Goodall: lombrices y ¡®correbous¡¯

Hubo un tiempo en el que la primat¨®loga Jane Goodall (Londres, 1934) jugaba con animales mucho m¨¢s peque?os que los chimpanc¨¦s: las lombrices. Cuando las llevaba a su habitaci¨®n siendo una ni?a, su madre ¡ª¡°sin enfadarse¡±¡ª le dec¨ªa que deb¨ªa devolverlas a su h¨¢bitat natural, pues de lo contrario morir¨ªan. ¡°Si quieres algo en la vida, probablemente tendr¨¢s que trabajar muy duro para ello. Nunca debes dejar de intentarlo¡±, tambi¨¦n le aconsejaba.

Goodall lo recordaba ayer tras recibir el XXVII Premi Internacional Catalunya. Sin esa maravillosa madre y sin la ¡°fant¨¢stica gente¡± que la apoya hoy no habr¨ªa podido hacer lo que ha hecho, admiti¨® con humildad tras recoger el premio, otorgado en m¨¦rito a su prolongada carrera como activista por los derechos de los animales. Un reconocimiento que recogi¨® de manos del presidente de la Generalitat, Artur Mas pero que no le impidi¨®, sorprendiendo a toda la concurrencia, recibirlo emulando el sonido de un primate. ¡°Es Jane, el chimpanc¨¦¡±, aclar¨®.

La investigaci¨®n de Goodall no se ha limitado al mundo animal. A partir de sus investigaciones con los chimpanc¨¦s, ha explicado la importancia fundamental del lenguaje en la especie humana. Por ello, en su alocuci¨®n, se refiri¨® a que la principal diferencia de la especie humana respecto a los chimpanc¨¦s y otros animales es que ¡°contamos con un lenguaje a trav¨¦s de la palabra, con la cual podemos ense?ar a nuestros hijos, discutir problemas y llegar a una soluci¨®n, as¨ª como hablar de cosas que no vemos¡±.

No voy a abandonar precisamente por la gente joven: si la gente joven abandonara, entonces s¨ª que ya no habr¨ªa esperanza

Sin embargo, Goodall, no comprende algo. ¡°?C¨®mo es posible que la criatura con mayor intelecto del planeta lo est¨¦ destruyendo?¡±, se pregunt¨® ante la audiencia. Y, una vez m¨¢s, se mostr¨® muy sincera: cree que ya se ha comprometido el futuro de la gente joven. Pero no cree que a¨²n sea muy tarde. Por eso exhort¨® a que cada uno en el d¨ªa d¨ªa debe trabajar por la diferencia, sin importar la edad. ¡°Son esas peque?as decisiones las que acabar¨¢n marcando la gran diferencia¡±, resumi¨®.

Y es precisamente en la gente joven en la que Goodall ci?e las esperanzas del cambio. Gente que, en su opini¨®n, entiende mejor los problemas de hoy. Gente, pues, que debe ser escuchada. Y es gente a la que debe empoderarse. ¡°Tengo razones para mantener la esperanza. No voy a abandonar precisamente por la gente joven: si la gente joven abandonara, entonces s¨ª que ya no habr¨ªa esperanza¡±, hab¨ªa anticipado horas antes en una rueda de prensa anterior al galard¨®n.

En su comparencia ante los medios, Goodall resalt¨® las pol¨ªticas de protecci¨®n de animales y del medioambiente adoptadas por el Estado espa?ol, a las que les otorg¨® en general ¡°una buena nota¡±. Y elogi¨® en especial la prohibici¨®n de las corridas de toros en Catalu?a. No obstante, se?al¨® como tarea pendiente la eliminaci¨®n de los correbous.

Fiel creyente en la virtud de la condici¨®n humana, Goodall resalt¨® durante el acto el esp¨ªritu de los hombres y mujeres, capaz de engrandecerse en situaciones adversas. ¡°Hay gente que vive en las calles, que sufre mala suerte y que a¨²n as¨ª es capaz de levantarse y construir cosas grandes¡±, dijo.

Goodall se tom¨® muy en serio el consejo de su madre sobre el trabajo duro. Entre conferencias, actividades y dem¨¢s, pasa 300 d¨ªas al a?o viajando alrededor del mundo. ¡°Una vida loca¡±, seg¨²n ella misma lo defini¨®.

Con su cabello cano recogido y un colorido mant¨®n de reminiscencias ¨¦tnicas, Goodall recibi¨® un galard¨®n, otorgado desde 1989, que est¨¢ dotado con 80.000 euros y la escultura La llave y la letra, de Antoni Tapi¨¨s. En ediciones anteriores, lo han recibido personalidades de todo el mundo, entre ellos el fil¨®sofo ingl¨¦s Karl Popper, el oceon¨®grafo franc¨¦s Jacques-Yves Cousteau y los expresidentes Jimmy Carter (EEUU) y Lula da Silva (Brasil).