La Fiscal¨ªa de M¨¢laga obliga a un fiscal a acusar a cuatro polic¨ªas
El ministerio p¨²blico impone su criterio en un juicio por abusos sexuales de los agentes
La Audiencia de M¨¢laga juzga desde octubre de 2013 a cinco polic¨ªas (solo uno de ellos sigue en activo) por supuestos abusos sexuales a internas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de esta ciudad, cerrado en junio de 2012 por su mal estado. Las detenciones por estos hechos se practicaron en julio de 2006 en medio de un gran revuelo y tres de los principales inculpados llegaron a ingresar en prisi¨®n preventiva. Despu¨¦s de una larga instrucci¨®n, la fiscal¨ªa pidi¨® inicialmente 27 a?os de c¨¢rcel en total para estos cinco agentes, con distinto grado de participaci¨®n. A?o y medio despu¨¦s del inicio de la vista oral, en el tr¨¢mite de conclusiones finales e informes, se ha producido algo inusual en una sala de juicios: el fiscal del caso ha mantenido la acusaci¨®n contra cuatro procesados, pero ha dejado claro que sigue ¨®rdenes de su jefatura y ha mostrado su desacuerdo con los cargos.
Tanto el ministerio p¨²blico como las otras cuatro acusaciones del procedimiento, incluida Andaluc¨ªa Acoge, han exculpado a uno de los exagentes. El caso gira en torno a supuestas fiestas nocturnas con mujeres inmigrantes que estaban en el CIE (como paso previo a su expulsi¨®n del pa¨ªs), a las que se dejaba salir de sus habitaciones, consumir bebidas alcoh¨®licas o usar el tel¨¦fono para llamar a sus familiares. Habr¨ªan recibido regalos como tabaco y cosm¨¦ticos y se pretend¨ªa crear, seg¨²n el relato de la fiscal¨ªa, un ¡°ambiente relajado de disciplina¡± buscado por los polic¨ªas para despu¨¦s, si era posible, practicar sexo con ellas.
Las claves del caso
- Centro de Internamiento de Extranjeros de M¨¢laga por supuestos delitos sexuales salt¨® en julio de 2006. Inicialmente hubo nueve implicados, aunque solo cinco se sentaron en el banquillo. Tras la vista oral, las acusaciones han retirado los cargos contra uno.
- Seg¨²n el grado de implicaci¨®n en los hechos, la fiscal¨ªa pide penas que van de los dos a los 10 a?os de prisi¨®n. En el procedimiento hay personadas cuatro acusaciones, incluida Andaluc¨ªa Acoge.
- El juicio arranc¨® en octubre de 2013 y a¨²n no ha terminado. La pr¨®xima y ¨²ltima sesi¨®n ser¨¢ el 8 de mayo. El desarrollo de la vista ha sido complejo por el intento de localizar en pa¨ªses extranjeros a supuestas v¨ªctimas y testigos.
- El Ministerio del Interior decret¨® el cierre del CIE en junio de 2012 por la "mala situaci¨®n de sus infraestructuras".
Dos de los acusados se enfrentan a una petici¨®n del fiscal de nueve y 10 a?os de c¨¢rcel, respectivamente, por mantener relaciones sexuales completas con sendas internas. Los otros dos no llegaron a tener sexo con las mujeres, aunque supuestamente lo intentaron en alguna de estas juergas.
Para el fiscal Jacobo Fern¨¢ndez-Ll¨¦brez, es ¡°incuestionable¡± ese ambiente festivo e inapropiado en el CIE y reproch¨® a los agentes que no respetaran ¡°la m¨¢s m¨ªnima dignidad¡± y sus obligaciones profesionales. Las dudas le surgen al representante del ministerio p¨²blico por el testimonio de la testigo protegida n¨²mero ocho del caso, una mujer de nacionalidad venezolana con la que el principal acusado habr¨ªa mantenido relaciones sexuales en tres ocasiones, en las que hubo consentimiento de ella ¡°por la condici¨®n de autoridad¡± del polic¨ªa.
Es decir, ese ¡°consentimiento viciado¡± es el que ha expuesto la fiscal¨ªa siempre para acusar y con el que Fern¨¢ndez-Ll¨¦brez dijo este viernes no estar de acuerdo porque, en su opini¨®n, el contacto fue ¡°voluntario¡±. Esta mujer fue inicialmente una testigo de referencia y cont¨® las supuestas fiestas del CIE y los regalos. Despu¨¦s, en una ampliaci¨®n de su declaraci¨®n ante la polic¨ªa, relat¨® sus contactos sexuales con el acusado.
¡°Si no dijo la verdad en un primer momento, ?por qu¨¦ vamos a pensar que lo hizo despu¨¦s correctamente?¡±, dijo el fiscal intentando transmitir sus dudas a los magistrados de la Secci¨®n Tercera, que tendr¨¢n que dirimir si ese consentimiento para tener sexo estuvo ¡°viciado o no¡± y si existe, por tanto, responsabilidad penal. Para Fern¨¢ndez-Ll¨¦brez, que record¨® que la testigo dijo que ten¨ªa relaciones porque consegu¨ªa regalos, no se da el tipo de abuso por el que acusa. ¡°No estoy de acuerdo con la fiscal¨ªa a la que represento¡±, afirm¨®.
Las muestras p¨²blicas de un posible desacuerdo entre un miembro del ministerio p¨²blico (se rige por un principio jer¨¢rquico) y su superior no son habituales. Una de las desavenencias recientes m¨¢s sonadas fue la negativa de los representantes de la Fiscal¨ªa Superior de Catalu?a a querellarse contra Artur Mas por la convocatoria de la consulta catalana del 9-N, como pretend¨ªa el entonces fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce.
¡°Es raro¡±, comenta un penalista con m¨¢s de 30 a?os de experiencia sobre las palabras del fiscal en la sala de juicios de M¨¢laga. ?l no ha visto nada igual, aunque resalta la ¡°honestidad¡± del jurista. Cree que los desacuerdos con un superior jer¨¢rquico pueden ser habituales, pero no se expresan. Una de las v¨ªas, explica, es dar por reproducido un escrito de acusaci¨®n en el tr¨¢mite de informes sin a?adir m¨¢s discurso.
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