El jard¨ªn de los peregrinos

Francisco Garc¨ªa, entrenador de ni?os en Ponferrada, se present¨® un d¨ªa en A Lag¨²a (O Cebreiro, Lugo) con uno de esos aparatos que se usan para marcar la hierba de los campos de f¨²tbol. Su amiga Laurie Dennet quer¨ªa reproducir con boj en su jard¨ªn el laberinto de la catedral de Chartres ¡ªese d¨¦dalo en el que uno jam¨¢s se pierde¡ª y no pod¨ªan errar ¡°ni un cent¨ªmetro¡± al pintar las curvas conc¨¦ntricas. Despu¨¦s de que Jos¨¦ Luis Esp¨ªn, que tiene tractor y perseverancia, convirtiese en seda la tierra brav¨ªa, Garc¨ªa y Dennet trazaron el esquema con cal, y fueron poniendo las plantas seg¨²n el modelo del pavimento franc¨¦s. Ocuparon una superficie de 21 metros de di¨¢metro, ¡°una vez y media el tama?o del laberinto original¡±. Desde entonces han pasado ya tres a?os y el boj, de una variedad miniatura, se lo toma con calma.

Mientras el arbusto crece a paso de tortuga, Laika, la perra de Dennet, reproduce a la carrera en O Cebreiro, puerta a Galicia del Camino Franc¨¦s a Santiago, el mismo ritual de pasos en c¨ªrculo que repiten desde la Edad Media los peregrinos que empiezan su ruta en el laberinto de Chartres. Por esa ciudad tambi¨¦n pas¨® Dennet en 1986, la primera vez que anduvo el Camino, una experiencia que luego la llev¨® a pie hasta Roma y Jerusal¨¦n. Despu¨¦s, regres¨® para traducir al ingl¨¦s la gu¨ªa de El¨ªas Vali?a, el cura del santuario de O Cebreiro que resucit¨® la ruta medieval a Compostela. Y al cabo del tiempo esta canadiense compr¨® una casa de piedra en A Lag¨²a, con un acogedor jard¨ªn de hierbas arom¨¢ticas, ¨¢rboles aut¨®ctonos y un banco que mira a un imponente valle entre ancianas monta?as.

Ahora, a la entrada, ha colgado dos placas verdes con una hoja blanca dibujada. Es el s¨ªmbolo del Quiet Garden Trust, una red de 300 jardines tranquilos en 19 pa¨ªses, ubicados en propiedades particulares, hospitales, prisiones o colegios, que se ofrecen como lugares abiertos a todo aquel que busque algo de paz para toparse consigo mismo y ensimismarse. El de Laurie (aqu¨ª Laura para todos) es el primero de Espa?a. En la lista mundial, este rinc¨®n que se brinda a los peregrinos a un kil¨®metro de distancia del Camino Franc¨¦s aparece se?alado como El jard¨ªn del Laberinto.

En la finca de esta escritora, historiadora y sobre todo defensora y caminante de rutas sagradas, hay adem¨¢s hortensias de 12 colores. M¨¢s que el pH ¨¢cido, debe de ser la magia del suelo la causante de esta explosi¨®n crom¨¢tica. La propietaria asegura que ella solo les echa ¡°un poco de fertilizante¡± al empezar la primavera y no recurre a los trucos que otros usan para colorearlas. Las hortensias, dice, ¡°tienen memoria¡± y cuando florecen ¡°hablan del invierno que han pasado¡±. ¡°Este a?o nev¨® tanto¡± que las flores ¡°son muchas, pero peque?as¡±.

En la vida de la vecina que naci¨® en Canad¨¢, vivi¨® largamente en Londres y acab¨® instal¨¢ndose hace cinco a?os en esta peque?¨ªsima aldea escondida, el jard¨ªn es solo una etapa m¨¢s de un peregrinaje que no acaba. Primero trabaj¨® con la Confraternity of Saint James para rehabilitar el albergue de Rabanal del Camino (Le¨®n), un entra?able refugio regentado por brit¨¢nicos en el que los caminantes toman el t¨¦ de las cinco. Ahora es presidenta honoraria de Friends of Abraham¡¯s Path en el Reino Unido, uno de los colectivos del mundo que trabajan para recuperar el Sendero de Abraham, a trav¨¦s de cinco pa¨ªses desde Turqu¨ªa hasta Hebr¨®n (Cisjordania). ¡°Queremos transmitirle los valores del Camino de Santiago; y ya atrae caminantes¡±, cuenta. ¡°Pero existe un hueco negro en medio: Siria. All¨ª, en Alepo, una mujer hab¨ªa abierto un albergue, pero qued¨® totalmente destruido en un bombardeo¡±.

Cuando Laura Dennet entabl¨® su amistad con El¨ªas Vali?a, el sacerdote estaba entregado a su misi¨®n de recuperar el hist¨®rico itinerario europeo brocha en mano. ¡°Como no ten¨ªa un duro, pregunt¨® a los que estaban trabajando en el tramo de la carretera entre Pedrafita do Cebreiro y Samos [LU-633] si les sobraba pintura y le dieron unos botes del amarillo de obra¡±, relata. ¡°Entonces se fue con un grupo de j¨®venes a los Pirineos y empez¨® a pintar flechas¡±. El p¨¢rroco, que muri¨® en 1989, "no pens¨® en ning¨²n momento que estuviese inventando un icono", un s¨ªmbolo que ahora cualquier peregrino del planeta identifica con los caminos a Santiago.

¡°Un d¨ªa en medio de la nada, se le present¨® la Guardia Civil de Navarra y le pidi¨® explicaciones¡±, recuerda la amiga. ¡°Los agentes sospechaban que hac¨ªa marcas para ETA. ¡®?Por qu¨¦ hace eso?¡¯, le preguntaron. ¡®Pues... ?estoy preparando una gran invasi¨®n!¡¯, respondi¨®¡±. Pasadas casi tres d¨¦cadas, con el fen¨®meno jacobeo desmandado, se ha visto que el cura ten¨ªa m¨¢s raz¨®n que un santo.