El calor fulmina a los vencejos
Este a?o han ingresado 1.200 polluelos en el hospital de fauna salvaje de Madrid, el doble de lo habitual, debido a las elevadas temperaturas
Otro d¨ªa abrasador de persianas bajadas, ventiladores y abanicos en movimiento constante. Malos momentos para ser vencejo y nacer bajo la cubierta de una casa, protegido por una simple teja. El calor avanza, inmisericorde, hasta que los pollos, unas miniaturas de poco m¨¢s de 20 gramos, no pueden soportarlo m¨¢s, salen al exterior y, en un intento de escapar, se tiran del nido y caen al suelo. Todav¨ªa no est¨¢n preparados para volar. ¡°Es como el que se quema y huye¡±, explica Isabel Moreno, responsable de la campa?a de hu¨¦rfanos del Grupo de Rehabilitaci¨®n de la Fauna Aut¨®ctona (GREFA). Este a?o han ingresado en su centro unos 1.200 vencejos, m¨¢s del doble de la cifra habitual, que se mueve entre 400 y 600 ejemplares.
El volumen ha desbordado a los responsables de GREFA, que han llegado a cobijar 600 polluelos al mismo tiempo. ¡°No ten¨ªamos manos para dar de comer a tantos pollos y tuvimos que realizar un llamamiento en las redes sociales¡±, explica Moreno mientras coge vencejo tras vencejo y, abri¨¦ndoles el pico, les da su raci¨®n de comida. La dieta hospitalaria consiste en una mezcla de carne picada, pienso de gato, pasta de insectos, tenebrios, calcio y vitaminas. En su h¨¢bitat se alimentan de insectos, pero GREFA no se puede permitir esta alimentaci¨®n ¡°ni por el coste, ni por el tiempo¡±. Se les ceba cinco veces diarias, lo que supone terminar y empezar de nuevo.
As¨ª hasta que las aves est¨¢n preparadas para recuperar la libertad. Moreno y su equipo de voluntarios sueltan a los vencejos en el Monte de El Pilar (Majadahonda), donde est¨¢n ubicadas sus instalaciones. Una vez que emprenden el vuelo, se unen a otros y no se vuelven a posar nunca durante su primer a?o de vida. ¡°El vencejo supone la adaptaci¨®n extrema de un p¨¢jaro a la vida a¨¦rea; solo paran para reproducirse¡±, aclara Javier de la Puente, de SEO/BirdLife.
Hace tres a?os, esta organizaci¨®n comenz¨® a marcar vencejos que pasaban por Espa?a camino de ?frica para conocer los detalles de la migraci¨®n. Se inserta un geolocalizador de entre 0,8 y 0,9 gramos de peso a ejemplares adultos, de unos 45 gramos, que est¨¢n criando. Cuando regresan a Espa?a se les vuelve a capturar. ¡°Recuperamos el 50% de los marcados, porque son muy fieles a los agujeros donde instalan sus nidos¡±, comenta De la Puente. Los datos revelaron que recorren unos 12.000 kil¨®metros.
Uno de los problemas que est¨¢ provocando la disminuci¨®n de la especie es la falta de huecos adecuados de nidificaci¨®n. Las nuevas construcciones son lisas, y cuando se reforman edificios y muros antiguos se tapan todos los huecos, advierte Nacho Otero, miembro de GREFA. Consecuencia: las aves optan por otro tipo de lugares con menor protecci¨®n. ¡°Si pueden seleccionar escogen muros donde est¨¢n mucho m¨¢s fresquitos que debajo de una teja al sol¡±, comenta De la Puente. El investigador recuerda su estancia en un polideportivo en C¨®rdoba lleno de pollos muertos. ¡°El tejado era de chapa¡±, se lamenta. Detr¨¢s del declive tambi¨¦n se adivina la falta de alimentaci¨®n. Las fumigaciones est¨¢n provocando una disminuci¨®n en los insectos. ¡°Todo se puede estudiar y hacer mejor, porque los p¨¢jaros no son el problema¡±, concluye.
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