Las figuras interesan poco y ponen menos inter¨¦s

La Feria de Vitoria ha sufrido mucho en los ¨²ltimos a?os. La media entrada que registr¨® ayer el Iradier Arena parece un milagro despu¨¦s de tres ediciones donde los tendidos estuvieron desiertos. Sin embargo, el an¨¢lisis cambia cuando un cartel con las presumibles figuras Morante, El Juli y Talavante solamente logr¨® llenar la mitad del aforo. No hab¨ªa muchas m¨¢s personas que el pasado fin de semana en Azpeitia con un cartel de toreros mucho m¨¢s desconocidos. La realidad es que estas figuras interesan cada vez menos.

El otro d¨ªa en Huelva tambi¨¦n fracasaron en la taquilla y en Vitoria volvieron a mostrar mucho cemento. Y es normal, porque su puesta en escena es el mismo cuento de siempre: Tres figuras reunidas ante unos toros inv¨¢lidos, nobles y aburridos. La consecuencia es el enfado en los tendidos y la desesperaci¨®n de los aficionados, que cada vez har¨¢n menos esfuerzos para ver a estos presuntos figuras. Morante revivi¨® un nuevo cap¨ªtulo de su actual temporada. Dos inv¨¢lidos y ning¨²n inter¨¦s por justificarse. Ante su primero simul¨® un esbozo de faena que ya levant¨® algunos pitos, pero en el cuarto su desverg¨¹enza fue digna de una bronca mucho mayor.

Pero ya en estas modernas plazas no quedan ni almohadillas de las anta?o y adem¨¢s el p¨²blico esta de fiesta como para expresar su enfado. El bajonazo con el que despidi¨® a su segundo enemigo fue el resumen de una labor de la que estuvo desinhibido. A ese cuarto se lo capote¨® Jos¨¦ Antonio Carretero, que ni siquiera el encargado de su lidia. En el tercio de varas se coloc¨® a la derecha del caballo con la misma displicencia que exhibi¨® al no estar presto para cubrir a sus compa?eros en el tercio de banderillas del tercer toro. As¨ª estuvo Morante, sin ning¨²n inter¨¦s por torear. El Juli puso ganas y tap¨® la pobreza de los dos morlacos que tuvo enfrente. A base de levantar la mano evit¨® que se cayeran y se invent¨® dos trasteos sin emoci¨®n ni calidad, pero con la facilidad de quien lleva muchos a?os en esta profesi¨®n.

Una buena estocada le bast¨® para cortar una oreja, pero en el quinto el acero qued¨® bajo y se le esfum¨® otro trofeo. Talavante no tard¨® en tirar la toalla en su primer episodio, mientras que hizo una labor aparente en el sexto. Siempre toreo por alto, moviendo las piernas y un trasteo que el p¨²blico agradeci¨® como si tuviera m¨¦rito. ?Qui¨¦n sabr¨¢ por qu¨¦ figuras como Morante, El Juli o Talavante se apuntan a estos esperpentos? Toros inv¨¢lidos, de apenas 450 kilos algunos, sin emoci¨®n, sin inter¨¦s y con todos los condicionantes para convertir la fiesta en un tr¨¢mite. Si as¨ª piensan que hacen algo en favor de la fiesta estamos apa?ados, quiz¨¢s hagan tanto da?o como el grupito antitaurino que se manifest¨® al otro lado del coso vitoriano.