Redenci¨®n gracias a un amor nada convencional
Emma Riverola publica ¡®El hombre que mat¨® a Messi¡¯, una novela sobre el amor y la muerte
Pensamiento denso, prosa precisa como el l¨¢ser de un bistur¨ª de ¨²ltima generaci¨®n, descarnada a veces, sentimiento en estado puro. Es la tercera y ¨²ltima novela de Emma Riverola (Barcelona 1965), escritora y periodista en ejercicio y publicista en excedencia. Se trata de El hombre que mat¨® a Messi (Editorial Edhasa), un t¨ªtulo que puede llevar a enga?o, a la confusi¨®n de creer que estamos ante una obra centrada en el f¨²tbol y en un futbolista. No es as¨ª, el f¨²tbol solo presta la excusa ¡ªun Bar?a-Madrid¡ª y un nombre ¡ªMessi¡ª, que fluct¨²a en el relato como un gran sobreentendido, pero sin llegar a materializarse nunca.
En realidad de lo que va la obra de Emma Riverola es de un tema tan antiguo en la literatura como el del Amor y la Muerte, los viejos griegos Eros y Thanatos: dos sentimientos que se repelen a la vez que inevitablemente se atraen en un inusual relato.
Riverola parte de un hecho personal real: una noche so?¨® que Messi mor¨ªa en un brutal choque involuntario con un defensa del Madrid. ¡°En el mismo sue?o circular¡±, explica la escritora, ¡°yo era, al mismo tiempo, espectadora y a veces tambi¨¦n autora de la muerte del argentino. Es m¨¢s, en el sue?o el portero del Madrid se dirig¨ªa directamente a m¨ª y me dec¨ªa: 'Eres el hombre que ha matado a Messi¡±.
Y as¨ª naci¨® la novela. A partir de esta an¨¦cdota on¨ªrica, Riverola construye dos historias paralelas: la del causante de la muerte de Messi, un joven jugador del Real Madrid con un prometedor futuro de fama y dinero por delante; y la de la hija de una mujer joven, que muri¨® abrasada en el atentado que ETA perpetr¨® en Hipercor, en Barcelona el 19 de junio de 1987.
Un sue?o real sirvi¨® a la autora como punto de partida para construir el relato
La dos vidas discurren una a espaldas de la otra hasta que el Hado ¡ªotra vez la mitolog¨ªa cl¨¢sica¡ª escribi¨® para una el papel de v¨ªctima y para el otro, el de verdugo involuntario y, al fin, v¨ªctima tambi¨¦n de unos hechos no deseados. Dos tragedias que marcar¨¢n sus vidas, dos miedos y dos soledades, feroz la del exjugador de f¨²tbol; impuesta, la de la hu¨¦rfana. Uno huye de su pasado, la otra busca el porqu¨¦, una explicaci¨®n a la violencia terrorista que le arrebat¨® a su madre cuando s¨®lo ten¨ªa seis a?os.
Cuando el antiguo futbolista y la hu¨¦rfana se encuentran saltan chispas. Se repelen y se buscan sin soluci¨®n de continuidad. Dos soledades en compa?¨ªa. Las vidas de uno y otro, se?ala un pasaje de la novela, les empujan a ¡°la b¨²squeda de un refugio libre de muertos, que roban el aliento a los vivos¡±. En otro momento la protagonista le dice al exjugador: ¡°Yo no consigo librarme de mi carga y t¨² no quieres aceptar la tuya¡±.
Emma Riverola es reticente a la hora de calificar su obra como una historia de amor, ¡°por la connotaci¨®n romanticona y cursi del calificativo¡±, admite. ¡°Me cuesta reconocerlo, pero s¨ª, hay una redenci¨®n entre los protagonistas gracias a un amor extra?o, nada convencional¡±, termina reconociendo la novelista.
Y, junto al relato principal, un metarrelato, literatura dentro de la literatura: Una secuencia de cuentos que la protagonista construye en situaciones especiales, que va esparciendo a lo largo del libro y que constituyen delicadas y sutiles par¨¢bolas luminosas, algunas clave para la comprensi¨®n del relato novel¨ªstico.
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