Una cooperativa para recoger chatarra
Empieza a funcionar la recogida de residuos montada por 15 inmigrantes subsaharianos
¡°Soy feliz. Va a cambiar la manera como la gente ve a la gente africana¡±. Jolly Owie fue uno de los inmigrantes que durmieron en las naves abandonadas del barrio de Poblenou. Owie, nigeriano de 34 a?os, recuerda aquellos a?os como una ¨¦poca infeliz. Sin ninguna oportunidad de acceder a un trabajo digno. Legal. Nada que ver con el futuro que se le presenta. Owie es uno de los socios de la cooperativa de recogida de chatarra Alencoop. La asociaci¨®n empez¨® a funcionar ayer, aunque el acto inaugural est¨¢ previsto para el jueves.
Se trata de un proyecto financiado con una inversi¨®n de 270.000 euros del Ayuntamiento de Barcelona. Jordi Portabella, regidor republicano durante el anterior mandato, propuso la idea de una cooperativa de chatarra para dar una salida laboral a los inmigrantes expulsados de las naves de Poblenou, hace dos a?os. A trav¨¦s de Alencoop, 15 inmigrantes subsaharianos han podido formalizar su actividad de recogida de chatarra. Ofrecen este servicio a domicilio en todo el distrito de Sant Mart¨ª. Para constituir su cooperativa, los miembros de la asociaci¨®n han recibido el asesoramiento de otra cooperativa, Labcoop, que tambi¨¦n les ofrece pisos compartidos donde alojarse.
Desde un almac¨¦n, dentro de un pol¨ªgono industrial de la calle Santander, los cooperativistas, que trabajan en turnos de ma?ana y tarde, acuden a recoger los residuos en unos triciclos el¨¦ctricos ?volo, capaces de cargar 250 kilos de residuos en su compartimento trasero. A cada triciclo lo acompa?a un compa?ero subido a una bicicleta convencional. Al trabajar en pareja, cada compa?ero puede atender al otro. ¡°Puede que uno no sepa d¨®nde est¨¢ la calle, pero el otro s¨ª. Y si algo pesa mucho, los dos lo pueden bajar¡±, explica Owie.
Es el caso de Djibril Camara y Mamadou Sarif¨². Han entrado durante el turno de tarde y acuden a la vecina calle Agricultura. ?La tarea? Recoger un voluminoso televisor de tubo que, aseguran los miembros de la cooperativa, ¡°es muy pesado¡±. ¡°La se?ora que nos pidi¨® el servicio, una persona mayor, lo vio en las noticias. Cogi¨® el tel¨¦fono y llam¨®. Dice que pronto nos volver¨¢ a llamar¡±, explica Sarif¨², de 32 a?os.
Labcoop, entidad que recibi¨® el encargo del Ayuntamiento para poner en marcha el proyecto, facilit¨® que los miembros del colectivo pudieran recoger residuos de forma legal. ¡°La agencia de residuos urbanos dice que todo aquel residuo que est¨¦ en la calle es del Ayuntamiento. Para solventar este problema, se recoge [la basura] a domicilio¡±, explica Guillem Rojo, de Labcoop. Los servicios pueden solicitar el servicio gratis, por tel¨¦fono y a trav¨¦s del correo info@alencop.coop.
Rojo recuerda que el proyecto a¨²n se encuentra en fase de pruebas. Avanza que el siguiente paso es ¡°cerrar acuerdos con las asociaciones de comerciantes y proporcionar un servicio de recogida especializado para las tiendas¡±. Todo ello, con el objetivo de crecer y ¡°ampliar a 30 personas el n¨²mero de cooperativistas¡±.
De momento, el proyecto ya parece haber ganado la simpat¨ªa de las asociaciones de vecinos del distrito, asegura Rojo. Y los miembros de Alencoop perciben un entusiasmo creciente entre el vecindario. ¡°La ma?ana fue m¨¢s pausada, pero por la tarde hay m¨¢s actividad¡±, explica Joseph Amba, portavoz de la asociaci¨®n. ¡°Todo el mundo ha o¨ªdo a hablar del proyecto y se ha animado¡±. ¡°Algunos nos han dicho que tienen que tirar la nevera e igual nos lo van a pedir [que vengamos]¡±, relata.
Amba, camerun¨¦s de 35 a?os, se muestra optimista. El portavoz de Alencoop asegura, mientras ense?a el almac¨¦n, que el proyecto ofrece una estabilidad laboral de la que los miembros de la asociaci¨®n no hab¨ªan gozado hasta ahora. Tambi¨¦n se muestra esperanzado de que ¡°el a?o que viene mejore el salario¡±, por ahora limitado a 645 euros al mes.
A su alrededor, el almac¨¦n se va llenando de los objetos que los cooperativistas van trayendo. Ordenadores de sobremesa, televisiones. Incluso los restos de alguna bicicleta. Divididos con cuidado entre aquello que puede funcionar y lo que no, para su venta posterior a las empresas de gesti¨®n de residuos. Una cooperativa acaba de nacer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Pobreza
- Barcelona
- Residuos
- Ayuntamientos
- Catalu?a
- Inmigraci¨®n
- Gobierno municipal
- Espa?a
- Migraci¨®n
- Administraci¨®n local
- Pol¨ªtica municipal
- Demograf¨ªa
- Problemas ambientales
- Pol¨ªtica
- Problemas sociales
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad
- Medio ambiente
- Saneamiento
- Salud p¨²blica
- Pol¨ªtica sanitaria
- Equipamiento urbano
- Urbanismo
- Sanidad
- Salud