Vieja nueva pol¨ªtica
Podemos sabe que, sin un buen resultado en Catalu?a, es muy dif¨ªcil ganar las legislativas. Por eso los de Iglesias est¨¢n dispuestos a hacer concesiones gestuales
Hablan constantemente de ¡°cambio de estilo¡±, de ¡°talante renovado¡±, de foc nou, pero en realidad aplican recetas antiguas, f¨®rmulas de ocho o nueve d¨¦cadas atr¨¢s, extra¨ªdas de lo m¨¢s sectario dentro del vadem¨¦cum argumental del comunismo. Me refiero a Podemos y a su actitud con relaci¨®n a Izquierda Unida, aun cuando la paradoja ¡ªo la iron¨ªa¡ª de la historia haya querido que las v¨ªctimas de hoy sean los herederos de quienes ejercieron sin piedad ese mismo sectarismo durante la d¨¦cada de 1930.
En la historia del movimiento comunista internacional se conoce como Tercer Per¨ªodo la fase (1928-1935) durante la cual, dirigidos desde Mosc¨², los partidos miembros de la Komintern aplicaban a rajatabla la t¨¢ctica de ¡°clase contra clase¡± y tachaban a las dem¨¢s fuerzas obreras de ¡°socialfascistas¡± o, en su caso, ¡°anarcofascistas¡±. Cuando, ante el ascenso del verdadero fascismo, voces progresistas de buena fe les reclamaban un entendimiento con la socialdemocracia ¡ªfrente a Hitler, por ejemplo¡ª, las c¨²pulas comunistas respond¨ªan que su f¨®rmula era el ¡°frente ¨²nico por la base¡±: o sea, los dirigentes socialistas estaban vendidos a la burgues¨ªa y eran irrecuperables; afiliados y simpatizantes, en cambio, pod¨ªan incorporarse en masa a los respectivos PC's como militantes de base, y ser¨ªan recibidos con los brazos abiertos, aunque en una posici¨®n subordinada y someti¨¦ndose a la pertinente cuarentena.
Ahora, del ¡°frente ¨²nico por la base¡± hemos pasado a la ¡°unidad popular por abajo, que viene a ser la misma idea. Podemos no describe a sus rivales de IU como ¡°socialtraidores¡± o ¡°socialfascistas¡± ¡ªeso eran cosas de la hiperideologizaci¨®n estalinista¡ª, pero los tacha de ¡°cenizos¡±, de ¡°izquierdistas tristones, aburridos, amargados¡±, de ¡°arrogantes¡±, una terminolog¨ªa m¨¢s acorde con el lenguaje de los plat¨®s televisivos, m¨¢s al alcance del ¡°pueblo¡± en general. En cualquier caso, los de Pablo Iglesias lo han dejado bien claro: nada de ¡°pactos pol¨ªticos por arriba¡± entre direcciones que deban tratarse de igual a igual. Est¨¢ Podemos, que posee la estrategia justa y acertada para el ¡°cambio¡±, y que acoger¨¢ con gusto todas las incorporaciones individuales o colectivas que llamen a su puerta (¡°confluir con la sociedad civil¡±, se denomina hoy esta figura) siempre que los ne¨®fitos acepten diluirse en el partido violeta.
Podemos no describe a sus rivales de IU como ¡°socialtraidores¡± o ¡°socialfascistas¡±, pero los tacha de ¡°cenizos¡±, de ¡°izquierdistas tristones, aburridos, amargados¡±, de ¡°arrogantes¡±
Pablo Iglesias y su equipo, pues, tienen la cuesti¨®n de la hegemon¨ªa y la importancia de conquistar el poder institucional en el centro de sus preocupaciones, y entienden que la pr¨®xima fase del despliegue de Podemos pasa por ocupar todo el espacio a la izquierda del centro-izquierda (valga la expresi¨®n), rebajando a Alberto Garz¨®n, Cayo Lara, Paco Frutos y dem¨¢s contumaces al rango de dirigentes de una c¨¢scara vac¨ªa. Esto, y reducir a las flamantes alcaldesas Manuela Carmena, Ada Colau o Dolors Sabater ¡ªsi se dejan¡ª a meros ejemplos locales de la ¡°voluntad transformadora¡± del S¨ª se puede.
?Por qu¨¦, en este marco, el trato aparentemente de favor concedido por Podemos a Iniciativa? A mi juicio ¡ªy vuelvo a los a?os 1930¡ª por el mismo tipo de razones t¨¢cticas que indujeron al PCE y a la Komintern a mimar al joven PSUC, hasta hacer creer a su c¨²pula que el partido catal¨¢n ser¨ªa admitido como miembro de pleno derecho de la Internacional Comunista: porque sab¨ªan que, sin reconocer y hasta halagar su car¨¢cter nacional, el PSUC ser¨ªa otro fracaso en una Catalu?a largamente refractaria al marxismo.
Podemos sabe ¡ªcomo lo ha sabido el PSOE, como lo ha padecido el PP¡ª que, sin un buen resultado en Catalu?a, es muy dif¨ªcil ganar las elecciones generales espa?olas. Por tanto, los de Iglesias est¨¢n dispuestos a hacer concesiones gestuales, a disimular moment¨¢neamente su hegemonismo para favorecer una mejor aclimataci¨®n de la marca violeta al ¡°ecosistema pol¨ªtico peculiar¡± que ¡ªseg¨²n ellos¡ª es Catalu?a. De ah¨ª que acepten negociar de t¨² a t¨² con grupos y personajes a los que, en otras circunstancias, calificar¨ªan no sin motivo de ¡°cenizos¡±, ¡°tristones¡± y hasta freakies. O de ¡°casta¡±.
M¨¢s dif¨ªcil de entender es la autoinmolaci¨®n de Iniciativa, el sacrificio de sus l¨ªderes Joan Herrera y Dolors Camats (ambos, de 44 a?os), el eclipse seguramente irreversible de la marca, las contorsiones a que obliga el pacto con un Podemos que dice no ser de izquierdas...Todo, ?para soslayar la divisi¨®n interna entre favorables y contrarios a la independencia? ?Y con qu¨¦ perspectiva a medio plazo? ?Reconstruir las viejas f¨®rmulas de articulaci¨®n PCE-PSUC, o PSOE-PSC? Pues, ?menudo cambio!
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador
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