Cardiopat¨ªa pasional
Mikel Erentxun ha dado este mi¨¦rcoles un concierto pasional en el Teatro Circo Price pese al discreto aforo de 650 asistentes
Mikel Erentxun es un pobre mortal. Como el resto del vecindario, claro, solo que en su caso hubo de encarar la finitud de nuestros d¨ªas a una edad at¨ªpicamente temprana. Su m¨¦rito radica en haber transformado aquel susto may¨²sculo de 2013 en combustible para uno de los mejores trabajos que se le recuerdan, solo o como art¨ªfice de Duncan Dhu. La cardiopat¨ªa hecha canci¨®n lleva por t¨ªtulo Corazones y el mi¨¦rcoles aliment¨® en el Price, pese al discreto aforo (650 asistentes), un concierto ardoroso y pasional. Las orejas del lobo han inspirado un repertorio m¨¢s en¨¦rgico, sincero y rejuvenecido que nunca, como evidencia ya al principio Un coraz¨®n llamado muerte. Curioso que un t¨ªtulo de resonancias f¨²nebres simbolice un esp¨ªritu tan vitalista: toquemos alto, fuerte y sin contemplaciones, no vaya a ser que nuestros sue?os de futuro se conviertan ma?ana en vanos sue?os eternos.
El donostiarra acaba de inaugurar la cincuentena en condiciones admirables: no le conoc¨ªamos tanto calor y matiz en la garganta (Veneno, Con el viento a favor); y eso que nunca ha cantado nada, nada mal. Lejos de acobardamientos, Erentxun enarbola ahora el m¨¢s guitarrero y carnal de sus lenguajes. Ya no son tiempos para pabellones abarrotados, pero El coraz¨®n del drag¨®n bien merecer¨ªa un karaoke masivo. Es dif¨ªcil sustraerse a la sospecha de que Cartas de amor sirve de lecci¨®n vaquera a bandas de jovencitos tan meritorios como La Maravillosa Orquesta del Alcohol.
Ojos de miel refrenda las credenciales para la orfebrer¨ªa pop; el rockabilly de Corazones sirve como magn¨ªfica plasmaci¨®n visceral de la taquicardia y el ep¨ªlogo de ruidismo para As de corazones solo queda al alcance de una banda tan robusta como el quinteto actual, con el chaveta de Paco Loco o las baquetas imaginativas de Karlos Arancegi entre sus puntales. Mikel es un superviviente que puede alardear de plenitud. Y que muchos a?os dure.
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