Democracia y derechos sociales
Dada la actual correlaci¨®n de preferencias, la democratizaci¨®n total que propone Colau probablemente implique seguir adelgazando el Estado de bienestar
Dos de las ideas fundamentales de Barcelona en Com¨² parecen estar en tensi¨®n. Me refiero a la insistencia en profundizar la democracia, por un lado, y mantener o incluso aumentar los derechos sociales o el Estado de bienestar, por otro lado. No estoy seguro de que, dadas las actuales circunstancias socio-pol¨ªticas, ambas cosas puedan obtenerse conjuntamente. Y si no me equivoco, esto ¨²ltimo parece ser lo que pregonan las candidaturas apellidadas en com¨².
Ada Colau ha manifestado diversas veces que es necesario parar el ataque al Estado de bienestar. A las clases trabajadoras, adem¨¢s del castigo que supone la crisis del mercado de trabajo, se las vuelve a sancionar pol¨ªticamente al recort¨¢rseles sus prestaciones sociales. En este sentido, toda persona de izquierdas deber¨ªa ser sensible a la petici¨®n de Colau.
Adem¨¢s, Colau insiste en que es necesario profundizar en la democracia realmente existente. Esto, creo, tiene un doble sentido. El sujeto soberano pol¨ªtico debe recaer en la ciudadan¨ªa. Esto es algo que no sucede ahora dada la injerencia, en la soberan¨ªa popular, de actores externos cuya escasa legitimidad democr¨¢tica es inversamente proporcional al gran peso que tienen en la toma de decisiones importantes. Igualmente importante es la idea que la democratizaci¨®n debe ser total, en el sentido de que no hay cuesti¨®n pol¨ªtica que no pueda ser sometida al principio democr¨¢tico.
Muy resumidas, estas dos ideas son dos de las patas fundamentales del proyecto en com¨².
En el actual momento pol¨ªtico, una buena parte del electorado est¨¢ preocupado por el adelgazamiento progresivo de las prestaciones sociales. Sin embargo, a otra buena parte del electorado, incluso potencialmente mayoritaria, parece no importarle demasiado el desmantelamiento de ese invento llamado Estado de bienestar. Al menos yo no encuentro otra explicaci¨®n a que el PP siga siendo, a pesar de todo, una opci¨®n con serias posibilidades de repetir Gobierno o a que CiU, aunque disminuida, siga siendo la primera opci¨®n en Catalu?a. Por ello, puede ocurrir que dando todo el peso de la decisi¨®n a la mayor¨ªa democr¨¢tica, esta decida que los recortes, al fin y al cabo, van bien.
Quiz¨¢s la ¨²nica manera de garantizar totalmente los derechos sociales es considerando que deber¨ªan tener la misma protecci¨®n jur¨ªdicoconstitucional que los derechos fundamentales. Esto es, haciendo de aquellos una instituci¨®n contramayoritaria, inmune a los vaivenes de las mayor¨ªas parlamentarias; inmune a cambios constitucionales ordinarios, como el que tuvo lugar en 2011, e incluso, por qu¨¦ no, inmune tambi¨¦n a los cambios constitucionales agraviados.
Un raz¨®n por las que el Estado de bienestar puede estar en peligro es precisamente porque est¨¢ sometido al principio democr¨¢tico
Pero una protecci¨®n total de los derechos sociales significar¨ªa que no puede haber una democratizaci¨®n total de todas las cuestiones pol¨ªticas, dado que habr¨ªa un ¨¢mbito pol¨ªtico sustantivo ¡ªel de los derechos sociales¡ª en el cual las mayor¨ªas parlamentarias no podr¨ªan penetrar. Sin embargo, recu¨¦rdese, la democratizaci¨®n total es otra pata fundamental del proyecto en com¨².
Hay un escenario posible que no he contemplado. En com¨² puede ganar las elecciones y, as¨ª, fortalecer los derechos sociales. Pero, fuera de Barcelona, no parece que este proyecto pueda ganar y, si pudiera, probablemente necesitar¨ªa apoyos de otros partidos cuyo compromiso con un Estado de bienestar robusto es, por diversas razones, por lo menos dudoso.
Parad¨®jicamente, pues, una de las razones por las que el Estado de bienestar puede estar en peligro es precisamente porque est¨¢ sometido al principio democr¨¢tico. Algunos dir¨¢n que este an¨¢lisis es superficial, ya que en realidad la pol¨ªtica de recortes ha sido impulsada por determinados poderes f¨¢cticos. Pero lo cierto es que esos poderes f¨¢cticos no consiguen nada si los pol¨ªticos profesionales no act¨²an como correa de transmisi¨®n. Y los pol¨ªticos profesionales llegan a serlo precisamente en virtud del principio democr¨¢tico. Y lo cierto es que las mayor¨ªas vienen refrendando, contienda electoral tras contienda electoral, su preferencia por las pol¨ªticas de austeridad.
Dada la actual correlaci¨®n de preferencias, la democratizaci¨®n total que propone Colau probablemente implique seguir adelgazando el Estado de bienestar. En esto consiste, creo, la tensi¨®n entre los dos ideales caros para Colau y para muchos otros. Y es dif¨ªcil encontrar una soluci¨®n arm¨®nica a esta tensi¨®n en la situaci¨®n actual.
Sin embargo, nada de esto deber¨ªa ser entendido como una cr¨ªtica a en com¨². Aceptar que la pol¨ªtica es conflicto, no s¨®lo con los rivales o los oponentes, sino con nosotros mismos y nuestras propias convicciones, puede ser un primer paso para ejercerla con m¨¢s honestidad intelectual.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico
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