El poder sale rentable a EH Bildu
Gipuzkoa se mantiene como feudo sin desgaste con el dominio en seis de cada diez municipios y en ?lava recoger¨¢ ahora los frutos de su pol¨ªtica institucional
Ten¨ªa raz¨®n Xabier Arzalluz cuando en plena conmoci¨®n del divorcio nacionalista conmin¨® a su partido a seguir en el Gobierno vasco a pesar de unos resultados electorales adversos. "Lo que desgasta es la oposici¨®n" les record¨® a m¨¢s de uno el entonces presidente del PNV, recogiendo la c¨¦lebre proclama atribuida al eterno Giulio Andreotti. Bien lo recuerda Joseba Egibar en carne propia ahora que repasa las m¨²ltiples encuestas del 24-M.
El l¨ªder del nacionalismo guipuzcoano extendi¨® en 2011 entre los suyos la teor¨ªa de que "Bildu se cocer¨ªa en su propio jugo" durante cuatro a?os en el poder. As¨ª justificaba su estrat¨¦gico rechazo al pacto que le propon¨ªan los partidos constitucionalistas para evitar en Gipuzkoa un gobierno abertzale. Incluso, hab¨ªa quienes abonaban la idea de esta acumulaci¨®n de fuerzas al advertir de los da?os colateles que podr¨ªa suponer cuando todav¨ªa ETA no hab¨ªa anunciado el cese definitivo de su terror.
En paralelo, dentro y fuera de Gipuzkoa, muchos sectores sociales compart¨ªan una visi¨®n catastrofista sobre los perniciosos efectos que para el territorio tendr¨ªan las pol¨ªticas de una sensibilidad pol¨ªtica m¨¢s acostumbrada a las reivindicaciones hist¨®ricas en torno al conflicto que a las obligaciones institucionales. El temor a un sonoro fracaso de Donostia 2016 como Capital Cultural Europea es el ejemplo paradigm¨¢tico. Cuatro a?os despu¨¦s, EH Bildu est¨¢ en condiciones de repetir un triunfo en el suelo m¨¢s independentista de Euskadi, aunque es posible que reciba como castigo la p¨¦rdida de la capital.
La mayor¨ªa de los rivales atribuyen este respaldo electoral a la inalterable identificaci¨®n con la marca. "Es una cuesti¨®n de elegir entre dos conceptos de pa¨ªs y quienes est¨¢n en la izquierda abertzale ni se olvidan de votar ni cambian de partido", admite uno de los candidatos guipuzcoanos. "El PNV puede jugar a una imagen de pa¨ªs y de autogobierno, pero la gente prefiere la marca original", se?alan desde el ¨¢mbito constitucionalista.
La coalici¨®n destierra desde las instituciones el catastrofismo que se le atribu¨ªa
Con varias previsiones demosc¨®picas en la mano, se puede concluir que el desgaste de EH Bildu en el poder ha sido m¨ªnimo. Despu¨¦s de sortear un carrusel de enfrentamientos incluso judiciales en materia, entre otras, de recogida de basuras, pol¨ªticas econ¨®micas, banderas o un permanente desprecio a la mayor¨ªa en contra de las Juntas Generales, la coalici¨®n abertzale est¨¢ en disposici¨®n de volver a ganar al PNV. "Para un afiliado de Sortu, que se queje la patronal o que el delegado del Gobierno te ponga una demanda son votos", recuerdan desde el bando contrario.
El PNV ha fiado su suerte a este desgaste. Y cree que hay razones objetivas para demostrarlo por "la paralizaci¨®n de Gipuzkoa y el estilo de imposici¨®n y de no di¨¢logo" que advierte en el gobierno foral de EH Bildu. Pero no ha cuajado lo suficiente este deterioro en un territorio posiblemente porque la coalici¨®n soberanista disfruta del poder que le suponen 441 concejales, 43 mayor¨ªas absolutas y 13 relativas de un total de 88 municipios.
Ante la previsible derrota, y despu¨¦s de haber proclamado con nitidez la decisi¨®n de propiciar un gobierno de mayor¨ªas en Gipuzkoa, a Egibar se le plantea un problema que no ten¨ªa hace cuatro a?os. Entonces no era dif¨ªcil prever que PSE y PP podr¨ªan aportar los esca?os suficientes para descabalgar a Martin Garitano. Ahora, la irrupci¨®n de Podemos y en menor medida de Ciudadanos congela las expectativas. Incluso, los populares ya se han descolgado de esta posible unidad de intereses porque reniegan de Markel Olano como candidato. Y lo justifican: "hemos cumplido con la obligaci¨®n que nos piden los ciudadanos de denunciar un caso de corrupci¨®n". El PP se ha sumado a la denuncia en pleno per¨ªodo electoral del gobierno foral de Bildu sobre supuestas irregularidades econ¨®micas de los nacionalistas en la sociedad p¨²blica de infraestructuras Bidegi.
Esta extendida mancha de poder en Gipuzkoa provoca "envidia" en sus compa?eros de Bizkaia, posiblemente porque en este territorio no consiguen la suficiente penetraci¨®n para amenazar el dominio del PNV. "Cuando consigamos ganar en la Margen Izquierda entonces seremos la primera fuerza", acostumbra a recordar el parlamentario independentista Iker Casanova. En el PNV no se olvidan de la premonici¨®n. De momento, la fortaleza de la coalici¨®n en este territorio se concentra en las localidades costeras fronterizas con Gipuzkoa.
Mientras, en ?lava se asiste a una progresiva mejora en sus expectativas electorales desde una posici¨®n de antagonismo a la pol¨ªtica hasta ahora reinante en las dos principales instituciones con el PP y a la alternativa de gobierno que representa el PNV. En el ¨¢mbito del Ayuntamiento de Vitoria nadie duda de que la gesti¨®n de Kike Fern¨¢ndez de Pinedo ha aportado a Bildu una visi¨®n muy alejada del radicalismo que se le presum¨ªa, participando incluso en acuerdos de gobierno en temas trascendentes como la nueva estaci¨®n de autobuses. De hecho, la pujanza abertzale fue ensalzada por Javier Maroto, cuando advirti¨® al elector de centroderecha de que "un voto a Ciudadanos acercaba a EH Bildu a la alcald¨ªa". Tampoco se descarta que el alcalde de Vitoria intencionadamente no quisiera encumbrar en su cita a Gorka Urtaran, el candidato del PNV y que le podr¨ªa relevar su prospera un acuerdo entre nacionalistas y socialistas.
En su condici¨®n de primera fuerza pol¨ªtica por concejales, 953, y la segunda por votos detr¨¢s del PNV, la coalici¨®n abertzale acaba por dar la raz¨®n a Arzalluz despu¨¦s de ostentar el poder cuatro? a?os a partir de su legalizaci¨®n.
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