37 Ayuntamientos recurren la venta de la planta de residuos de Xixona

La renuncia de la Generalitat a seguir gestionando la planta de tratamiento de basuras de Xixona (Alicante) es un paso m¨¢s hacia el desbarajuste en el que ha desembocado la pol¨ªtica de residuos de la Comunidad Valenciana. Los 37 Ayuntamientos pertenecientes al consorcio al que correspond¨ªa la planta, la mayor¨ªa del PP, se oponen a la venta de una instalaci¨®n rentable y construida con fondos europeos. La consejera Isabel Bonig cambi¨® los estatutos originarios de la sociedad propietaria del vertedero para poder subastar una instalaci¨®n que naci¨® para ser ¡°siempre p¨²blica¡±.

La Generalitat ha optado por no ser parte de una planta que da beneficios y subastarla por 5 millones de euros, ignorando la propuesta del consorcio de municipios de L¡¯Alcoi¨¤ y L¡¯Alacant¨ª para que les trasvasaran el accionariado y poder licitar un proyecto p¨²blico. ¡°Habr¨¢ batalla legal¡±, anuncian desde el consorcio, que esta semana presentar¨¢ un recurso al respecto.

La venta del 51% de la Sociedad de Reciclados y Compostaje Piedra Negra, en manos de la entidad p¨²blica Vaersa, es parte del plan del Consell para reestructurar y racionalizar el sector p¨²blico empresarial. Es el ¨²nico argumento de la Consejer¨ªa de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente para una venta cuyo contrato se firmar¨¢ esta semana. El alcalde de Xixona, Ferran Verd¨², puntualiza: ¡°Vaersa puede tener p¨¦rdidas, pero no en Xixona¡±.

La medida deja a Cespa (Ferrovial), que pose¨ªa el 49% de acciones restantes, con el control total. La operaci¨®n no hubiera sido posible sin cambiar el protocolo que regula Piedra Negra. El documento, firmado en 2001, establec¨ªa que la empresa deb¨ªa tener siempre titularidad p¨²blica, requisito b¨¢sico para recibir los ocho millones de euros financiados por la Uni¨®n Europea. Pero en junio de 2014, Bonig y Cespa eliminaron este art¨ªculo ante notario y sin comunic¨¢rselo al consorcio.

El art¨ªculo contemplaba adem¨¢s que el accionariado de Vaersa ¨²nicamente pudiera ser traspasado a sociedades p¨²blicas, como el consorcio. El enfado entre los alcaldes es notable, han quedado expuestos a los precios que marque una empresa a la que hay que llevarle los residuos por ley. Entre ellos figuran el propio diputado de Medio Ambiente, Javier Sendra, alcalde de Planes, o la presidenta provincial y regidora de Sant Vicent del Raspeig, Luisa Pastor. Se ha llegado a amenazar con la expropiaci¨®n de la planta, sobre suelo municipal.

¡°Es inaceptable por no tener sentido, podr¨ªa ser un mal antecedente, la punta del iceberg de los que el PP har¨ªa si siguiera en la Generalitat¡±, advierte Francesc Signes, diputado auton¨®mico del PSPV encargado de la materia de residuos. A la subasta de Vaersa solo acudi¨® Cespa. Las empresas de gesti¨®n de residuos en la Comunidad son b¨¢sicamente filiales de grandes constructoras. Rara vez se pisan contratas, seg¨²n fuentes del sector.

La operaci¨®n lleva impl¨ªcito el reconocimiento de un fracaso que se extiende desde L¡¯Alcora (Castell¨®n) a la pedan¨ªa oriolana de La Murada (Alicante). El Plan Integral de Residuos (PIR) de 2013 es una continuaci¨®n del anterior, que data de 1997 y qued¨® incompleto. El modelo valenciano se ha caracterizado m¨¢s por su pol¨ªtica de enterramiento que de reciclajes y la consejer¨ªa apuesta por la incineraci¨®n de basuras para el futuro, que tambi¨¦n suscita un rechazo ecologista y vecinal, adem¨¢s de las dudas empresariales y de la banca.

Son muchos los puntos donde ha ardido la pol¨¦mica alrededor de los residuos, sin visos de soluci¨®n temprana. Toneladas de basuras viajan de un lado a otro del territorio por la falta de plantas de tratamiento en puntos como Llanera de Ranes (Valencia) o Albatera (Alicante), principalmente por vertederos alicantinos que se colmatan acortando su vida ¨²til. El caso de Albatera es especialmente grave, en parte por estar en el origen del caso Brugal, una presunta trama pol¨ªtico-empresarial entorno a los intereses de la basura. En la localidad se preve¨ªa un macrovertedero para alojar toda la basura de la Vega y al igual que en Llanera, el rechazo ciudadano y de la pol¨ªtica local ha promovido que se detuvieran unos proyectos obsoletos que dif¨ªcilmente hubieran tenido encaje actual en las directivas europeas.