Sobrados de estribillos

La guasa brot¨® de labios de Jorge Mart¨ª cuando a¨²n no se hab¨ªan cumplido ni diez minutos de concierto: ¡°Vamos en orden cronol¨®gico y esto nos va a llevar 20 a?os¡­¡±. Era una hip¨¦rbole, claro, pero son¨® mucho m¨¢s a goloso fest¨ªn que a indigesti¨®n. Puede que La Habitaci¨®n Roja haya atravesado rachas de ninguneo durante estos cuatro lustros de andadura, quiz¨¢s porque la vocaci¨®n mel¨®dica no siempre figura entre los atributos que otorgan m¨¢s pedigr¨ª en el ideario indie. A estas alturas, sin embargo, los de L¡¯Eliana gozan de toda la legitimidad para sacar pecho. El concierto del jueves en la Joy Eslava, abarrotada hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del segundo anfiteatro, fue eso mismo, un ejercicio de orgullo en feliz complicidad con el auditorio. Hasta la madre de Mart¨ª, que siempre le sugiri¨® que se buscase ¡°un trabajo de verdad¡±, habr¨ªa sonre¨ªdo satisfecha.

Con la banda ampliada a sexteto durante un buen tramo de la noche, la cita de cumplea?os borde¨® la euforia: dos horas como dos soles, momentazos de indisimulada comuni¨®n colectiva (De cine, Indestructibles), incluso un medio striptease involuntario del cantante mientras el p¨²blico lo llevaba en volandas por media sala durante la interpretaci¨®n de Ayer. Es lo bueno de los himnos, que se instalan en la memoria colectiva e invitan a la desinhibici¨®n, y La Habitaci¨®n Roja suma unos cuantos. Incluso alguno que, como La edad de oro, ya no lo parece tanto: se?al de que el tiempo les ha cundido para mejorarse.

El grupo planea una pr¨®xima grabaci¨®n con secci¨®n de cuerdas, idea que parece prometedora, pero la ¨²nica novedad del jueves fue Taxi a Venus, un descarte de La moneda en el aire (2014) recuperado ahora para Veinte a?os de canciones. Que un tema tan potable quedase orillado resulta sintom¨¢tico: LHR es una banda prol¨ªfica, sobrada de estribillos, con una enorme habilidad para la canci¨®n cl¨¢sica y lo bastante sincera como para corear, por ejemplo, ¡°Hoy es un d¨ªa perfecto para decir que te quiero sin miedo¡± sin que nadie se azore. Muchos se miran ahora en el pop espa?ol de los sesenta, pero estos valencianos encontraron ese espejo mucho antes.