La ciudad abierta, argumentos y evidencias
Se confunde el grado de apertura de una ciudad con la cantidad de empresas y fondos de inversi¨®n que quieren invertir en ella
En pleno debate sobre c¨®mo encarar el futuro de las ciudades, uno de los temas centrales ser¨¢ su grado de internacionalizaci¨®n, su capacidad de formar parte de un mundo definitivamente global y diverso. Otro aspecto b¨¢sico que caracteriza hoy a las ciudades abiertas es la capacidad de acceso a sus datos b¨¢sicos. O dicho de otra manera, su nivel de transparencia, la usabilidad de la informaci¨®n por parte de distintos colectivos y personas. Barcelona es, desde hace a?os, una ciudad mucho m¨¢s internacional, si atendemos a la cantidad de personas extranjeras que residen en ella, el n¨²mero de visitantes que recibe y la gran cantidad de eventos internacionales que acoge cada a?o. Si antes esa caracter¨ªstica se quiso convertir en reclamo (Barcelona: ciudad de ferias y congresos), hoy m¨¢s bien parecer¨ªa que la cuesti¨®n genera una cierta pol¨¦mica. Por otro lado, el nivel de informaci¨®n disponible sobre la ciudad es notable, aunque seguramente podr¨ªan hacerse m¨¢s cosas para facilitar la transparencia y la capacidad de rendir cuentas.
En Barcelona, desde el actual equipo de gobierno, parece existir la tentaci¨®n de convertir la innegable realidad de una ciudad cada vez m¨¢s internacional, en patrimonio propio, a pesar de su corta experiencia de gobierno. Desde Esquerra Republicana, han convertido el concepto en elemento central de su precampa?a en la ciudad. Parecer¨ªa que hay otros que quieren cerrar la ciudad, que pretenden situarla en la introspecci¨®n y la autarqu¨ªa.
Lo cierto es que si alguien tiene esa intenci¨®n es que no ha entendido nada de lo que est¨¢ ocurriendo. No hay ciudad alguna que pueda hoy evitar las din¨¢micas de la globalizaci¨®n y del cambio tecnol¨®gico, que es la otra gran variable que lo modifica todo. Lo que est¨¢ en juego es m¨¢s bien si existe un proyecto pol¨ªtico capaz de encarar, encuadrar y dar sentido estrat¨¦gico propio a esas condiciones estructurales. De lo que se trata es de politizar lo que algunos consideran simplemente como algo naturalizado que ha de tomarse como un mero dato del escenario. Yendo m¨¢s all¨¢ de una mera perspectiva modernizadora, as¨¦ptica y unidimensional de la internacionalizaci¨®n de las ciudades. Y ello quiere decir, una vez m¨¢s, buscar equilibrios en el balance entre perdedores y ganadores en cada uno de los par¨¢metros.
Hay un malentendido b¨¢sico que consiste en confundir internacionalizaci¨®n de la ciudad y grado de apertura de la misma con la cantidad de empresas, firmas comerciales y fondos de inversi¨®n que quieren invertir en ella. No es que ello sea irrelevante o accesorio, pero no es la ¨²nica caracter¨ªstica significativa. Existen elementos b¨¢sicos, vinculados a aspectos sociales, culturales, creativos y educativos que conforman el humus imprescindible en que la innovaci¨®n se genera y se sustenta, y para ello la cohesi¨®n social y la apertura de espacios y oportunidades son determinantes. La aceptaci¨®n de todo tipo de diversidad, de distintas concepciones del convivir es asimismo clave. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto se puede hablar de ¡°ciudad abierta¡± y mantenerse imp¨¢vidos ante la existencia de un Centro de Internamiento de Extranjeros en la propia ciudad.
No acostumbra a haber indicadores sobre la composici¨®n y origen social de los estudiantes de cada universidad
Las universidades son, por ejemplo, un elemento a considerar en esta ecuaci¨®n. Pero, una vez m¨¢s, convendr¨ªa recordar que una universidad abierta no es solo una universidad con muchos estudiantes extranjeros que pagan precios de matr¨ªcula superiores a los locales. Una determinante b¨¢sica del grado de apertura de una universidad p¨²blica, sufragada por fondos procedentes del conjunto de la sociedad, es la capacidad de mantener abiertas sus puertas a todo tipo de estudiantes, manteniendo la capacidad de ascensor social que siempre ha tenido la educaci¨®n. No acostumbra a haber indicadores sobre la composici¨®n y origen social de los estudiantes de cada universidad, cuando este es hoy un elemento que cada vez m¨¢s se sit¨²a de manera destacada en los indicadores de las universidades p¨²blicas en todo el mundo, como signo de su capacidad de mantener su car¨¢cter de servicio abierto.
Necesitamos asimismo m¨¢s apertura en los datos de la ciudad y del funcionamiento de los ayuntamientos. En algunas ciudades del mundo se ha avanzado mucho en el tema. M¨¢s cerca, en Gav¨¤, se puede acceder en tiempo real a los detalles de cada factura que paga el Ayuntamiento, y la informaci¨®n se da en un formato que permite trabajar con los datos. No puede ser que la informaci¨®n exista pero que la facilidad para encontrarla est¨¦ solo en manos de muy pocos. Se avanza mucho en la facilidad para que cada quien pague sus multas e impuestos, pero muy poco en facilitar que se pueda recurrir online a las sanciones. Hemos de ir m¨¢s all¨¢ de la transparencia como obligaci¨®n legal, para convertirla en instrumento y palanca de democratizaci¨®n e innovaci¨®n del gobierno y de la gesti¨®n de la ciudad. No creo que haya nadie que quiera cerrar la ciudad. Lo que hay que discutir es qu¨¦ quiere decir mantenerla abierta.
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB
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