La elegante fidelidad a uno mismo de Mal Pelo

Hermoso, ¨ªntimo, po¨¦tico, pero tambi¨¦n fr¨ªo y contenido result¨® El cinqu¨¨ hivernde Mal Pelo, el ¨²ltimo espect¨¢culo de unos de los grupos m¨¢s carism¨¢ticos del panorama de la danza contempor¨¢nea en Espa?a.

La pieza es un d¨²o interpretado por los bailarines y core¨®grafos Mar¨ªa Mu?oz y Pep Ramis, creadores del espect¨¢culo. Ambos realizan una profunda reflexi¨®n sobre las vivencias en com¨²n de una pareja en un espacio desnudo en el que esperan en silencio que pase otro invierno. Es tan perfecta la puesta en escena de El cinqu¨¨ hivern que, pese a destilar una ¨ªntima belleza que sin duda se hace dif¨ªcil de olvidar, en algunos momentos hiela el coraz¨®n del espectador: quiz¨¢ la inclusi¨®n ni que fuera de una peque?a dosis de locura o de pasi¨®n har¨ªa del espect¨¢culo algo m¨¢s cercano.

El baile de ambos int¨¦rpretes es siempre brillante y, sin duda, su vocabulario coreogr¨¢fico es un torrente de ricas frases gestuales. ?l de Ramis, en concreto, es un baile extrovertido con ese toque rudo que le caracteriza, mientras que ¨¦l de Mu?oz es, claramente, m¨¢s sofisticado e ¨ªntimo. ?l juega con el espacio; ella, se lo come. Son dos expresivos cuerpos que afrontan la vida de diferente manera, pero aun as¨ª est¨¢n muy compenetrados.

Desde esa antinomia, recorren su geograf¨ªa ¨ªntima a veces con paciencia y otras con premura. Los recuerdos comunes tejen un mosaico de intensas sensaciones ¡ªde la soledad a la esperanza; de la decepci¨®n a la alegr¨ªa...¡ª y tambi¨¦n hay evidentes alusiones a espect¨¢culos anteriores del grupo. Visto en su conjunto, El cinqu¨¨ hivern tiene pinceladas de diario ¨ªntimo y art¨ªstico de esta singular pareja. Los di¨¢logos, en catal¨¢n y en franc¨¦s, convierten al p¨²blico en c¨®mplice de esos recuerdos que evocan. Unos recuerdos que hablan del inexorable paso del tiempo y de los l¨ªmites de los territorios ¨ªntimos.

Como es habitual en los espect¨¢culos de Mal Pelo, El cinqu¨¨ hivern, que se estren¨® el pasado marzo en la Biennale de la Val de Marne (Francia) es el resultado del trabajo de un equipo, generalmente bien conjuntado. La blanca y desnuda escenograf¨ªa de Pep Aymerich, las acertadas luces de August Viladomat y el vestuario en negro de Carmepuigdevalliplantes enfatizan la elegancia que emana de esta obra al crear un luminoso y seductor espacio intemporal.

Otro acierto es la po¨¦tica del escritor napolitano Erri De Luca (El crimen del soldado, El d¨ªa antes de la felicidad...) y, claro, la composici¨®n de la banda sonora de Fanny Thollot, con la colaboraci¨®n de las voces de la cantante tunecina Alia Sellami, el cantaor flamenco Ni?o de Elche y el sonido del zapateado de los pies de Israel Galv¨¢n.