Esas palabras que retratan
Susana D¨ªaz dijo que iba a unas elecciones "a ganar, no a pactar" y Rajoy proclama que quiere gobernar para la gente ¡®normal¡¯
Hay que acordar que en muchos momentos a algunos l¨ªderes pol¨ªticos, las palabras les traicionan. Se ahorrar¨ªan contratiempos solo con aplicar el proverbio indio que ense?a que solo se debe hablar cuando las palabras demuestren ser mejores que el silencio. No son pocas las veces que luego tienen que recurrir a aquello tan manido de ¡°han sacado de contexto mis palabras¡± o ¡°se ha tergiversado su sentido¡±. Con el tiempo uno descubre, porque la gente que los escucha no es tan ingenua como ellos quisieran que fuesen, que al final el sentido de esas palabras, con contextualizaci¨®n o sin ella, es lo que es.
Recuerdo a bote pronto algunas dignas de figurar en una antolog¨ªa de majader¨ªas. Recuerdo, por ejemplo, un eslogan del PSC que mostraba, en un cartel electoral, al expresidente de la Generalitat Jos¨¦ Montilla pidiendo: Palabras no, hechos. Que un pol¨ªtico reniegue de su arma fundamental no deja de ser una paradoja; adem¨¢s de ser peligrosamente sintom¨¢tico, como si el mismo pol¨ªtico no confiara en lo que ¨¦l enuncia (con palabras, claro). No es menos incre¨ªble escucharle a Artur Mas, en v¨ªsperas de la celebraci¨®n de la Diada del 2013, haciendo alusiones a la marcha por los derechos humanos que encabez¨® hace m¨¢s de 50 a?os el l¨ªder negro Martin Luther King. No menos sorpresa me caus¨®, durante la campa?a de las recientes elecciones auton¨®micas en Andaluc¨ªa, escuchar a la presidenta de la Junta sentenciar gran¨ªticamente: ¡°Yo voy a las elecciones a ganar, no a pactar¡±. Es obvio que nadie va a unas elecciones a perder. Y tambi¨¦n no es menos obvio que despu¨¦s de ganar sin mayor¨ªa es necesario pactar. Susana D¨ªaz deber¨ªa saber que a la palabra pacto, hoy, hay que adorarla como a un fetiche. Aqu¨ª tambi¨¦n puede que a D¨ªaz el inconsciente le haya jugado una mala pasada: como si hubiera olvidado aquellos tiempos gloriosos de los rodillos socialistas, esos tiempos en que no hac¨ªa falta pactar con nadie, aunque la ¨¦tica democr¨¢tica exigiera no ningunear a las minor¨ªas parlamentarias por m¨¢s minor¨ªas que fueren.
Ahora, cuando escribo esto, me acabo de enterar que el pr¨®ximo eslogan electoral del PSOE ser¨¢ algo as¨ª como Gobernar para la mayor¨ªa. Parece que en el think tank del PSOE van un poco faltos de la bibliograf¨ªa aparecida en los ¨²ltimos a?os sobre la relaci¨®n de las nuevas maneras de entender el funcionamiento democr¨¢tico con las minor¨ªas, todas las minor¨ªas, desde las parlamentarias hasta las sociales.
No hay ninguna duda que los dirigentes del PP tienen un serio problema con la gente que no es normal como ellos quisieran que fuesen
Todo esto que desgrano viene a prop¨®sito de unas declaraciones del presidente del Gobierno espa?ol. En la ¨²ltima reuni¨®n de la junta directiva del PP, Rajoy dijo, despu¨¦s de desgranar desdenes, ninguneos y desprecios a diestra y siniestra, que ellos quieren gobernar para la gente normal. Parecidas palabras recuerdo que le escuch¨¦ esgrimir alguna vez a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
No hay ninguna duda que los dirigentes del PP tienen un serio problema con la gente que no es normal como ellos quisieran que fuesen. Incluso comienzo a tenerlo yo con la dichosa palabrita. Por eso me acerco a la gran Mar¨ªa Moliner. Me instruye en las dos primeras acepciones de la palabra normal: 1) Se aplica a lo que sirve de norma o regla. 2) Se aplica a lo que es u ocurre como siempre o sin nada raro o extraordinario. Supongo que cuando el se?or Rajoy habla de la gente normal, se refiere a las dos acepciones que registra el Moliner. Es decir, siguiendo estas definiciones, todos somos gente normal, pero parece que para el PP algunos son m¨¢s (o menos) normales que otros.
Veamos ejemplos de normalidad para la c¨²pula del PP. Afirmar que este a?o Espa?a acabar¨¢ con un crecimietno del PIB de entre dos y tres puntos es normal. Pero decir que esta subida no disimula, ni mucho menos corrige, la enorme desigualdad que se produce entre la poblaci¨®n, haciendo que los ricos lo sean m¨¢s y los pobres m¨¢s pobres, esto no es de gente normal. Corresponde a gente no todo lo normal que se desear¨ªa ¡ªgente a la que el PP dispensar¨¢ gran atenci¨®n, de la misma manera que el PSOE har¨¢ con las mayor¨ªas que los voten¡ª que se vaya diciendo (y demostrando jur¨ªdicamente) que las puertas del PP se abren con mayor disponibilidad a los llamados de la corrupci¨®n.
Y pasando a la cuesti¨®n catalana. Mariano Rajoy debe pensar que es de gente con escasas dosis de normalidad andar exigiendo erre que erre que se responda a la lista de 23 exigencias que le present¨® Mas en junio del a?o pasado. Y mucho menos normal para el se?or Rajoy deben ser los que constantemente invitan al di¨¢logo de Estado para reformar la Constituci¨®n. ?Conoce Rajoy lo que pensaba el padre de la independencia norteamericana, Thomas Jefferson, sobre la capacidad del ser humano para perfeccionarse con el paso del tiempo y adquirir sabidur¨ªa humana? ?Habr¨¢ sido una persona normal o anormal Thomas Jefferson por decir que cada generaci¨®n tendr¨ªa que reescribir la Constituci¨®n, ¨²nica manera, seg¨²n ¨¦l, de evitar que la sociedad ¡°estuviera siempre bajo el r¨¦gimen de sus antepasados b¨¢rbaros¡±?
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.