Cuando la cruz gamada ejerce de spoiler

Solloza el p¨²blico, compungido por el tr¨¢gico relato de Karla y Helver. Queda en la oscuridad una puerta abierta que no presagia m¨¢s que nuevas desgracias. En un semis¨®tano de una ciudad sin nombre en los a?os treinta, arrollada por la ola totalitaria que se extendi¨® por Europa, la historia en may¨²sculas toma las calles prepar¨¢ndose para una larga noche de fuego, cuchillos y cristales rotos. El m¨ªsero habit¨¢culo es el ¨²ltimo refugio de una mujer y un hombre con una relaci¨®n que el autor, Ingmar Villqist (seud¨®nimo del polaco Jaroslaw Swierszcz), se guarda en la manga para cuando llegue el momento de darle la puntilla sentimental al espectador.

Un escondrijo asaltado por uno de sus habitantes (Helver), que como un caballo de Troya invadir¨¢ su hogar-ciudadela con los s¨ªmbolos y la violencia que campan a sus anchas en el exterior. Solo con ver el uniforme pardo y la cruz gamada en el brazalete es evidente que La nit d'Helver tiene que acabar mal. Lo que nadie puede anticipar es la cascada de escenas sobrecogedoras que conducir¨¢n a la atropellada catarsis.

El primer segmento de la obra a¨²n resiste y no se entrega sin ambages al follet¨ªn, aportando una interesante visi¨®n sobre la manipulaci¨®n del individuo, sobre la rendici¨®n acr¨ªtica de la sociedad a la propaganda, y c¨®mo estos trastornan radicalmente la vida dom¨¦stica; y una a¨²n mejor es la sospecha que ese personaje sin discernimiento ha crecido en una ficci¨®n preparada por la mujer que le ha acompa?ado hasta este punto de su vida. Una realidad paralela que los salve a los dos cuando el destino los alcance. El inocente Helver, v¨ªctima de una doble manipulaci¨®n. Luego, en la medida que se descubren sus v¨ªnculos y pasados, el texto adquiere el car¨¢cter de una veloz carrera de obst¨¢culos hacia la desesperaci¨®n.

El montaje que llega del Kamerni Teatar de Sarajevo, dirigido por Dino Mustafic, es una propuesta tradicional: espacio costumbrista e interpretaciones solventes que intentan extraer el m¨¢ximo potencial a las emociones que generan sus personajes. Persecuci¨®n de la excelencia seg¨²n la vieja escuela. Construir efectos a partir del mejor recurso aplicado a cada escena, aunque entren en contradicci¨®n con la coherencia global del car¨¢cter. Mirjana Karanovic no ofrece una Karla si no todas aquellas que m¨¢s lucen en cada momento.

Ermin Bravo no ofrece una ¨²nica versi¨®n del disminuido Helver. Cuando conviene se acerca al borderline, cuando conviene al trastorno autista, cuando conviene a cuadros psico-patol¨®gicos m¨¢s profundos ¡ªcon torsi¨®n f¨ªsica incluida¡ª, y cuando conviene es un maestro de la imitaci¨®n sin rastro de minusval¨ªa. Como si los dos hubieran preparado muy bien una sucesi¨®n de pruebas para superar un c¨¢sting.