Librer¨ªa, centro y tienda cultural
La cadena Laie ampl¨ªa a 17 los espacios que gestiona tras ganar el concurso del Centro Pompidou y del Arte Ruso en M¨¢laga
Vender solo libros quiz¨¢ ya no le valga hoy a una librer¨ªa; poco o mucho, debe incorporar alma de agitador, mudar en centro cultural (con agenda de actividades); o abrirse tambi¨¦n, de manera parcial, al concepto m¨¢s el¨¢stico de tienda cultural, vinculado mayormente a un equipamiento. Hacia esa tercera pata parece tender la carism¨¢tica librer¨ªa barcelonesa Laie, que acaba de obtener la gesti¨®n de los dos locales que se ubican en los flamantes Centro Pompidou y el Museo de Arte Ruso de San Petesburgo abiertos hace dos semanas en M¨¢laga. El concurso para ambos centros fue convocado por el Ayuntamiento de esa ciudad.
Con tanta discreci¨®n como eficacia, Laie se ha convertido en un peque?o emporio libresco y qui¨¦n sabe si en un determinado modelo a estudiar en un sector que en Espa?a ve cerrar dos librer¨ªas al d¨ªa de media y las que quedan han visto caer las ventas un 18% en tres a?os. Porque con los dos centros de M¨¢laga ¡ªde 150 metros el del Pompidou y 140 el de Arte Ruso¡ª, ser¨¢n ya 17 las librer¨ªas que gestiona Laie, en seis ciudades espa?olas.
El sigilo con el que ha crecido Laie ¡ªsurgida en Barcelona en diciembre de 1979 con la librer¨ªa de la calle Pau Claris, iniciativa de un grupo de socios encabezados por Montse Moragas y Conxa Guix¨¤¡ª, se explica en parte por su propia filosof¨ªa: se mimetizan con el equipamiento con el que colaboran. ¡°Estamos al servicio de la instituci¨®n y por ello no nos importa difuminar nuestra marca de cara al cliente final¡±, resume Moragas. Eso explica el silencioso fen¨®meno Laie: la librer¨ªa-cafeter¨ªa de Pau Claris es, as¨ª, s¨®lo la punta visible del iceberg de una cadena que gestiona tiendas en los principales museos y equipamientos de Barcelona: el CCCB, el Picasso, Cosmocaixa, el Caixaf¨°rum, el MNAC y el Macba, a los que se a?aden los ubicados en enclaves como el Park G¨¹ell, La Pedrera, la Sagrada Familia y el recinto modernista del hospital de Sant Pau. Luego dirigen tambi¨¦n los locales ubicados en los Caixaf¨°rum de Madrid y Zaragoza. Y, desde el anonimato casi total de la marca, espacios en la Alhambra de Granada y en la catedral de Santiago de Compostela.
Estanter¨ªas muy bien pertrechadas en arte y el formato librer¨ªa-tienda especializada, en espacios que oscilan desde los 50 metros cuadrados a los 300, es el modelo triunfante de Laie. ¡°Aqu¨ª somos nosotros y all¨ª somos ellos, reflejamos la instituci¨®n que nos acoge¡±, resume Moragas desde las oficinas encima de la sede central. ¡°Nos adaptamos a la programaci¨®n del centro y eso condiciona el contenido y el tipo de tiendas que proponemos, donde hay libros y objetos, pero vinculados siempre a la idiosincrasia de la entidad y al mundo de la cultura libresca o art¨ªstica; solemos ofrecer poca libreta y lapiceros y esas cosas¡±.
Iniciada en 1979 en
En cualquier caso, la cadena tiene ya un departamento destinado a producir objetos de merchandising, solicitando los derechos y encargando su producci¨®n cuando la muestra no los contempla de origen. ¡°Vamos diversificando la empresa dentro del mundo cultural y consolidando un know-how que eso s¨ª vinculamos a la marca y que es el que las instituciones queremos que conozcan¡±, puntualiza Moragas, que recuerda que la gesti¨®n de la mayor¨ªa de las librer¨ªas se han obtenido tras ganar concursos p¨²blicos. El resultado son m¨¢s de 200 personas trabajando en Laie, entre ellas la docena que se ha incorporado en M¨¢laga.
?Cobrar por actividades?
¡°Que una librer¨ªa se mueva es importante; hay quien plantea incluso cobrar por las actividades, pero no somos partidarios¡±, opinan Maya Flandin y Xavier Moni, vicepresidentes del potente Sindicato de la Librer¨ªa Francesa, que re¨²ne a 650 de las 3.000 librer¨ªas independientes del pa¨ªs galo. Invitados el pasado jueves por el Gremi de Llibreters de Catalunya y la Fundaci¨®n RBA para estrenar una fiesta-preg¨®n que sirva de pr¨®logo a la festividad de Sant Jordi, intercambiaron, con sus hom¨®logos catalanes, experiencias de un sector que tambi¨¦n se zarandea en sus latitudes, especialmente tras la ca¨ªda de Virgin Megastores y de Chapitre, segunda cadena de librer¨ªas francesa. ¡°Virgin, m¨¢s centrado en discos y v¨ªdeos, ha afectado poco al sector porque ten¨ªa poca parte de su negocio en el libro; con la ca¨ªda de Chapitre, en cambio, hemos aprendido todo lo que no hay que hacer: fue una red de librer¨ªas independientes que se agruparon y tras ello centralizaron y uniformaron en excesos su compras, redujeron la libertad de elecci¨®n de los libreros y la oferta disponible, se abrieron a jugueter¨ªa y papeler¨ªa en exceso y, en su obsesi¨®n por la rentabilidad, se deshicieron de los libreros veteranos y contrataron personal no cualificado; destrozaron el coraz¨®n del negocio¡±.
La creaci¨®n en breve de un Observatorio Econ¨®mico de la Librer¨ªa, para compartir datos y experiencias entre los agremiados, y la potenciaci¨®n del sello que desde 2009 otorga el Ministerio de Cultura franc¨¦s de Librer¨ªa Independiente de Calidad (que, tras el cumplimiento de unos requisitos t¨¦cnicos y de oferta bibliogr¨¢fica, permite una notable rebaja de impuestos locales) fueron algunas de las experiencias compartidas. Modelos, ideas, aliados: todo le conviene, hoy, a las librer¨ªas.
¡°Con estas tiendas culturales tampoco estamos tan lejos del modelo que ten¨ªamos en la cabeza en 1979: una librer¨ªa abierta, donde pasar un buen rato, libros muy al alcance y mucho t¨ªtulo extranjero¡±, rememora Moragas, que cree, junto a Guix¨¤, que ¡°el libro en papel perdurar¨¢ y las librer¨ªas remontar¨¢n¡±. Tambi¨¦n ven bien que ¨¦stas cada vez acojan y promuevan m¨¢s actividades culturales, si bien alertan que ¡°esas cosas ayudan a que haya tr¨¢nsito pero hay que lograr que generen ventas, lo que no siempre ocurre¡±.
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