que llegaran a la secci¨®n s¨¦ptima
La secci¨®n s¨¦ptima lleva resueltos m¨¢s de un centenar de recursos de los ERE en los ¨²ltimos tres a?os, y la carga de trabajo ir¨¢ en aumento a medida que la cifra de imputados sigue al alza. Si Alaya desambarca en la secci¨®n, los magistrados para deliberar y resolver estos asuntos disminuyen de cinco a cuatro. El escrito planteado por la secci¨®n no ha sido bien acogido por otros magistrados de otras secciones, poco acostumbrados a las filtraciones en prensa. ¡°Me ha sorprendido el escrito porque las plazas se asignan por antig¨¹edad y no debe haber otro criterio. Y desde luego es improcedente sacarlo a la opini¨®n p¨²blica porque se explica mal lo que ha pasado¡±.
Y lo que ha pasado es una cuesti¨®n ins¨®lita, en la que tras pedir el traslado Alaya, otras dos magistradas han solicitado sendos traslados dentro de la Audiencia y, finalmente, por turnos de antig¨¹edad la instructora ha recalado en la s¨¦ptima, una secci¨®n cuyas decisiones son escrutadas por los medios, dada su trascendencia. Una extra?a alineaci¨®n de astros.
En teor¨ªa, la abstenci¨®n de un juez de la Audiencia en un asunto sobre el que ya ha resuelto como instructor, debe bastar. Y en casos extremos, se puede recusar al juez. Eso en teor¨ªa. La pr¨¢ctica habla de que los jueces de la Audiencia comparten despacho y la continua abstenci¨®n de uno de ellos para deliberar sin presiones, se antoja complicado por razones operativas de espacio. Fuentes de la secci¨®n s¨¦ptima, subrayan "el respeto profesional y personal" hacia Alaya y matizan que no existe rechazo "a su incorporaci¨®n".
Un magistrado de otra secci¨®n, apunta: ¡°Hemos revocado decisiones de compa?eros sentados enfrente. Y de vez en cuando hacemos votos particulares. Hay m¨¢s despachos y no hay por qu¨¦ deliberar delante del otro. Somos lo suficientemente honestos y profesionales para resolver esto y otras situaciones m¨¢s complejas. Estamos poniendo vendas donde no hay herida¡±. Pasado ma?ana se despeja la inc¨®gnita sobre si ha habido exceso de celo.
De dos millones a solo 480 euros
Las resoluciones de la secci¨®n s¨¦ptima de la Audiencia sobre el caso ERE han respaldado en general a Alaya, salvo excepciones como la imposici¨®n de la prisi¨®n preventiva para los imputados, que la sala consider¨® excesiva. Tambi¨¦n discreparon sobre la imposici¨®n de fianzas millonarias.
El ¨²ltimo auto va en esa direcci¨®n, y los jueces reducen la fianza fijada a la imputada Mar¨ªa Jos¨¦ Rofa, de dos millones de euros a solo 480 euros. Los magistrados censuran las decisiones de la juez respecto a Rofa, ext¨¦cnica de la Consejer¨ªa de Empleo y mano derecha del ex director general de Trabajo Juan M¨¢rquez. ¡°Se aprecia una desigualdad de trato que carece de justificaci¨®n objetiva y razonable en relaci¨®n con la imputaci¨®n a ambos imputados¡±. La resoluci¨®n se refiere a que Alaya evit¨® imponer fianza a otro t¨¦cnico de Empleo en similares circunstancias, por lo que para lograr coherencia y justicia en la imposici¨®n de cantidades pecuniarias para ambos acusados, debe anularse la fianza a Rofa.
¡°La se?ora magistrada instructora, omite las concretas circunstancias f¨¢cticas o personales que justificar¨ªan la diferencia de trato conferida a cada uno de ellos, pese a la pr¨¢ctica identidad de hechos imputados con car¨¢cter general¡±, matiza el auto.
La fianza para Rofa es un ejemplo de lo complicado y parad¨®jico que resulta la causa de los ERE. Alaya se opuso en principio a imponerle fianza a Rofa dada su colaboraci¨®n con la justicia, despu¨¦s de que relatara en varios folios un comportamiento supuestamente sospechoso por parte de la exc¨²pula de la Consejer¨ªa de Empleo bajo la direcci¨®n de Manuel Recio. A continuaci¨®n, la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n recurri¨® ante la Audiencia para que le impusiera una fianza de 205 millones por las subvenciones a las que contribuy¨® como t¨¦cnica. Tras dar la raz¨®n al fiscal, Alaya acat¨® la orden de la Audiencia ¡°por imperativo legal¡± ¡ªuna f¨®rmula para mostrar su desacuerdo¡ª y le impuso la fianza. Ahora la Audiencia mantiene la fianza pero la reduce a solo 480 euros.
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