ERC en la monta?a rusa
Los republicanos han sido incapaces de crear su propio electorado. El partido no suma independentistas por s¨ª mismo: necesita un enemigo (PP o Espa?a) o un primo hermano (CDC)
La compleja vida pol¨ªtica catalana dificulta sobremanera la interpretaci¨®n conjunta de las distintas convocatorias electorales. La ciudadan¨ªa, o al parecer buena parte de ella, puede cambiar el sentido de su voto en funci¨®n del alcance administrativo del mismo: municipal, auton¨®mico, estatal o europeo. Esta disparidad, creo, hace que no pueda hablarse, de forma homog¨¦nea, de algo as¨ª como lo que "piensa el pueblo de Catalu?a".
Los an¨¢lisis, pues, deben ser desmenuzados. Y ello seguir¨¢ sin garantizarnos que pueda hablarse, homog¨¦neamente, de lo que "piensa el pueblo de Catalu?a", pero al menos ser¨¢n m¨¢s iluminadores. Creo que el term¨®metro m¨¢s aproximado, si de lo que se trata es de analizar pol¨ªticamente Catalu?a, son las elecciones auton¨®micas.
Quisiera centrarme en un partido muy relevante en la actualidad. Me refiero a ERC. Si uno analiza los resultados auton¨®micos de ERC desde la recuperaci¨®n de la democracia, podr¨ªa decirse que vive en una monta?a rusa, algo que se ha acentuado desde la llegada del nuevo siglo.
Tras unas primeras elecciones con un resultado discreto pero relevante (14 diputados), la d¨¦cada de los ochenta, con las mayor¨ªas absolutas de Pujol, se caracteriza por un papel reducido, casi marginal, de ERC en el Parlament (5 diputados en 1984 y 6 en 1988). No es hasta los a?os noventa que ERC consigue aumentar su representaci¨®n para acercarse al resultado de la primera convocatoria auton¨®mica (11 en 1992, 13 en 1995 y 12 en 1999). Y a partir del siglo XXI se acent¨²a su Dragon Khan particular: 23 en 2003, 21 en 2006, 10 en 2010 y 21 en 2012.
El crecimiento de ERC en la ¨¦poca actual es fruto de la colaboraci¨®n del nacionalismo espa?ol m¨¢s rancio
Quiz¨¢s una de las razones por las que especialmente estos ¨²ltimos tiempos ERC viaja a bordo de un vag¨®n de monta?a rusa es que ha sido incapaz de crear su propio electorado, me refiero a un electorado sustantivo amplio, como el de los partidos hegem¨®nicos. El crecimiento de ERC en la ¨¦poca de Carod Rovira fue fruto de la colaboraci¨®n de Aznar y su reivindicaci¨®n del espa?olismo. Y el crecimiento intermitente de ERC en la ¨¦poca actual es fruto, de nuevo, de la colaboraci¨®n indispensable del nacionalismo espa?ol m¨¢s rancio (recu¨¦rdese a Rajoy apelando a la naci¨®n m¨¢s antigua de Europa o a Wert espa?olizando ni?os catalanes) y del auto-sacrificio, al menos como partido, llevado a cabo por Converg¨¨ncia.
Desde el inicio del nuevo siglo, la manera habitual en que ERC consigue un electorado sustantivo es cuando otros se lo crean. (Una manera distinta de decir lo mismo es que el nacionalismo catal¨¢n es ¡ª al menos parcialmente ¡ª reactivo: crece en respuesta a su contraparte espa?ola).
Mientras que en el pasado los partidos catalanes mayoritarios supieron crearse su propio p¨²blico, Converg¨¨ncia con el pujolismo o el PSC con su doble alma, ERC parece incapaz de sumar independentistas por s¨ª mismo: siempre necesita o bien un enemigo exterior (el PP, o, en general, el Estado espa?ol, o, a¨²n m¨¢s en general, Espa?a a secas) o bien un primo hermano (la Converg¨¨ncia actual) ante el que compararse y salir ganando en autenticidad. En la actualidad, no ser¨ªa inexacto afirmar que se cumplen ambas condiciones simult¨¢neamente.
Quiz¨¢s una de las causas de la incapacidad para crear p¨²blico masivo propio y permanente descansa, contra lo que parece ser un principio rector del m¨¢rquetin pol¨ªtico actual, en la simplicidad del mensaje pol¨ªtico prioritario de ERC. El pujolismo y los intelectuales de la retaguardia del PSC ¡ª y tambi¨¦n el PSUC antes del retorno de la democracia ¡ª supieron crear un relato propio que, m¨¢s o menos sofisticado, no se reduc¨ªa a la mera invocaci¨®n de un El Dorado ¡ª l¨¦ase la independencia, en el caso de ERC¡ª que nos salvar¨ªa de todos los males. Al menos en Catalu?a, los mensajes simplistas calan en momentos en que las dicotom¨ªas se acent¨²an. Cuando la gama de posibilidades se hace m¨¢s rica, el electorado mayoritario exige mensajes menos simplistas.
El pujolismo y los intelectuales de la retaguardia del PSC supieron crear un relato propio que no se reduc¨ªa a la mera invocaci¨®n de un El Dorado
Debido a que ERC se diluye en una lista conjunta en las pr¨®ximas elecciones, dif¨ªcilmente podremos desgranar cu¨¢l es su peso espec¨ªfico. Hace un a?o, las encuestas afirmaban que ERC iba catapultada a la presidencia de la Generalitat, pero en los ¨²ltimos meses esas mismas encuestas pronosticaban un descenso pronunciado. No podremos saber en qu¨¦ punto de la monta?a rusa se encuentra ERC, pero a tenor de esas encuestas s¨ª que podemos intuir que sigue montada en esa monta?a rusa.
Pau Luque es investigador en el Instituto de Investigaciones Filos¨®ficas en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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