500 a?os no son nada
La democracia espa?ola a¨²n no garantiza c¨®mo afrontar el conflicto entre lealtad institucional y partidaria
En plena investigaci¨®n preparando un documental sobre el ¨²nico escrito que se conserva en todo el mundo de pu?o y letra de Tomas Moro, un tesoro que se encuentra precisamente en Valencia, salta a la vista que 500 a?os no son nada. Tom¨¢s Moro, Lord Canciller de Inglaterra, se enfrent¨® a un dilema moral al oponerse a la disciplina del Rey Enrique VIII, haci¨¦ndonos herederos de lo que hoy conocemos como libertad de conciencia.
Habiendo transcurrido esos cinco siglos, el dilema sigue sin ser resuelto, puesto que la democracia espa?ola a¨²n no garantiza c¨®mo afrontar el conflicto entre lealtad institucional y partidaria, frente a libertad individual de nuestros diputados.
Cada ciudadano un voto, es un principio del que parad¨®jicamente no disfrutan los propios parlamentarios, puesto que su voto es vulnerable a las directrices de su formaci¨®n pol¨ªtica. A pesar de que existen te¨®ricas garant¨ªas constitucionales para respetar el voto bajo su conciencia, el dilema sigue ah¨ª, y no existe, hasta el momento, ning¨²n pronunciamiento de las formaciones pol¨ªticas acerca de c¨®mo van a afrontar este asunto aprovechando el inicio de una nueva legislatura.
Cada d¨ªa vamos conociendo la confecci¨®n de las nuevas listas, en las que parece que las c¨²pulas de los partidos apuestan por la incorporaci¨®n de independientes, pero falta conocer hasta d¨®nde los reglamentos internos van de nuevo a condicionar su libertad de voto.
El ¨²nico modo democr¨¢tico de lograr que cada parlamentario comulgue con las l¨ªneas de su partido ser¨ªa consensuar todo el programa electoral y que este no fuera modificado, pero m¨¢s a¨²n lo ser¨ªa elegir a los parlamentarios de un modo directo, como en el modelo americano se elige a los congresistas, sin que sean las c¨²pulas de los partidos quienes las presenten ya confeccionadas.
Para garantizar esa libertad de voto, eligiendo directamente a los parlamentarios, con sus propias ideas y sus compromisos, habr¨ªa que llegar a un modelo en el que para empezar el ciudadano conociera a todos y cada uno de los futuros parlamentarios, algo que en la actualidad parece improbable, cuando en ocasiones ser¨ªan casi incapaces de recitar todos los ministros o consejeros de un Gobierno.
La investigaci¨®n acerca de c¨®mo se logr¨® salvar el ¨²ltimo escrito de Tom¨¢s Moro atravesando un siglo convulso de traiciones pol¨ªticas, diplom¨¢ticas y religiosas, est¨¢ siendo apasionante y extremadamente revelador, especialmente al poner de manifiesto que la libertad de conciencia que damos por hecho en nuestro sistema democr¨¢tico es de una extrema fragilidad mientras no afrontemos un nuevo modelo que confiera a los parlamentarios la misma capacidad de la que disfrutamos los ciudadanos eligiendo a nuestros representantes.
Tom¨¢s Moro pag¨® con su vida su libertad de conciencia, 500 a?os despu¨¦s tenemos la obligaci¨®n entre ciudadanos y gobernantes de afrontar cambios profundos en nuestra democracia.
Amparo Castellano es periodista y productora ejecutiva
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