Lo fundamental
El cambio m¨¢s importante de estas elecciones, el que ha recogido la prensa internacional, es que no se ha producido tanto un giro a la izquierda como el acceso al poder del 15-M
El Madrid y la Barcelona on fire llaman a lo que ha pas¨® el 24M victoria-del-comunismo. ?Es esto lo que ha pasado? Posiblemente eso tan s¨®lo explique a qui¨¦n le ha pasado. Le ha pasado algo doloroso a una clase pol¨ªtica y period¨ªstica cuya lectura de la realidad m¨¢s moderna es, al parecer, de la Guerra Fr¨ªa. ?Qu¨¦ le ha pasado a ese pack para llamar a la alarma general ¨¤ la modeDoris Day? ?Qu¨¦ ha pasado? ?Qu¨¦ est¨¢ pasando y hasta d¨®nde puede pasarse?
El 24-M pasaron muchas cosas importantes, y una fundamental. Importantes: a) el bipartidismo se fue al garete; b) la opci¨®n Ciutadans, cargada de futuro ¡ªtiene futuro ir pensando donde meter al PP cuando lo cierren¡ª, ha demostrado no tener a¨²n presente. Pas¨® tambi¨¦n que c) tanto PP como CiU perdieron y modularon, tal vez, su fin de ciclo. El PP, es decir, la fusi¨®n de los tres poderes y la prensa en biotopos como Madrid, Balears y Pa¨ªs Valenciano, ha dejado de ser mayor¨ªa absoluta, la ¨²nica forma de ser todo lo anterior, la ¨²nica forma de seguir siendo PP. CiU ha perdido Barcelona. S¨ª, ha ganado las municipales en Catalu?a, pero con un total de votos de cuando Boney-M y Pujol eran unos chicos que empezaban.
Para hacernos una idea sobre el car¨¢cter dram¨¢tico de ambas derrotas se ha de pensar que, desde los a?os 90, el PP ha tutelado la palabra democracia. Es decir, ha ubicado fuera de ella lo que ha querido, incluido alg¨²n tramo b¨¢sico de la democracia. Y CiU, desde los 80, ha hecho lo mismo, y en la misma direcci¨®n, con la palabra Catalu?a.
Lo que ha pasado, la derrota esa, tiene que ver con la formalizaci¨®n, por tanto, de otra idea de democracia, y de otra idea de Catalu?a. Una idea que afecta de lleno al Proc¨¦s, si se entiende ¡ªy, al parecer, se ha entendido as¨ª¡ª que el Proc¨¦s, una vez que fue raptado por el Govern, es una suerte de Proc¨¦s come gamba / una desconexi¨®n entre t¨ªtulo y resultados. No ha sido lo pretendido, sino la forma local del ultraliberalismo, de la Gran Coalici¨®n, de la austeridad y del recorte del derechos. Y el intento ¡ªlucido, por cierto¡ª, de refundar una CiU2.0.
Los dos ¨²nicos partidos de la Transici¨®n que a¨²n modulaban marcos ¡ªel PSOE desapareci¨®, por incomparecencia ante el equipo contrario, en 2012¡ª, no han comunicado. Lo que nos acerca a describir lo fundamental, esa novedad inesperada que se esconde bajo expresiones perplejas de terror-vienen-los-comunistas / los-de-la-FAI, ?c¨®mo-han-votado-esto-si-no-estamos-en-Detroit?, els-xarnegos-ocuparan-palau-i-faran-sardines-fregides-al-sal¨®, etc¨¦tera-, rid¨ªculas y emitidas por pol¨ªticos e intelectuales que, durante d¨¦cadas, han utilizado marcos que ya no son efectivos.
Ese cambio fundamental lo ha recogido la prensa internacional, carente de los mitos culturales locales, que no ha tenido reparos en observar que, en estas elecciones, no se ha producido tanto un giro a la izquierda como el acceso al poder del 15-M. Pero, a¨²n as¨ª, eso s¨®lo es parte de lo fundamental. Lo fundamental, lo radicalmente diferente, es c¨®mo ha ocurrido eso.
Ha ocurrido a trav¨¦s de una din¨¢mica que vislumbra mucho futuro: a trav¨¦s de la confluencia. En Galicia, Madrid, Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Valencia, Catalunya, ha nacido una especie de tercer partido. Un partido en progresi¨®n, sin centro ni epicentro, sin un nombre art¨ªstico que lo una en todo el Estado, poseedor de nuevos marcos, y que ilustra que el 15-M pol¨ªtico a¨²n no ha alcanzado su forma definitiva, pero que, a la vez, da indicios de c¨®mo ser¨¢ la siguiente.
Sus futuras formas pol¨ªticas no ser¨¢n, al parecer, las de un partido, sino la uni¨®n de movimientos, grupos e individuos, de partidos nuevos y de alg¨²n partido antiguo que haya intelectualizado las nueva l¨®gica y ¨¦tica de la pol¨ªtica y la representaci¨®n, unidos todos por una idea de la ruptura, esa cosa que se hab¨ªa aletargado desde febrero y que empieza a tomar forma: garant¨ªa y ampliaci¨®n de derechos y de la democracia, delimitaci¨®n del poder financiero, derecho a decidir, y derecho a decidir la forma del Estado.
Es posible que esas nuevas formaciones sean determinantes en las pr¨®ximas elecciones, auton¨®micas o generales. Y es posible que, incluso entonces, les sigan llamando comunismo, biplano, panties, o cualquier otro palabro del siglo pasado.
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