El bien com¨²n
El di¨¢logo est¨¢ en la base del procedimiento democr¨¢tico y es un instrumento no despreciable, pero el gobernante ha de hacerse ¨²ltimamente responsable de las decisiones que toma
La idea de que hay que construir un bien com¨²n con la colaboraci¨®n de todos es, si no me equivoco, uno de los ejes que articulan el programa de la formaci¨®n ganadora Barcelona en Com¨². Es curioso que sea la nueva izquierda la que recupere un concepto que, hasta hace poco, hubiera sido desechado por anacr¨®nico e incluso totalitario por cualquiera que se reclamara de una tradici¨®n cercana al marxismo. No lo critico, sino todo lo contrario. Pienso que una democracia no puede avanzar si no se plantea cu¨¢les son los bienes que hay que preservar o promover porque benefician al conjunto de la sociedad. Una democracia sin bien com¨²n es una democracia sin rumbo, a la deriva de lo que vayan decidiendo las mayor¨ªas de turno. Una sociedad es un agregado de individuos con intereses privados, pero no atomizados. Para que haya sociedad, los intereses privados deben ser compatibles con unos intereses comunes, es decir, con una determinada concepci¨®n de la justicia. Eso es el bien com¨²n.
El precedente m¨¢s conocido de la idea de bien com¨²n es la ¡°voluntad general¡± de Rousseau, quien aclar¨® que la voluntad general no es la suma de las voluntades particulares, sino una voluntad que debe imponerse porque refleja el inter¨¦s general. El liderazgo pol¨ªtico consiste en saber determinar y recoger ese inter¨¦s general, y procurar seducir a las voluntades individuales para que acaben acept¨¢ndolo como el bien de todos. ?Una pretensi¨®n totalitaria? En el caso de Rousseau, no niego que tuviera rasgos jacobinos, pero no tiene que ser as¨ª en las democracias contempor¨¢neas. No lo es en el esp¨ªritu de Barcelona en Com¨², que postula el di¨¢logo como previo a cualquier decisi¨®n importante.
El di¨¢logo est¨¢ en la base del procedimiento democr¨¢tico y es un instrumento no despreciable, pero el gobernante ha de hacerse ¨²ltimamente responsable de las decisiones que toma. Est¨¢ bien que pregunte a la ciudadan¨ªa, aunque lo que determina las diferencias entre unas formaciones pol¨ªticas y otras es precisamente a qu¨¦ noci¨®n de bien com¨²n quiere dar prioridad cada una de ellas. Para una formaci¨®n neoliberal, el bien com¨²n es el de los econ¨®micamente m¨¢s poderosos; para una formaci¨®n xen¨®foba, el inter¨¦s general apunta al rechazo de los inmigrantes; para la socialdemocracia, el bien com¨²n es el de los parados, los que se quedan sin vivienda, los que malviven con subvenciones m¨ªseras. El bien com¨²n que propone la formaci¨®n de Ada Colau pone el foco en la redistribuci¨®n y no en el crecimiento. No puede renunciar a esas prioridades por concesiones t¨¢cticas que hagan m¨¢s f¨¢cil el pacto.
El bien com¨²n que propone la formaci¨®n de Ada Colau pone el foco en la redistribuci¨®n y no en el crecimiento
Hasta las ¨²ltimas elecciones, el bien com¨²n de Catalu?a llevaba el nombre de independentismo. Es el objetivo hacia el que los partidos hegem¨®nicos catalanes han dirigido sus pol¨ªticas. El registro ha cambiado. Sean o no independentistas quienes van a liderar la pol¨ªtica municipal barcelonesa, el bien com¨²n que hasta ahora han puesto por delante no es la independencia sino una mayor equidad en las pol¨ªticas redistributivas. No descartan el derecho a decidir, siempre que el complemento del mismo no sea s¨®lo la autodeterminaci¨®n. ?Son compatibles ambas cosas, la opci¨®n independentista y la de una mayor justicia social? Seguramente s¨ª. Pero s¨®lo si las pol¨ªticas sociales son vistas como algo que debe ser intentado por s¨ª mismo, sin la excusa de que es preciso el trampol¨ªn de la independencia para ponerse a actuar. El libro de Jordi Amat, El llarg proc¨¦s, explica bien las dificultades que siempre ha tenido el nacionalismo catal¨¢n para conjugarse con una pol¨ªtica aut¨¦nticamente social.
Sostener esa idea y no subrogarla a otros proyectos es fundamental para que la nueva formaci¨®n pol¨ªtica mantenga la confianza y la credibilidad que le ha dado la victoria. Puesto que la victoria no ha sido aplastante y necesita apoyos, ser¨¢ imprescindible que las fuerzas que pacten con ella, si quieren preservar su imagen progresista, act¨²en tambi¨¦n con vistas al bien com¨²n y aparquen los intereses partidistas. La autodenominada ¡°nueva pol¨ªtica¡± se caracteriza por el prop¨®sito de ser m¨¢s decente, abusar menos del poder y poner en primer t¨¦rmino el inter¨¦s de los m¨¢s d¨¦biles y castigados por la crisis econ¨®mica. Los pactos que la apoyen no pueden minusvalorar ni prostituir ese componente ideol¨®gico. De que act¨²en con coherencia depende que la expectaci¨®n que la nueva geograf¨ªa de partidos ha generado se mantenga por lo menos hasta las pr¨®ximas elecciones.
Victoria Camps es profesora em¨¦rita de la UAB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.