Hasta la derrota final
Que en la consulta interna ganase por menos de 100 votos es un s¨ªntoma de que la autoridad interna y externa de Duran est¨¢ muy desgastada
Transcribo (y traduzco) del acta del Segundo Congreso Nacional Ordinario de Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya (UDC), celebrado en Tarragona el 21/22 de octubre de 1933: ¡°Catalu?a o, mejor dicho, los pa¨ªses de lengua catalana, constituyen una naci¨®n con todas las caracter¨ªsticas de tal y, por tanto, con todos los derechos y deberes que se derivan de esta categor¨ªa. Propugnamos para las naciones, comenzando por la nuestra, el respeto a su autodeterminaci¨®n, equivalente al reconocimiento del pleno ejercicio de su soberan¨ªa.(...)¡±
¡°Afirmamos que la mejor soluci¨®n para los problemas nacionales de los pa¨ªses ib¨¦ricos es una confederaci¨®n libremente pactada sobre las bases de independencia pol¨ªtica, interdependencia econ¨®mica y fraternidad espiritual. Es preciso no olvidar, con todo, que para una soluci¨®n confederalista no basta la conformidad de uno de los miembros a confederar, ya que si faltase la de los dem¨¢s, y sobre todo la de quien actualmente detenta todav¨ªa nuestra libertad, no ser¨ªa viable la f¨®rmula propugnada. En este caso, la ¨²nica soluci¨®n compatible con la dignidad de Catalu?a y el ¨²nico medio de garantizar su normal desarrollo ser¨ªa la separaci¨®n total y absoluta, y todos los catalanes tendr¨ªan el deber de imponerse los mayores sacrificios para alcanzarla y consolidarla.¡±
Forjada en estos principios, Uni¨® fue aquel extra?o grupo de cat¨®licos que, desprovisto (a diferencia del PNV) de cualquier poder institucional, se enfrent¨® al franquismo desde el primer d¨ªa. Aquella rara sigla que, fr¨¢gilmente vuelta al espacio p¨²blico en 1976, dos a?os despu¨¦s defenestr¨® a su ¨²nico parlamentario, su referente social, su mascar¨®n internacional porque este (Anton Ca?ellas) quer¨ªa uncir el partido de Carrasco i Formiguera al carro de la UCD de Su¨¢rez y Mart¨ªn Villa. Uni¨® era una organizaci¨®n celos¨ªsima de su identidad fundacional y al¨¦rgica a los liderazgos unipersonales, que celebraba congresos cada a?o y hac¨ªa de la democracia interna casi un prurito.
Con la instalaci¨®n de Josep A. Duran Lleida en la presidencia del Comit¨¦ de Gobierno en 1987 ¡ªlo hab¨ªa sido ya entre 1982 y 1983¡ª la cultura org¨¢nica de Uni¨® comenz¨® a mutar. Sus congresos pasaron a ser bienales, luego trienales y despu¨¦s cuatrienales; la limitaci¨®n de mandatos se esfum¨®, el partido se verticaliz¨®, su liderazgo se personaliz¨® al extremo e hizo suya la m¨¢xima guerrista: ¡°el que se mueve no sale en la foto¡±.
Su liderazgo se personaliz¨® al extremo e hizo suya la m¨¢xima guerrista: ¡°el que se mueve no sale en la foto¡±.
Con un talento pol¨ªtico innegable, Duran persuadi¨® a los militantes de que, sin ¨¦l al frente, UDC iba a ser fagocitada por Converg¨¨ncia y de que, en todo caso, nadie administrar¨ªa mejor el ping¨¹e acuerdo que daba a los democristianos un 25% de los cargos institucionales de CiU. Su papel desde 2004 como portavoz de la federaci¨®n en el Congreso no hizo sino reforzar la autoridad org¨¢nica del de Alcampell y su pretensi¨®n de representar en Madrid algo m¨¢s que una sigla.
Con tales antecedentes, y pese a la amenaza de retirada si perd¨ªa, que en la consulta interna del pasado domingo el oficialismo duranista ganase por un margen de menos de 100 votos (poco m¨¢s del 2% de la militancia de UDC) constituye un verdadero prodigio. Pero sobre todo es un s¨ªntoma de que, en estos tiempos de mudanza pol¨ªtica, la autoridad interna y externa de Duran estaba seriamente desgastada, tanto o m¨¢s que la f¨®rmula de CiU.
Que uno de los argumentos duranistas (expresado por Ramon Espadaler) para recabar el s¨ª de los militantes fuese el de evitar que el ¡°catalanismo moderado¡± opte por Ciutadans (sic) denota una grave crisis de ideas, o bien una concepci¨®n del catalanismo tan laxa, que podr¨ªan hacerla suya don Jorge Moragas o don Alejo Vidal-Quadras. Que Duran Lleida ignore o desde?e el hartazgo sideral de miles y miles de convergentes ante lo que estos perciben como una t¨¢ctica de sabotaje sistem¨¢tico al proceso desde 2012, supone un serio fallo de percepci¨®n, o un exceso de arrogancia, o incapacidad para entender que la metamorfosis, el tsunami pol¨ªtico en curso no pod¨ªa dejar al margen ni a Uni¨® ni a Converg¨¨ncia i Uni¨®.
Duran gan¨® la consulta interna por los pelos (con perd¨®n), dejando a UDC fracturada por la mitad y fuera del Gobierno. A partir de aqu¨ª, puede socavar el car¨¢cter plebiscitario del 27-S, y luego poner a flote Constru?m, y someter Constru?m i Uni¨® (CiU) al test de las urnas...; y as¨ª ir avanzando, de victoria en victoria, hasta su derrota final.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador
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