Lo que nos falta
Pere R¨ªos presenta su libro 'Banca Catalana: caso abierto'
Desde que se invent¨® el boli BIC sabemos que en la vida hay dos escrituras a elegir. Por ejemplo, Jordi Pujol escribe fino y Enric Marco escribe normal. Comparando la impostura del pol¨ªtico que pudo reinar pero se conform¨® con virreinar y la del anarcosindicalista que mediante mentiras lleg¨® a presidir la Amical de Mauthausen, ha iniciado Pere R¨ªos la presentaci¨®n de su libro Banca Catalana: caso abierto. A lo largo de las p¨¢ginas de esta obra se demuestra con pelos y se?ales que Jordi Pujol, efectivamente, escribe muy fino; pero adem¨¢s queda probado que la finezza de Jordi Pujol, a diferencia del dicho italiano, no es manca. M¨¢s bien, todo lo contrario.
Pero no s¨®lo lo explica el autor, tambi¨¦n lo detallaron los prologuistas, los ex fiscales Jos¨¦ Mar¨ªa Mena y Carlos Jim¨¦nez Villarejo, otras dos escrituras a elegir, que este lunes presentaron el acto, cada cual a su manera. Ambos fueron los instructores del caso Banca Catalana. Rompi¨® el hielo (o acaso resulte m¨¢s apropiado decir que abri¨® fuego) Jim¨¦nez Villarejo. Su corbata de lunares frente a la camisa abierta de Mena. Villarejo, las mejillas cuidadosamente rasuradas de los cl¨¢sicos romanos; Mena, la barba blanca de los presocr¨¢ticos. En Jim¨¦nez Villarejo, el pelo repeinado con primor de colegial; Mena con la calva revuelta. La voz rigurosa, sistem¨¢tica de Villarejo, y la iron¨ªa ¨¢gil y espont¨¢nea de Mena. Denunci¨® Jim¨¦nez Villarejo a los que entonces ¡°miraron hacia otro lado; por razones no jur¨ªdicas sino pol¨ªticas o por razones de otro orden yo dir¨ªa que m¨¢s vergonzoso¡±, y de esta manera se comprendi¨® en la sala que lo que hab¨ªa conseguido el pujolismo es que la pol¨ªtica cupiese en el orden de lo vergonzoso. A continuaci¨®n habl¨® del concepto de destrucci¨®n y explic¨® que Jordi Pujol hasta hace muy poco iba diciendo ¡°quieren destruirnos¡± por las tertulias radiof¨®nicas (as¨ª ocurri¨® en 2012). ¡°?Qui¨¦n quiere destruir a qui¨¦n?¡±, se pregunt¨® el ex fiscal. En la calle donde vive, aun puede verse, tantos a?os despu¨¦s, las manchas de tapar las pintadas que d¨ªa tras d¨ªa le hac¨ªan con la frase: ¡°Queremos fiscales catalanes¡±. A Mena no le pintaron en la puerta de su casa, pero una noche una escopeta a¨²n sin identificar dispar¨® contra su ventana. Durante su intervenci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Mena asegur¨® que el no procesar a Pujol cuando Banca Catalana ¡°fue una ocasi¨®n perdida de poner coto a la corrupci¨®n y a la putrefacci¨®n de la pol¨ªtica¡±.
Banca Catalana: caso abierto en canal. El periodista y los dos ex fiscales parec¨ªan tres forenses contemplando maravillados c¨®mo sobre la mesa de presentaciones, c¨®mo de entre el caos cotidiano, volv¨ªa a la vida el cad¨¢ver de Banca Catalana. Un Pujol/Reanimator obr¨® el milagro con su confesi¨®n del 25 de julio. El monstruo que quisieron enterrar a toda prisa bajo la tierra polvorienta de la Ciutadella a fuerza de manifestaciones, y asedios y tomas del Parlament por los m¨¢s iracundos convergentes, es ahora un Frankestein al que hasta sus propios creadores temen. Banca Catalana, cuyas siglas BC evocan la prehistoria, el fuego primero, el origen de todo, el huevo de la serpiente. Lo dice Pere R¨ªos en su libro mediante m¨²ltiples ejemplos. Ah¨ª va uno: Banca Catalana supone el primer rescate bancario de la democracia.
La presentaci¨®n se celebr¨® en la Casa del Llibre y la llenaba un p¨²blico que parec¨ªa tambi¨¦n trazado por una doble escritura. Pues pertenec¨ªan mayormente a dos generaciones bien definidas quienes atestaban la sala de actos. Una la formaba gente relativamente mayor y la otra gente joven (igual que el programa que presentaba Antol¨ªn Garc¨ªa). Ambas ten¨ªan en com¨²n el haber sido v¨ªctimas del pujolismo. Pero tambi¨¦n el no haber sucumbido ante las presiones, las marginaciones, los chantajes que este sistema patriocr¨¢tico, encarnado primero en una persona y enseguida en un apellido, impon¨ªa a quienes no comulgaban con su mala hostia envuelta en beater¨ªa montserratina. Por los rincones se formaban corrillos de periodistas de pelo blanco y jersey holgado, reporteros que hace treinta a?os fueron los primeros en escribir art¨ªculos y libros denunciando los siniestros manejos econ¨®micos de Pujol y sus secuaces, y cuya pasi¨®n por contarlo todo les cost¨® la carrera y en cierto modo la reputaci¨®n (de todo esto, con nombres y apellidos, tambi¨¦n habla Pere R¨ªos en el libro). Se ve¨ªa junto a ellos treinta?eros que nacieron y se criaron en el mundo perfecto donde todo lo que converg¨ªa y se un¨ªa era bueno y no cab¨ªa motivo para el descontento. Por ejemplo, sentados en la misma ¨²ltima fila, coincidieron el abogado Jaume Asens, que va en las listas de Barcelona en Com¨² y hac¨ªa fotos de la mesa con su tablet, y el viejo catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho, Juan-Ram¨®n Capella, que fue Sacrist¨¢n antes que fraile alternativo. Hab¨ªa entre los asistentes fiscales, jueces, periodistas, pol¨ªticos, es decir, todo el cuerpo social que debi¨® haber parado esto y no pudo. Por encima del mogoll¨®n destacaba, debido a su altura de jugador de baloncesto de instituto, la cabeza fina y vigilante del ecosocialista Joan Herrera. Abajo, le acompa?aba (cabeza, tronco y extremidades), el ex conseller de Interior Joan Saura con su¨¦ter de color lila/podemos. Parte del personal que escuchaba en pie se hab¨ªa dispuesto pegado de espaldas contra los cristales nocturnos de la sala, como puesto a fusilar contra muros de transparencia. Lo que tambi¨¦n se observaba en la presentaci¨®n es que estas dos generaciones, los que quisieron y los que quieren, dibujan una biograf¨ªa interrumpida. Del origen de ese vac¨ªo y de ese vaciamiento trata este libro.
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