El s¨ªndrome del PSC
Daba igual que siempre perdieran las auton¨®micas y y siempre ganaran en las generales, cuando se votaba al candidato del PSOE. Lo importante no era ganar sino no ser acusado de mal catal¨¢n
El problema que arrastra el PSC desde sus comienzos es que no se libra de un complejo: el de no ser ¡°suficientemente catal¨¢n¡±. Julio Caro Baroja, a principios de los a?os ochenta, declaraba en una entrevista a Ignacio Vidal-Folch que para solucionar el problema de un Pa¨ªs Vasco entonces literalmente masacrado por ETA, hab¨ªa que mandar all¨ª camiones y camiones con miles y miles de psiquiatras. En el caso del PSC creo que no har¨ªa falta tanto, bastar¨ªa s¨®lo con un psiquiatra, un muy buen psiquiatra, especialista en curar enfermedades raras, como esa de no ser ¡°suficientemente catal¨¢n¡±, que tanto ha perturbado al PSC desde su misma fundaci¨®n. Un buen neurocient¨ªfico, dado los grandes avances que su especialidad ha experimentado en los ¨²ltimos a?os, quiz¨¢s pueda aportar alguna soluci¨®n.
En realidad, este mal no s¨®lo es propio del PSC sino que puede extenderse a toda la izquierda catalana: partidos, sindicatos, mundo art¨ªstico y cultural. Todos hacen grandes esfuerzos para demostrar cada d¨ªa que son buenos catalanes. No ponen reparo alguno a la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica sino todo lo contrario, dicen que ha sido un ¨¦xito; en su d¨ªa impulsaron con entusiasmo el nuevo Estatuto que les hab¨ªa preparado tramposamente ERC y ahora atribuyen toda la culpa de lo que pasa a la sentencia del TC, como manda el canon nacionalista; los sindicatos, en sus manifestaciones, ya no exhiben la bandera roja sino la catalana y, cada vez m¨¢s, la estelada.
El mundo cultural te¨®ricamente no nacionalista, con las previsibles excepciones, permanece mudo, callado, mientras sucede todo lo contrario en la otra parte: por ejemplo, Llu¨ªs Llach va el primero en la lista de CiU y ERC por Girona, mientras Joan Manuel Serrat todav¨ªa no sabemos lo que piensa sobre el proc¨¦s. ?Un hurra por Llu¨ªs Llach, por lo menos da la cara por sus ideas! Los catalanes que est¨¢n en el ¨¢mbito de la correcci¨®n pol¨ªtica se comprometen con su causa; en cambio, los del otro ¨¢mbito, se limitan a practicar, o un riguroso silencio, o una ambig¨¹edad que en la pr¨¢ctica es acatamiento al poder.
El PSC es un ejemplo de esta ¨²ltima actitud: lo que m¨¢s les gusta es poner una vela a dios y otra al diablo. Desde siempre, fueron controlados en todo momento por Jordi Pujol. ¡°En la cuesti¨®n nacional, les dec¨ªa, ten¨¦is que estar siempre de nuestro lado, en lo dem¨¢s pod¨¦is hacer oposici¨®n; si no os port¨¢is as¨ª os acusaremos de ser enemigos de Catalu?a¡±. Aterrorizados por esta grav¨ªsima acusaci¨®n, los socialistas catalanes han guardado hasta hoy una estricta obediencia. Daba igual que siempre perdieran en las elecciones auton¨®micas, cuando se presentaban solos, y siempre ganaran en las generales, cuando se votaba al candidato del PSOE. Lo importante no era ganar, lo importante, lo prioritario, era no ser acusado de mal catal¨¢n.
Fue notorio su papel en los dos gobiernos tripartitos y ahora se ve claro su error: pensaban que estaban basados en un pacto de izquierdas, porque ERC se llamaba Esquerra, sin enterarse que pactaban con nacionalistas que antepon¨ªan el supuesto derecho de autodeterminaci¨®n de Catalu?a a cualquier otra consideraci¨®n. Durante siete a?os los de Carod los envolvieron en su tela de ara?a hasta dejarlos tirados en la cuneta y, con el trabajo hecho, pasaron a la siguiente fase: la independencia. Pere Navarro intent¨® enderezar la situaci¨®n: no le dejaron ni los unos ni los otros. Con Iceta al frente, con el sector independentista traspasado por fin a otros partidos, y con el acuerdo de eliminar del programa el derecho a decidir, parec¨ªa que dejar¨ªan el nacionalismo a un lado.
Pero no ha sido as¨ª. Antes de las ¨²ltimas elecciones, m¨¢s de 200 candidatos a concejales se comprometieron a entrar en la Asociaci¨®n de Municipios para la Independencia, tras las elecciones han contribuido que fuera alcaldesa de Badalona (la tercera ciudad de Catalu?a) una candidata independentista, han votado a favor de que Castelldefelds y Terrassa fueran municipios por la independencia, su preferencia es pactar en el futuro con ERC y con Podemos, pretenden entrar en el gobierno municipal de Barcelona con Esquerra de aliado.
Total, el PSC sigue igual y, al parecer, ya sin remedio: acomplejado, incoloro, inodoro e ins¨ªpido, con el s¨ªndrome de Estocolmo a cuestas, poniendo a la venta su sede central de Nicaragua, clavando de nuevo pu?aladas traperas al PSOE, diluyendo su posici¨®n ante el 27-S. Como siempre, nada nuevo bajo el sol.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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