De la ¡®tablet¡¯ al Walhalla con Bryn Terfel en A Coru?a
El bar¨ªtono gal¨¦s se mete al p¨²blico en el bolsillo con su discurso y presencia esc¨¦nica

Bryn Terfel ha debutado en Galicia con un concierto del ciclo Grandes cantantes perteneciente a la temporada l¨ªrica que organizan conjuntamente Amigos de la ?pera y el Consorcio para la Promoci¨®n de la M¨²sica de A Coru?a. Acompa?ado por la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia dirigida por Gareth Jones, ofreci¨® un programa -con obras de W. A. Mozart, Charles Gounod, Kurt Weill, Arrigo Boito, Giuseppe Verdi y Richard Wagner- basado en una selecta muestra de esos Bad boys que dieron t¨ªtulo a su exitoso CD de 2010.
La noche, pues, promet¨ªa emociones fuertes. El concierto hab¨ªa generado grandes expectativas en redes sociales y todo el mundillo musical de A Coru?a se hab¨ªa congregado en el Palacio de la ?pera, que registraba una gran entrada sin llegar a completar su aforo. La velada, que ha supuesto un rotundo ¨¦xito para el bar¨ªtono gal¨¦s, tuvo dos fases bien diferenciadas.
En la primera parte, Terfel se meti¨® al p¨²blico en el bolsillo desde su salida al escenario gracias a un cuidado discurso visual que desarrolla con su gran experiencia y presencia esc¨¦nica. El uso de una ¡°tablet¡± como soporte f¨ªsico de la lista de conquistas donjuanescas que expresa Leporello en la c¨¦lebre aria Madamina, il catalogo e questo hizo estragos entre los asistentes. Su peque?a disertaci¨®n en ingl¨¦s antes de Die Moritat von Mackie Messer quebr¨® las pocas resistencias que a¨²n pudiera haber en el p¨²blico, totalmente entregado a partir de ese momento. El acompa?amiento en esta pieza tuvo el adecuado tono cabaretero a partir del car¨¢cter marcado en su inicio en por Ludmila Orlova.
La voz de Terfel tiene un bello timbre baritonal y la maneja con gran eficacia expresiva, dando el car¨¢cter de cada personaje de forma muy personal. Su enorme potencia y una soberbia proyeccci¨®n hace que ruede hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de la sala, pese a los problemas ac¨²sticos del Palacio de la ?pera. Su vocalizaci¨®n excesivamente abierta perjudic¨® sobre todo la pronunciaci¨®n francesa en Le veau d¡¯or del Faust de Gounod. Es una falta de atenci¨®n hacia el idioma franc¨¦s bastante extendida entre cantantes anglosajones, en contraposici¨®n a cuidado y permanente b¨²squeda de la llamada italianit¨¤. Su interpretaci¨®n de Falstaff que cerr¨® la primera parte fue soberbia, especialmente desde el punto de vista esc¨¦nico.
La segunda estuvo totalmente dedicada a Wagner, empezando por una interpretaci¨®n redonda de sendos pasajes de Die Meister singer y de Tannh?user. Tras estos, la escena final del tercer acto de Die Walk¨¹re, la despedida de Br¨¹nnhilde por Wotan, fue la culminaci¨®n vocal y sonora de la noche. El p¨²blico del Palacio de la ?pera tuvo la ocasi¨®n de escuchar al mejor Terfel, que tuvo la sobriedad requerida por el repertorio y toda la grandeza vocal y musical de que es capaz. La ovaci¨®n fue de las que se recuerdan largo tiempo y Terfel correspondi¨® con una canci¨®n de su Gales natal, acompa?ado por el tambi¨¦n gal¨¦s Gareth Jones, que baj¨® del podio para acompa?arle al piano.
Gareth mostr¨® una serie de carencias como director a lo largo de la noche, con una cierta imprecisi¨®n y una clara falta de aprovechamiento de las cualidades de la Sinf¨®nica desde la obertura de Don Giovanni, que abr¨ªa programa. Y ello pese al sonido espl¨¦ndidamente mozartiano de la orquesta gallega, tantos a?os demostrado en el a?orado Festival Mozart. Fue una actuaci¨®n propia de un director sin m¨¢s aspiraci¨®n ni horizonte que el mero acompa?amiento y cuidado del cantante al que sirve.
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