La b¨²squeda de los restos de Cervantes, paso a paso
El Museo de Historia de Madrid muestra una cr¨®nica gr¨¢fica de la investigaci¨®n
El Museo de Historia de Madrid muestra en su sede de Fuencarral, 78 una exposici¨®n sobre la b¨²squeda de los restos mortales de Miguel de Cervantes (Alcal¨¢ de Henares, 1547-Madrid, 1616), empresa cient¨ªfica financiada por el Consistorio, que ha polarizado sobre Madrid la atenci¨®n medi¨¢tica internacional desde la primavera pasada. Una mand¨ªbula y dos decenas de huesos atribuibles a Cervantes fueron encontrados, muy mezclados con otros de distintos difuntos, tras una exhaustiva investigaci¨®n multidisciplinar de casi un a?o de duraci¨®n en el convento madrile?o de las Trinitarias. La alcaldesa Ana Botella, que inaugur¨® la exposici¨®n, anunci¨® que "se va a elegir un espacio dentro del convento para singularizar con una l¨¢pida los restos hallados" que, en su opini¨®n, "corresponden a Cervantes porque lo avalan tres ciencias, la Antropolog¨ªa, la Arqueolog¨ªa y la Historia".
Fotos, cronolog¨ªa, v¨ªdeos, textos e infograf¨ªas dan cuenta detallada de una aventura cient¨ªfica sin precedentes en la reciente historia madrile?a. Tampoco tiene parang¨®n una iniciativa de alcance estatal semejante promovida desde el municipio madrile?o, reconoce en concejal de Las Artes, Pedro Corral.
Comisariada por Francisco Jos¨¦ Mar¨ªn Perell¨®n, el historiador cuya fundamentaci¨®n documental acot¨® sobremanera y en apenas mes y medio el objeto de investigaci¨®n, la muestra exhibe una pl¨¦tora de fotograf¨ªas del cineasta Javier Balaguer y del fot¨®grafo Jaime de Linos, as¨ª como una planimetr¨ªa geof¨ªsica sobre el convento, la iglesia y la cripta obtenida por Gonzalo Tapia con los datos de georradar suministrados por Luis Avial, experimentado especialista de esta geot¨¦cnica detectora.
La exposici¨®n se propone superar el mal sabor de boca que los escr¨²pulos cient¨ªficos del forense Francisco Etxeberria director de la investigaci¨®n y presidente de la Sociedad Aranzadi -ausente-, causaron en los medios de comunicaci¨®n al culminar la fase de examen ¨®seo-anat¨®mico de los restos, por no haberse atrevido a afirmar, de manera categ¨®rica, que los restos hallados fueran en verdad los de Miguel de Cervantes.
La muestra, muy b¨¢sica en su dise?o, incluye apartados tem¨¢ticos relativos a la documentaci¨®n, la detecci¨®n y la exhumaci¨®n en los nichos o en la cripta conventual, as¨ª como a la osteolog¨ªa, las momias y mortajas halladas. De esta forma pone gr¨¢ficamente de manifiesto el car¨¢cter coral de la b¨²squeda, donde un colectivo facultativo de unas sesenta personas de ambos sexos, convocadas por los forenses Francisco Etxeberria y Almudena Garc¨ªa Rubio, y todas ellas especializadas en tareas que abarcan desde la medicina forense hasta la anatom¨ªa patol¨®gica, sin olvidar expertos en odontolog¨ªa o en textiles hist¨®ricos, han explorado enterramientos y nichos, y ha extra¨ªdo y examinado los hallazgos ¨®seos encontrados bajo la iglesia y la cripta civil del convento de las Trinitarias.
Fue precisamente esta congregaci¨®n religiosa cat¨®lica, junto con la de los Mercedarios, la misma que, a finales del siglo XVI, intercedi¨® para que Miguel de Cervantes Saavedra fuera rescatado de su cautiverio en Argel tras ser capturado en alta mar a manos de piratas turcos. En correspondencia, el escritor dej¨® escrito en 1616 su deseo de ser enterrado intramuros del convento, asumiendo las religiosas un compromiso que el tiempo desdibuj¨®, al perder la memoria de la exacta localizaci¨®n de sus restos mortales. Eso, s¨ª, siempre permanecieron en el interior del per¨ªmetro conventual de 2.500 metros de superficie.
Desde el objetivo de la c¨¢mara Javier Balaguer se describe la secuencia de los consecutivos pasos dados por los distintos integrantes del equipo de b¨²squeda durante las tres fases del proceso investigador, desde el surgimiento inicial de la idea, recibida por Luis Avial y desplegada inicialmente por el genealogista Fernando de Prado, hasta la exploraci¨®n por georradar y la apertura de la cripta con miras forenses acometida por Etxeberria.
De las fotograf¨ªas cabe deducir el entusiasmo que embarg¨® a los componentes del grupo investigador y la envergadura de las tareas que acometieron, tit¨¢nicas en un principio, habida cuenta de la escasez de soportes documentales existentes en un principio. Tal escasez fue tan solo zanjada con la reciente incorporaci¨®n al equipo del historiador Mar¨ªn Perell¨®n, que se encerr¨® en archivos como el Hist¨®rico Nacional, el de la Casa Ducal de Medinaceli o el Diocesano del Arzobispado de Toledo, as¨ª como en la Biblioteca y Archivo Municipales y la Musical V¨ªctor Espin¨®s, entre toneladas de legajos, para fundamentar el soporte documental de la b¨²squeda. Esta pesquisa fue decisiva para reducir el per¨ªmetro de 2.500 metros cuadrados de extensi¨®n en el que te¨®ricamente se hallaban los restos de Cervantes, hasta un cub¨ªculo de 2,5 metros cuadrados donde definitivamente se hallaban, eso s¨ª, fragmentados y mezclados con otros restos ¨®seos de varios cad¨¢veres m¨¢s.
Cervantes a la luz. Im¨¢genes del hallazgo. Del 22 de abril al 27 de septiembre. Museo de Historia de Madrid. Fuencarral, 78.
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