Dormir en la playa para ahorrar en alojamiento
Decenas de turistas pernoctan al aire libre para no pagar hotel pese a que est¨¢ prohibido
Pasar la noche bajo las estrellas, arrullado por el sonido de las olas y sin muros que bloqueen las vistas al mar no tiene precio¡ Es gratis. En verano, decenas de turistas cambian la cama del hotel por la arena de las playas de Barcelona para no tener que pagar alojamiento. Corren el riesgo de ser v¨ªctimas de los carteristas que pululan por la zona de madrugada y algunos apenas logran pegar ojo por el ruido, pero la Guardia Urbana permite la actividad pese a que la normativa municipal la proh¨ªbe.
Poco despu¨¦s de las cinco de la ma?ana y a pocos metros de la orilla, las siluetas de un par de j¨®venes calz¨¢ndose pesadas mochilas rompen el horizonte. Se trata de Julieta Molinari y Alejandro Contreras, dos universitarios venezolanos de 19 a?os que comenzaron hace poco un recorrido de dos meses por Europa. En su primera parada, Madrid, eligieron un piso como hospedaje. Pero en la segunda, optaron por recortar gastos y descansar en la playa de la Nova Ic¨¤ria, mucho m¨¢s silenciosa y tranquila que las del otro lado del Puerto Ol¨ªmpico. Dos horas despu¨¦s, est¨¢n arrepentidos.
¡°?Dormir en la playa es horrible!¡±, confiesa Molinari. Los reci¨¦n llegados turistas consiguieron dormir un par de horas durante su primera noche en Barcelona hasta que algo les despert¨®. ¡°Eran carteristas, les han robado a todos¡±, asegura Julieta se?alando a su alrededor.
Siete personas duermen profundamente sobre la arena repartidas en tres grupos sin enterarse de que han sido v¨ªctimas de los ladrones. Una mujer reposa sobre el vientre de un hombre, que la protege con su brazo. El que qued¨® desamparado fue su bolso, que yace abierto a su lado.
¡°Es la primera vez que dormimos en la playa. Nuestra moneda, el bol¨ªvar, est¨¢ muy devaluada y quer¨ªamos ahorrar. Pero despu¨¦s de esto no sabemos qu¨¦ hacer, tenemos que hablarlo. De momento, nos vamos de aqu¨ª¡±, dice asustada Molinari.
Al sur, en la Barceloneta, los grupos de ba?istas nocturnos se alternan con otros de gente que logra conciliar el sue?o pese al ruido de los j¨®venes que salen de las discotecas. ¡°Est¨¢n los mochileros, que suelen tener como mucho 25 a?os; los resacosos y los que duermen aqu¨ª por necesidad¡±, explica un operario de limpieza. ?l y dos compa?eros recogen la basura de la arena con cuidado para no despertar a cuatro turistas refugiados en sus sacos de dormir.
El servicio de informaci¨®n de Barcelona afirma que la normativa proh¨ªbe dormir en los espacios p¨²blicos y que solo aquellos que lo hacen por encontrarse en situaci¨®n de exclusi¨®n social se pueden librar de la sanci¨®n. Fuentes del Consistorio admiten que, sin embargo, la Guardia Urbana no suele actuar contra los infractores y se limita a despertarles a primera hora de la ma?ana para evitar accidentes como el que sucedi¨® en 2004 en una playa de Alicante, cuando una mujer falleci¨® aplastada por un veh¨ªculo de limpieza mientras dormitaba bajo el sol. A los vecinos del litoral el tema no les hace mucha gracia y aseguran haber visto esta semana incluso una tienda de campa?a en el parque de la Barceloneta.
M. y N., dos navarros de 16 a?os que viajan a B¨¦lgica, tambi¨¦n han acudido a la playa en busca de descanso durante su paso por Barcelona. ¡°Nuestro autob¨²s lleg¨® a las tres de la ma?ana y nuestro tren a Reus, de donde parte el avi¨®n, sale a las ocho, as¨ª que no val¨ªa la pena pagar un hotel por unas horas¡±, explica N., que no se ha atrevido a dormir para cuidar de las maletas. Su hermana, M., pega ojo cada cierto tiempo en su regazo. ¡°Dormimos por turnos¡±, afirma ella. ¡°?Pues a m¨ª todav¨ªa no me ha tocado!¡±, r¨ªe ¨¦l.
¡°La polic¨ªa nos ha aconsejado que vigilemos el equipaje. Han pasado varios chavales acerc¨¢ndose como si quisieran ver si est¨¢bamos dormidos o despiertos¡±, cuenta N. A unos cuantos pasos, una joven que no tiene la suerte de contar con un guardi¨¢n, como M., duerme sola, con la cabeza apoyada sobre su bolsa de viaje para ahorrarse los 26 euros que cobra el hostal m¨¢s cercano por una habitaci¨®n que se ha de compartir con ocho extra?os.
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