La cuca?a electoral
El autor reflexiona sobre "la fidelidad del voto o su trasvase" en un a?o con varias convocatorias electorales
No hay que ser muy tiquismiquis para sugerir que la decisi¨®n de Pablo Iglesias y Tania S¨¢nchez de anunciar su ruptura sentimental en las redes sociales tiene tanto de cursiler¨ªa como de exhibicionismo. Lo segundo ya lo sab¨ªamos, pero lo primero todav¨ªa no. O no del todo. A fin de cuentas, todav¨ªa no son Isabel Pantoja y Juli¨¢n Mu?oz. As¨ª que tal vez han decidido comunicarlo al mundo entero debido a que se sienten protagonistas de grandes acontecimientos, un tanto a la manera de quienes se permiten participar en un programa televisivo como Gran Hermano para alardear de sus tediosas intimidades contrariadas. ?Les importa algo todo esto a los ciudadanos, sean de la casta o de los de abajo? Cabe suponer, por el bien de todos, que no demasiado. Esos asuntos, salvo que la pareja se crea famosa por derecho propio, se resuelven en la intimidad y se comunican a familiares y amigos, de modo que el c¨ªrculo m¨¢s inmediato tambi¨¦n se entere de lo que ocurre, pues que se trata de un asunto privado. ?Imagina el lector a Lenin, tan ocupado en Las tesis de Abril, mat¨¢ndose a telegramas para anunciar que se separa de la Krupskaya? M¨¢s curioso que la manera de comunicar tan gran suceso es lo que se dice en el mensaje compartido. Los dos son estupendos para el otro, se admiran, se adoran, ella sugiere que ¨¦l viene a ser el h¨¦roe de nuestro tiempo (sin que ¨¦l proteste por semejante atribuci¨®n, ojo), y ella ser¨ªa el no va m¨¢s (sin que la chica se oponga), en un intercambio presencial de elogios que ni los protagonistas de Casablanca, vaya. Es posible que haya que hacerse muchas m¨¢s preguntas ante este vodevil tan emotivo como entusiasta, y tal vez algo oxidado.
Viene todo esto a cuenta de una cuesti¨®n m¨¢s delicada y de mayor enjundia: la fidelidad del voto o su trasvase. Hace unos d¨ªas, cenando en una pizzer¨ªa de extrarradio muy frecuentada por personas de precarios recursos econ¨®micos, la tele estaba echando el triunfo de Bel¨¦n Esteban en Gran Hermano y resultaba inquietante ver a buena parte de la clientela aplaudiendo a la ganadora como si ella fuera Cristiano Ronaldo. Regocijo cutre por delegaci¨®n, que viene a ser la m¨¢s desdichada de las alegr¨ªas. Es posible que buena parte de esos entusiastas de bareto haya votado hasta ahora, si lo ha hecho, al PP valenciano, y que a partir de ahora consideren la eventualidad de votar a Podemos, por ejemplo, en las pr¨®ximas elecciones, por aquello de la casta, el casto y la caspa. La tal Bel¨¦n Esteban, ?no pertenece a la casta, lo mismo que el impresentable presentador Jordi Gonz¨¢lez? Y, para estos espectadores entusiasmados con la miseria televisiva, ?no va a pertenecer a su casta particular un danzar¨ªn tan bien dispuesto como Pablo Iglesias, abrazado sin cesar en cuanto da un paso por sus amigos Errej¨®n y Monedero, mientras entonan con el consabido entusiasmo verbenero un cupl¨¦ como L?estaca, de LLuis Llach, que los millones de admiradores de una Bel¨¦n Esteban cualquiera ¨Clos de abajo, se supone¡ªno conocen ni de o¨ªdas?
Fidelidad del voto, dec¨ªamos. Es posible, aunque no seguro, que cada formaci¨®n pol¨ªtica obtenga el voto que se merece, si bien parece dif¨ªcil determinar un perfil preciso del votante. Si un sujeto como Rafael Blasco diera su voto a Podemos (no olviden que ya ejerci¨® como cabecilla del FRAP) o a cualquier otra formaci¨®n pol¨ªtica con serios afanes de cambio, ?ser¨ªa aceptado como si nada? ?Y si hicieran lo mismo miles y miles de admiradores de Bel¨¦n Esteban, con ella a la cabeza? Y si, en resumen, a los cientos de miles de conciudadanos que aqu¨ª han votado una y otra vez a la derecha que nos ha llevado a la m¨¢s rid¨ªcula agon¨ªa les diera la volada de votar a Podemos, algo totalmente imposible de cuantificar de antemano, ?ser¨ªan aceptados? Si tantos pol¨ªticos han resultado ser unos simuladores empedernidos, por aquello de la fascinaci¨®n de la ignominia, ?qu¨¦ se podr¨ªa decir de miles de sus votantes? Un resumen de todo este bacalao es que Dios hizo un p¨¦simo trabajo. L¨¢stima que el Creador no haya tenido la humildad de pedir consejo a Podemos. De ese temerario desaire se alimenta la voluntad de asaltar los cielos.
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