Los vestigios de Caixa Laietana
La desaparici¨®n de la caja de ahorros deja abandonados inmuebles en Matar¨®
Una cadena a doble vuelta y un candado en el port¨®n de acceso al aparcamiento confirman el cierre de todo el edificio. Las malas hierbas que surgen por todas partes, las descuidadas plantas que desbordan la verja y la acumulaci¨®n de basura hablan de su abandono. En ese entorno, el ¨®xido de la escultura del pez de ocho metros dise?ados por Rafael y Pol Codina no parece intencionado por sus autores, sino forzado por la dejadez.
Son los restos exteriores de la ¨²ltima sede central de Caixa Laietana, 32.000 metros cuadrados de oficinas inaugurados en Matar¨® en 2007 como se?al de pujanza de la principal empresa local. Hoy son solo los vestigios de una entidad desaparecida, cuyo recuerdo genera consternaci¨®n en gran parte de esa ciudad del Maresme, la que con mayor intensidad sufri¨® la colocaci¨®n de participaciones preferentes y otra deuda subordinada mientras iba conociendo algunos desmanes cometidos por los directivos de la entidad.
Bankia, heredero del negocio financiero de Caixa Laietana, intenta sin suerte comercializar el inmueble en el que se enterraron 40 millones de euros antes de que llegara la crisis y se hiciera imprescindible la llegada de ayudas p¨²blicas. Mientras la entidad existi¨®, apenas se ocup¨® la mitad de su superficie y, una vez cerrado, el Ayuntamiento ha intentado que se utilizara para actividad universitaria o empresarial. Sin suerte. Pero la sede del Pla de'n Boet no es la ¨²nica muestra de tierra quemada que dej¨® la caja, en un proceso que se repiti¨® con los restos de las otras nueve entidades de ahorro locales existentes hace 10 a?os en Catalu?a.
Venta o alquiler
A escasos centenares de metros de esa mole acristalada, en la calle de Sant Cugat, una antigua oficina todav¨ªa muestra los colores t¨ªpicos de la marca y el nombre de Caixa Laietana. Pero los vidrios est¨¢n sucios y destacan dos carteles ajenos al dise?o de la entidad. Con uno se pretende alquilar el espacio. Con otro, venderlo. ¡°Procedente de entidad bancaria¡±, aclara el r¨®tulo.
Un contestador autom¨¢tico en nombre de Bankia responde a la llamada telef¨®nica. Como en el caso de la gran sede, los intentos de colocar las oficinas es complejo en un mercado inmobiliario en horas bajas y con sobreoferta. Desde la entidad financiera explican que en diciembre de 2012 las tres marcas que integraban la actual Bankia (Laietana, Caja Madrid y Bancaja) dispon¨ªan de 23 oficinas en Matar¨®, de las que 19 eran de la caja local. Sin esperar, en el primer semestre se cerraron cuatro, a las que siguieron nueve m¨¢s. Hoy quedan 12. Tres de las clausuradas eran de alquiler, por lo que se rescindi¨® el contrato, y del resto se han vendido solo un par.
En la gran mayor¨ªa de esos espacios han desaparecido las se?ales de que un d¨ªa pertenecieron a Caixa Laietana, pero basta preguntar a los vecinos para que las identifiquen. Es el caso de una antigua oficina de Caja Madrid que se convirti¨® en una fruter¨ªa que se promociona con una frase que suena a lo que se acabaron creyendo los ejecutivos de Laietana. ¡°Si eres la pera, no hagas el melocot¨®n¡±, dice en catal¨¢n.
Dos inmuebles de la antigua caja de ahorros se han convertido en equipamientos p¨²blicos
A escasos metros, en la c¨¦ntrica plaza de Santa Anna, hay una gran oficina de Bankia que est¨¢ cerrada al p¨²blico en agosto. Detr¨¢s hay una sala de actos de la antigua Obra Social, y encima, cuatro plantas que albergaron empresas vinculadas al grupo Laietana, como su aseguradora, y que hoy tienen casi la mitad de la superficie vac¨ªas. ¡°Hab¨ªa bastantes trabajadores, pero a la mitad los despidieron y a algunos los enviaron a Madrid¡±, explica una chica que regenta un quiosco justo enfrente del inmueble, donde otro cartel anuncia ¡°locales en alquiler¡±.
Iniciativa privada
El edificio, a excepci¨®n del espacio de la sucursal, no es de Bankia. Es uno de los activos que pasaron a la Fundaci¨®n Iluro, una iniciativa surgida de la sociedad civil de Matar¨® y alejada de la anterior c¨²pula que ha heredado el patrimonio y la actividad de la antigua Obra Social. Asumi¨® desde un fondo de arte a una sala de exposiciones, pasando por la Biblioteca Popular y la casa modernista Coll i Reg¨¤s, que quiere museizar para convertirla en un reclamo tur¨ªstico.
Tambi¨¦n le fueron transferidos algunos inmuebles, como ese edificio de la plaza Santa Teresa o la antigua sede social de la caja, en el centro de Matar¨®. Su intenci¨®n es comercializar esos espacios para poder financiar la actividad de la fundaci¨®n, con un gasto anual de un mill¨®n de euros.
Las oficinas de la Fundaci¨®n Iluro ocupan una de las cinco plantas del edificio que hasta 2007 alberg¨® la sede de Caixa Laietana. La biblioteca est¨¢ en otros dos pisos. El resto est¨¢ desocupado (o podr¨ªa vaciarse sin problemas), pero el ¨²nico acceso es por la biblioteca, lo que hace inviable su comercializaci¨®n si no se construye otro acceso. ¡°Tenemos que optimizar los espacios de que disponemos, pero sin perder la cabeza¡±, afirma el presidente de la fundaci¨®n, Pere Carles Subir¨¤, quien asegura que encontraron ¡°algunos inmuebles cerrados que no pudimos abrir por falta de recursos¡±.
En dos casos se firmaron convenios con el Ayuntamiento. Uno es el Espacio Gatassa, un casal para la gente mayor inaugurado en 2009 que cerr¨® las puertas en 2011. Unos 2.000 metros cuadrados con gimnasio, una piscina que no cumpl¨ªa los requisitos (y que se ha tapiado por lo elevado del coste de arreglarla) y una sala de actos que se ha recuperado por un alquiler mensual de 2.000 euros. Por 900 euros al mes se ha quedado otro espacio en el barrio de Cerdanyola, que sufr¨ªa un d¨¦ficit de equipamientos municipales.
La indignaci¨®n por los efectos de las preferentes sigue viva en la ciudad
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